Elon Musk acaba de lanzarle el guante a la cara a Sam Altman… y ya no hay vuelta atrás

Grace Kay
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Sam Altman, CEO de OpenAI (izquierda), y Elon Musk, cofundador de la startup de IA.
Sam Altman, CEO de OpenAI (izquierda), y Elon Musk, cofundador de la startup de IA.

Nathan Howard/Getty; Tyler Le/Business Insider

  • Elon Musk ha demandado a OpenAI y a su CEO, Sam Altman, años después de haber abandonado la compañía.
  • A pesar de las acusaciones de Musk, los expertos legales afirman que su causa contra OpenAI parece poco convincente, pero la denuncia podría perjudicar a la startup, atándola a los tribunales y aireando sus trapos sucios.

Fue el pasado mes de mayo, cuando Elon Musk se sentó para concederle una entrevista a David Faber, de CNBC

Al preguntarle por Sam Altman y OpenAI, Musk se mostró visiblemente frustrado.

"No existiría sin mí", aseguró.

"Parece extraño que algo pueda ser sin ánimo de lucro, de código abierto y de alguna manera transformarse en una empresa privada, de código cerrado", añadió. "Es exactamente lo contrario de para lo que les di el dinero. ¿Es legal? No parece legal".

La respuesta de Musk pudo haber sido la señal de que el multimillonario empresario estaba dispuesto a llevar a Altman y OpenAI ante la justicia.

El pasado jueves, la segunda persona más rica del mundo demandó a la desarrolladora de ChatGPT y a su CEO alegando que la asociación de esta compañía con Microsoft violaba su objetivo fundacional al anteponer los beneficios económicos al desarrollo de una tecnología de código abierto que beneficiase a toda la humanidad.

Elon Musk y Sam Altman.

Ambos líderes tecnológicos ya se habían enfrentado públicamente antes, y Altman había sido mucho más diplomático al referirse a Musk, llegando a decir incluso que el CEO de Tesla era su héroe.

Ahora Musk le ha lanzado el guante a la cara, marcando así probablemente un punto de inflexión en su relación, puesto que la denuncia pretende obligar a OpenAI a abrir al público su investigación y su tecnología, además de cortar el acceso de Microsoft al modelo GPT-4 y evitar que Altman y la firma de Redmond se beneficien de herramientas como Sora.

"Parece que está tratando de frenarles para ponerse al día con sus propios proyectos", ha declarado Kyle Lawrence, abogado de Falcon Rappaport & Berkman especializado en derecho mercantil y bursátil, a Business Insider. "Así es como operan muchos de los grandes gigantes tecnológicos. Tienen éxito estrangulando la capacidad de otras instituciones para avanzar".

Después de todo, Musk está lejos de ser una figura imparcial.

La demanda del empresario llega después de que Musk lanzase su propia startup de inteligencia artificial el año pasado. Desde entonces, ha afirmado que durante la fundación de OpenAI invirtió decenas de millones de euros en el proyecto, pero que se alejó de la junta directiva de la compañía en 2018.

En ese momento, Musk alegó que se había marchado para evitar un posible conflicto de intereses con Tesla y sus esfuerzos en materia de IA.

Un caso endeble

A pesar de la grandilocuencia que suele caracterizar a todo lo que tiene que ver con Musk, su caso contra OpenAI parece inestable (en el mejor de los casos), según David Hoffman, experto en derecho contractual de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.

"Sería muy difícil alegar incumplimiento de contrato sin un contrato escrito", ha señalado Hoffman.

El CEO de Tesla sostiene que OpenAI se ha desviado de su "acuerdo fundacional", pero no parece que tal acuerdo estuviese firmado por escrito. La denuncia se basa en reclamaciones contractuales no redactadas, que serán difíciles de defender en un tribunal, ha indicado el experto en derecho contractual.

En lugar de eso, la demanda de Musk cita un correo electrónico de Altman —que parece ser una negociación informal más que un contrato— y el certificado de constitución de OpenAI (que Musk no firmó y que no menciona el hecho de que la empresa sea de código abierto).

 

Además, dado que la desarrolladora de ChatGPT continúa siendo una organización sin ánimo de lucro, va a ser difícil demostrar que el consejo de OpenAI tiene obligaciones fiduciarias para con Musk, tal y como ha explicado Samuel Brunson, experto jurídico en organizaciones sin ánimo de lucro de la Universidad de Loyola (EEUU), a este medio de comunicación.

El argumento del multimillonario de que OpenAI no actúa en "beneficio de la humanidad" es más filosófico que jurídico, apunta Lawrence, el abogado del despacho Falcon Rappaport & Berkman.

"¿Quién puede decir que lo que hacen no beneficia a la humanidad?", ha planteado Lawrence. "Podrían decir fácilmente que necesitan mil millones de dólares para hacerlo y ¿quién puede decir que el mecanismo que ponen en marcha para conseguir esos mil millones entra en conflicto con su objetivo de beneficiar a la humanidad?".

OpenAI podría pagar un alto precio

Aunque los expertos dicen que es poco probable que el caso de Musk prospere, OpenAI todavía podría tener que pagarlo caro.

"Este tipo de denuncias puede airear muchos trapos sucios y puede ser una distracción importante que podría afectar a sus operaciones diarias", ha asegurado Hoffman.

La publicidad en torno a la demanda —tanto si el CEO de Tesla gana como si pierde— también podría dañar la reputación de OpenAI, avivando el fuego que fue encendido cuando Altman fue brevemente despedido. Al ser una de las personas más ricas del planeta, Musk podría obligar a desarrolladora de ChatGPT a estar envuelta en juicios durante años, según Lawrence.

En el caso de que el multimillonario ganase, también podría sentarse un precedente peligroso.

"Si Musk ganase este caso, sentaría un mal precedente para las organizaciones sin ánimo de lucro de todo el mundo", ha expresado Brunson, de la Universidad de Loyola. "Podrías empezar a ver a un montón de donantes descontentos que se presentan intentando recuperar su dinero y la mayoría de las organizaciones sin ánimo de lucro no tienen los mismos recursos que OpenAI".

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