Ahora tenemos más información sobre qué hizo Sam Altman tan mal como para que le despidieran de OpenAI

Lakshmi Varanasi
| Traducido por: 
Sam Altman, director ejecutivo y cofundador de OpenAI.
Sam Altman, director ejecutivo y cofundador de OpenAI.Justin Sullivan/Getty Images
  • Han surgido más detalles sobre la destitución de Sam Altman en OpenAI. Nuevas informaciones sugieren que Altman pudo haber sido, en ocasiones, un líder manipulador.
  • Al parecer, Altman se enfrentó a varios miembros del consejo de administración y a algunos empleados para mantener su poder.

En los días que transcurrieron tras la repentina destitución de Sam Altman como CEO de OpenAI que tuvo lugar el pasado 17 de noviembre, varios trabajadores de la compañía y líderes del sector tecnológico compararon la decisión tomada por el consejo de administración con un golpe de Estado.

Inmediatamente después de que tuviese lugar el despido, algunas personas relacionadas con la situación de la empresa señalaron que Altman caía bien entre la plantilla de OpenAI y que su cese fulminante era, cuando menos, chocante: un movimiento errático, de un consejo de administración que anteponía sus creencias a las demandas de sus accionistas y los deseos de sus empleados.

Sin embargo, en las últimas semanas han aparecido nuevos detalles que arrojan más luz sobre la decisión del consejo de administración —que finalmente acabó siendo revocado— de despedir a Altman.

Esta nueva información sugiere que Altman es un habilidoso estratega corporativo, que manipuló a los miembros de OpenAI para mantener su propia posición y que sus tácticas no gustaron a unas cuantas personas del entorno de la organización.

Altman contra Toner

Cuando el consejo de administración de la desarrolladora de ChatGPT anunció por primera vez la salida de Altman, no ofreció muchas explicaciones más allá de que el empresario no había sido "consistentemente sincero en sus comunicaciones".

En cambio, algunas informaciones sugieren ahora que el consejo podría haberse referido a casos en los que Altman se enfrentó a otros miembros del consejo, especialmente a aquellos que no estaban de acuerdo con su agresivo enfoque en el despliegue de la inteligencia artificial generativa. 

Desde la fundación de la compañía, ha habido tensiones internas en OpenAI acerca de la cautela con la que debían proceder dada la amenaza potencial que representa esta tecnología para la humanidad.

En ese sentido, Altman no siempre estuvo de acuerdo con Helen Toner, una de las dos únicas mujeres que formaban parte del consejo de administración de OpenAI.

Helen Toner, antigua integrante del consejo de OpenAI.

En octubre, Toner, investigadora de un laboratorio de ideas con sede en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos), publicó un artículo académico en el que no solo elogiaba al rival de OpenAI, Anthropic, por retrasar el lanzamiento de su chatbot, Claude, sino que también criticaba el "frenético recorte de gastos" que se había producido durante el lanzamiento de ChatGPT.

Tal y como ha informado el New York Times, Altman llamó a Toner para hablarle del artículo y le dijo que "podría causar problemas" con la Comisión Federal de Comercio estadounidense, que ya estaba investigando a OpenAI.

Toner se ofreció a escribir una disculpa dirigida al consejo de la desarrolladora de ChatGPT, pero Altman les envió un correo a los máximos directivos de OpenAI y les dijo que había reprochado a Toner. "No sentí que estuviéramos en la misma página sobre el daño de todo esto", aseguró el empresario en su correo electrónico, según recoge el medio de comunicación estadounidense.

Este enfrentamiento podría haber llevado a Altman a avivar las tensiones entre Toner y otro miembro del consejo, Tasha McCauley. 

Según han indicado personas familiarizadas con la situación al New York Times, Altman llamó a otros miembros del consejo de administración de OpenAI y les dijo que McCauley, empresaria tecnológica y científica de la RAND Corporation, quería que Toner abandonase el consejo. Cuando los miembros del consejo le preguntaron por esto, McCauley afirmó que esto era "absolutamente falso".

Altman contra Sutskever

El director ejecutivo y el científico jefe de OpenAI (y antiguo miembro del consejo), Ilya Sutskever, también tuvieron sus idas y venidas. Sus discrepancias eran ideológicas hasta la médula.

Dentro de OpenAI, Sutskever era visto como un "visionario" de la IA, con un enfoque académico que no necesariamente casaba bien con un ingeniero como Altman, según explicaron fuentes cercanas a la empresa a Business Insider. A Sutskever le preocupaba que Altman llevase a OpenAI a desarrollar la tecnología con demasiada rapidez y quería adoptar un enfoque más prudente.

El CEO de OpenAI, Sam Altman (izquierda), y el científico jefe de la empresa, Ilya Sutskever (derecha).

Con el tiempo, Sutskever también se sintió frustrado por haber sido "apartado de las decisiones" sobre ChatGPT-5 y los planes para ampliar tanto el producto como la compañía, según apuntaron varias personas a este medio de comunicación.

Las tensiones llegaron a un punto crítico en octubre, cuando Altman ascendió a un investigador a un nivel equivalente al de Sutskever, según el New York Times. Sutskever lo vio como un desprecio a su propia posición en la empresa y, en señal de protesta, les dijo a otros miembros del consejo que podría llegar a dimitir, lo que entendieron como una exigencia de que eligiesen entre Altman o él.

Altman contra todos los demás

Algunos de los miembros del consejo consideraron entonces que Altman había sido poco sincero y demasiado calculador. 

Tal y como publicaba hace unos días el New Yorker, varios miembros del consejo de administración tenían experiencia en organizaciones sin ánimo de lucro y en el mundo académico, por lo que el enfoque de Altman de move fast and break things (del inglés, más vale pedir perdón que permiso), típico de empresarios tecnológicos, no les sentaba necesariamente bien.

"Tenían la sensación de que Sam había mentido", expresó al medio estadounidense una persona familiarizada con las conversaciones de la junta. 

Al parecer, el consejo de administración tenía tanto miedo de las tácticas de Altman que, cuando empezaron a hablar de despedirlo, querían asegurarse de que fuese una sorpresa. "Estaba claro que, en cuanto Sam lo supiera, haría todo lo posible para debilitar a la junta", explicó al New Yorker una persona familiarizada con las conversaciones.

 

En una reunión con el personal de OpenAI que tuvo lugar dos noches después de que Altman fuese destituido, Sutskever dijo que una de las explicaciones que había recibido del consejo de administración era que Altman había dado a dos miembros del consejo dos opiniones diferentes sobre un miembro de dentro de la organización. 

La otra explicación que ofreció Sutskever fue que, al parecer, Altman había encargado el mismo proyecto a dos trabajadores distintos de OpenAI.

El propio Altman no ha negado que tuviese problemas con el consejo de administración antes de su destitución. "Está claro que hubo verdaderos malentendidos entre los miembros de la junta y yo", escribió en X —la plataforma anteriormente conocida como Twitter— poco menos de dos semanas después de su despido. 

El que un día fuese presidente de Y Combinator no ha respondido públicamente a estas acusaciones, pero, en una entrevista con Trevor Noah que tuvo lugar la semana pasada, reconoció que a día de hoy hacían falta más voces en el consejo preocupadas por la seguridad de la inteligencia artificial. 

"Estoy emocionado por tener una segunda oportunidad de hacer todas estas cosas bien. Y está claro que antes nos equivocamos", reconoció el propio Altman.

El hecho de que la salida de Altman durase tan poco sugiere que el empresario contaba con el respaldo de toda la organización. El despido provocó una oleada de reacciones en redes sociales por parte de ejecutivos de OpenAI y una carta de apoyo de la plantilla amenazando con dimitir si Altman no era readmitido. 

Aun así, no todo el mundo en la compañía le apoyaba. 

Un puñado de altos cargos de OpenAI se dirigieron al consejo de administración a principios de otoño con quejas sobre Altman, según informa el Washington Post, dando a entender que sus planes podían alterar el flujo de trabajo en OpenAI. Y algunos, incluidos varios responsables de gestionar grandes equipos, expresaron que Altman iba a enfrentar a los empleados entre sí de forma problemática.

Estos comentarios llevaron al consejo de administración a revisar la conducta de Altman como CEO. Un trabajador le dijo al consejo que Altman se puso "hostil" después de que el empleado compartiese comentarios críticos con él. El director ejecutivo comenzó entonces a menospreciar a un miembro de ese equipo de trabajo, según las fuentes del Washington Post

El hecho de que Altman fuese restituido tan rápidamente como CEO sugiere que ninguna de estas acusaciones fue suficiente para los poderosos inversores de la empresa, como Microsoft. Sutskever también se ha arrepentido de sus acciones. Sin embargo, se rumorea que Altman puede haber captado el mensaje de que es hora de rehacer su imagen.

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