Nuestro intestino está perdiendo capacidad para digerir plantas por culpa de la dieta moderna

Dieta moderna

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  • Una nueva investigación de la Universidad Ben-Gurion del Negev en Israel ha descubierto varios microbios intestinales capaces de digerir la celulosa y que están de capa caída en las sociedades modernas.
  • La pobreza de fibra en las dietas actuales sería la responsable de esta pérdida microbiana, y los autores temen que acarree una peor salud metabólica.

"Odio la vida moderna/Hoy se me está haciendo bola", dice la letra de la canción de Love of Lesbian con el grupo de pop Veintiuno. Esa misma frase la podría cantar tu intestino, que según un reciente estudio publicado en la revista Science, está siendo perjudicado por las dietas occidentales, urbanas, e industrializadas que imperan en la actualidad. El grave problema es su carencia de fibra.

La fibra es un nutriente indispensable de la dieta, y no solo para tener un buen tránsito intestinal, sino para cuidar del corazón, reforzar el sistema inmune y prevenir una larga lista de enfermedades como diabetes tipo 2, diverticulitis o cáncer de colon.

Si bien ya se sabía previamente que el intestino de los residentes en zonas urbanas tiene menos biodiversidad microbiana que las de los humanos que viven en zonas rurales, la nueva investigación arroja luz sobre esta cuestión, mostrando que los humanos que viven en las ciudades están perdiendo lentamente su capacidad para digerir plantas.

El estudio ha descubierto microbios desconocidos que se esconden en el intestino humano y que son capaces de descomponer la celulosa, presente en las paredes celulares de los vegetales. Hasta 2003 no se averiguó que el cuerpo humano era capaz de descomponer la celulosa igual que hacen otros mamíferos como vacas, ovejas o caballos.

El presente estudio, dirigido por la microbióloga Sarah Moraïs de la Universidad Ben-Gurion del Negev en Israel, se basó en los genes de la bacteria capaz de digerir estas fibras para buscar otras similares, analizando muestras fecales humanas de diferentes épocas y regiones. Inadvertidos hasta la fecha, se han descubierto tres microbios desconocidos que pueden masticar la celulosa. 

Todos pertenecen al Ruminococcus y poseen genes implicados en la digestión de este elemento.

Los hallazgos sugieren que tenemos más en común con los animales de granja de lo que pensábamos: una de las especies de microbios descubiertos se vincula con los rumiantes; otra con los primates y otra con los humanos.

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¿Qué ha cambiado con respecto a la actualidad? En muestras fecales de cazadores-recolectores, poblaciones rurales y humanos antiguos que vivieron hace entre 1.000 y 2.000 años, los tres tipos de microbios eran abundantes. Pero en las poblaciones de las sociedades modernas e industrializadas, las mismas bacterias eran "notablemente raras".

El motivo es la falta de fibra vegetal: si los microbios Ruminococcus se ven privados de este nutriente, reducen su presencia en el intestino. 

"Estos hallazgos implican colectivamente una disminución de estas especies en el intestino humano, probablemente influenciada por el cambio hacia estilos de vida occidentalizados", señalan los autores, que temen que esta desaparición microbiana acarree una peor salud metabólica.

La esperanza es que exista "potencial para la reintroducción o enriquecimiento intencional de estas especies en el intestino humano" a través de suplementos dietéticos de celulosa o probióticos especializados. También puede ser relevante aumentar las pautas actuales de la ingesta de fibra, consideradas demasiado bajas en las sociedades industrializadas.

Aunque todavía es una vía bastante inexplorada, ya hay estudios que indican que la suplementación con celulosa puede mejorar y enriquecer los microbios intestinales, las respuestas inmunitarias y la expresión genética.

Otro foco estará en averiguar cuáles son los efectos para la salud —desconocidos por ahora— de la pérdida de la cepa de bacteria Ruminococcus asociada a los humanos, originalmente transferida desde el intestino de los rumiantes, posiblemente durante la domesticación. 

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