Las 3 razones por las que los tipos de interés no han agujereado tanto la economía como se pensaba, según el FMI

Personas en la calle con bolsas de la compra

REUTERS/Darren Staples (BRITAIN BUSINESS)

  • "A pesar de las preocupaciones, no se ha materializado una recesión económica mundial provocada por una fuerte subida de los tipos de interés oficiales", observa el FMI.
  • Los economistas alertaban del varapalo de las subidas de tipos sobre la economía: pero el consumo ha seguido tirando por encima de las expectativas.

Durante meses se dijo por activa y por pasiva, y la advertencia era inequívoca: las subidas de tipos de interés golpearían con fuerza la economía, y había riesgo de recesión. El impacto podría llegar antes o después, pero cuando llegara, se haría notar. Pues bien, parece ser que eso no ha pasado.

"A pesar de las preocupaciones, no se ha materializado una recesión económica mundial provocada por una fuerte subida de los tipos de interés oficiales", observa el Fondo Monetario Internacional (FMI). En su última actualización de previsiones económicas publicada hoy, el organismo mejora en una décima su proyección para la economía mundial, que crecerá un 3,2% este año, igual que en 2025.

No será por no haberlo intentado: el volantazo de los bancos centrales fue de 180 grados. En cuestión de 2 años, el Banco Central Europeo (BCE) ha subido tipos 10 veces, dejando el precio del dinero en su nivel más alto en 2 décadas. 

No es que esas subidas no hayan tenido ningún impacto. El PIB de la eurozona se arrastra a duras penas, lastrado por la recesión en Alemania. Incluso el FMI ha empeorado hoy sus previsiones para la región, rebajando una décima el crecimiento en 2024 (hasta el 0,8%) y 2 décimas menos el que viene (1,5%). Pero podría haber sido peor. España, por ejemplo, lleva meses batiendo previsiones.

Es más, el comportamiento del consumo ha dinamitado todas las expectativas. Todo apuntaba a que con la inflación estrangulando bolsillos de un lado y las subidas de tipos de interés apretando del otro, los hogares terminarían cediendo a la presión, y esa debilidad terminaría por verse en la economía, básicamente a través de una caída en el consumo. 

"Para contrarrestar la creciente inflación, los principales bancos centrales han elevado los tipos de interés oficiales hasta niveles considerados restrictivos. Como consecuencia, los costes hipotecarios han aumentado y la disponibilidad de crédito es, en general, escasa, lo que ha provocado dificultades para que las empresas refinancien su deuda, un aumento de las quiebras empresariales y una moderación de la inversión empresarial y residencial en varias economías", constata el FMI.

"Hace año y pico yo decía: cuidado, que vienen vacas flacas y hay partidas donde los hogares se apretarán el cinturón. Hoy nos damos cuenta de que estábamos lejos de ese pronóstico", explica María Romero, socia directora de Analistas Financieros Internacionales (Afi).

Ilustración de un móvil con bebidas

Al principio, los economistas lo atribuían al retraso del efecto de los tipos de interés: estos no tienen un impacto inmediato en la economía, sino que puede tardar hasta dos años en dejarse notar, según advertía el propio BCE

Pero el tiempo pasa, y "la peor parte" a la que se refería el BCE, no termina de llegar. Ahora, el FMI analiza 3 razones que explican por qué:

En primer lugar, señala el FMI: los bancos centrales "elevaron sus tipos de interés nominales después de que las expectativas de inflación empezaran a aumentar, lo que se tradujo en tipos reales más bajos que apoyaron inicialmente la actividad económica".

En segundo lugar, por el ahorro: "los hogares de las principales economías avanzadas pudieron recurrir a los sustanciales ahorros acumulados durante la pandemia para limitar el impacto del aumento de los costes de endeudamiento sobre su gasto", apunta el informe del organismo.

En tercer lugar, "los cambios en los mercados hipotecario y de la vivienda durante la década de tipos de interés bajos previa a la pandemia han limitado el arrastre de la reciente subida de los tipos de interés oficiales sobre el consumo de los hogares en varias economías". 

En el caso de España, es cierto que el tipo de interés mayoritario de las hipotecas era el variable, llegando a suponer más de la mitad de las hipotecas concedidas. Pero esto cambió con la pandemia, cuando comenzó la fiebre por el tipo fijo, que hoy ha pasado a ocupar más de la mitad del mercado, limitando el impacto de las subidas de tipos sobre las hipotecas.

Por otro lado, con la inflación moderándose cada vez más y acercándose al objetivo del 2% de los bancos centrales, "las expectativas del mercado de que los tipos de interés oficiales bajarán han contribuido en general a un descenso de los tipos de interés de los préstamos a largo plazo, a la subida de los mercados de renta variable y a una relajación de las condiciones financieras mundiales", añade el FMI.

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