El 'efecto mariposa' en política monetaria: por qué lo que pagas por tu hipoteca depende de lo que alguien decida a 6.000 kilómetros de distancia

Ilustración de una persona arrastrando una vivienda sobre un barco

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  • El aleteo de una mariposa en Washington D.C. podría provocar un terremoto en el mercado de la vivienda en España.
  • Es el efecto mariposa aplicado a la política monetaria: por qué lo que decida la Reserva Federal en Estados Unidos puede afectar al día a día de un ciudadano a 6.000 kilómetros de distancia.

El aleteo de una mariposa en el Eccles Building, entre la calle número 20 y la Constitution Avenue de Washington D.C., al otro lado del charco, puede provocar un terremoto en el mercado de la vivienda en España.

Ese sería el efecto mariposa aplicado a la política monetaria: por qué lo que decida la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos puede afectar al día a día de un ciudadano en España, a más de 6.000 kilómetros de distancia.

"En una economía global de vasos comunicantes, el coste de las hipotecas que soportan las familias españolas depende sobremanera de las decisiones que tome una institución extracomunitaria, la Reserva Federal estadounidense", confirma Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, en este artículo.

”Las decisiones que tome la Fed son de gran importancia de este lado del Atlántico. Sobre todo por el efecto sobre los movimientos de capitales”, explica Torres a Business Insider España. 

El problema aparece cuando las decisiones de Estados Unidos no están en línea con los intereses de Europa, y eso es lo que podría estar pasando ahora: a la Fed no le interesa bajar tipos (todavía), pero al Banco Central Europeo (BCE) se le podría estar haciendo tarde. 

Por ejemplo, si la Fed retrasa la bajada de tipos, añade Torres, “es probable que el BCE también los baje menos de lo anticipado“.

Las consecuencias se verían en un mercado inmobiliario donde las hipotecas se reactivan... pero no mucho, por si acaso, a la espera de que el BCE se decida a bajar los tipos de interés

No es la primera ver que el BCE espera a que EEUU mueva ficha. "La cuestión de si el BCE empieza a recortar los tipos de interés suele estar condicionada por las medidas que pueda tomar la Fed", explica Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM (Natixis IM).

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

Históricamente, la Fed ha ejercido de brújula de la política monetaria, marcando una senda que el BCE seguía después:

Ocurrió en 2007 y 2008. Durante la crisis financiera global de 2008, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo tomaron una serie de medidas para hacer frente a la recesión y estabilizar los mercados financieros. Una de estas medidas fue la reducción de los tipos de interés para estimular el crecimiento económico.

La Fed actuó primero: empezó bajando tipos en septiembre de 2007 y siguió en 2008, con recortes en enero, marzo y abril de ese año. Al BCE le costó algo más arrancar, e incluso llegó a subir los tipos en julio de 2008, del 4% al 4,25% en lo que se conoce como el mayor error en la historia del BCE

Solo 3 meses después se la envainó, anunciando un recorte de emergencia de medio punto. Fue la primera vez en más de 5 años que el BCE bajaba tipos de forma tan agresiva. Aquello se interpretó como una respuesta directa a la intensificación de la crisis financiera.

Ahora, en cambio, la situación es diferente: EEUU puede esperar antes de bajar tipos, pero Europa tiene más prisa. Y mientras tanto, el mercado hipotecario y crediticio, e incluso la actividad económica europea, cargan con las consecuencias. 

Mientras que una subida de tipos es como echar un jarro de agua fría sobre la economía: como encarece el precio al que se presta el dinero, lo enfría todo, los créditos y las hipotecas (y por ende, el consumo, la inversión y las compras de vivienda y, en última instancia, el crecimiento económico); bajar los tipos de interés implicaría volver a recalentar la economía, estimulando el consumo y la inversión a través de, por ejemplo, créditos e hipotecas más baratos.

Además, un diferencial elevado de remuneración entre EEUU y Europa desplazaría la inversión financiera hacia EEUU, presionando a la baja sobre la cotización del euro. “El BCE tiene que tenerlo en cuenta, ya que un euro más débil dificulta la lucha contra la inflación”, apunta Torres.

Ilustración de un edificio de vivienda en una bomba

"Con la debilidad de la economía europea y la caída de la inflación, los recortes de los tipos de interés están justificados y son necesarios en Europa. No ocurre lo mismo en EEUU, donde el excepcionalismo del crecimiento económico mantiene la inflación incómodamente alta, lo que pone en duda que la Reserva Federal pueda recortar los tipos este año", resume Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

Máxime si se tiene en cuenta que este no es un año cualquiera en EEUU: es un año electoral que, además, podría desembocar en el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Dada la proximidad de las elecciones presidenciales, en noviembre, es probable que Washington opte por la prudencia ante el temor a que un recorte en los tipos coincida con un nuevo repunte de los precios.

Europa se ha convertido en uno de los territorios que más está sufriendo el impacto de las subidas de tipos, tal y como advirtió recientemente la OCDE. Desde 2022, el BCE ha pisado el acelerador de los tipos 10 veces, dejando el precio del dinero en su nivel más alto en más de dos décadas. 

¿El resultado? Europa está al borde de la recesión. En el último trimestre de 2023, el PIB de la zona euro cayó un 0,1%. En EEUU, en cambio, la economía creció un 0,4%, que no es una locura, pero sí desafía las expectativas del mercado, que pronosticaba una desaceleración que no termina de llegar. 

Desde el final de la pandemia, hay una diferencia de 2 puntos en el PIB de una y otra región. Desde el verano de 2022, el PIB de la zona euro está estancado, mientras que en Estados Unidos registra un fuerte aumento. ¿Tenemos la impresión de que la zona euro y Estados Unidos siguen el mismo ciclo económico, con la misma dinámica y las mismas limitaciones? "Desde luego que no", contesta Waechter, y avisa:

"El crecimiento ha sido demasiado débil durante demasiado tiempo en la zona euro como para aplazar un nuevo estímulo de la actividad. El BCE tiene esta capacidad. Debe hacerlo para garantizar que el mercado laboral siga siendo boyante y no se vea penalizado por un ritmo de actividad demasiado débil a largo plazo".

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