Es poco probable que ChatGPT transforme la economía de la próxima década, según el premio Nobel Paul Krugman

Es poco probable que el ChatGPT y sus sucesores transformen la economía en la próxima década, según el premio Nobel Paul Krugman.

"Los grandes modelos lingüísticos en su forma actual no deberían afectar a las previsiones económicas para el año que viene, y probablemente no deberían tener un gran efecto en las previsiones económicas para la próxima década", afirma el veterano economista en un artículo de opinión del New York Times publicado el pasado viernes. 

"ChatGPT y lo que venga después formará parte de la historia económica de la década de 2030, no de los próximos años", continuó.

El chatbot de OpenAI ha acaparado la atención de los inversores desde su creación el pasado noviembre. La expectación ha reavivado el interés por la IA y ha disparado valores del sector como Nvidia, que ha subido un 83% desde principios de 2023.

ChatGPT ha impresionado al público con su capacidad para ofrecer todo tipo de consejos, desde aquellos que sirven para ligar hasta inversiones. Pero también ha suscitado preocupación por la posibilidad de que alimente sesgos discriminatorios, entre otros perjuicios para el consumidor, ha señalado la Comisión Federal de Comercio de EEUU.

Krugman ya ha hablado en otras ocasiones de las implicaciones de ChatGPT, afirmando que puede ser capaz de realizar tareas como informar y escribir "de forma más eficiente que los humanos". En su última columna, añadió que los grandes modelos lingüísticos como ChatGPT "harán que la economía sea más productiva, pero también perjudicarán probablemente a algunos trabajadores cuyas habilidades se han devaluado." 

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"Pero esta vez, ¿de qué magnitud serán estos efectos? ¿Y con qué rapidez se producirán?", cuestiona Krugman. "En cuanto a lo segundo, la historia sugiere que los grandes efectos económicos de la IA tardarán más en materializarse de lo que mucha gente parece esperar actualmente". 

El experto se vale además del ejemplo del aumento de la potencia informática a mediados del siglo XX y su efecto retardado en la productividad laboral. 

"Sin entrar mucho en detalles, no parece que tenga mucho sentido por un lado predecir una aceleración radical del crecimiento económico gracias a la IA (lo que llevaría a un gran aumento de los ingresos fiscales) y al mismo tiempo sugerir como posible una crisis fiscal que obligará a recortes drásticos en Sanidad y Seguridad Social", explica Krugman.