Cada año, con el aumento de las temperaturas, las garrapatas vuelven a aparecer con ansias de sangre. 

Cuando estas excavan en la presa, pueden darse un festín durante días, lo que da tiempo suficiente para que las enfermedades pasen de la garrapata al ser humano. También pueden transmitir más de una enfermedad a la vez.

Debido en parte al cambio climático, las afecciones transmitidas por estos animales están aumentando, con un incremento del 25% en los casos reportados a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU de 2001 a 2019. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se presentan entre 10.000 y 12.000 casos de la enfermedad en Europa y el norte de Asia. 

Las garrapatas no pueden volar ni saltar; más bien, se arrastran hacia arriba y suben a su presa. A menudo se aferran a la hierba o a los arbustos (pero no a los árboles) y se escurren hacia ti cuando pasas rozándolas.

Éstas son las enfermedades más comunes transmitidas por garrapatas y los síntomas a los que hay que prestar atención:

La enfermedad de Lyme puede provocar una erupción en forma de ojo de buey

La enfermedad de Lyme es una de las enfermedades transmitida por garrapatas más frecuente en nuestro país, según Sanidad. La incidencia es de 0,3 casos cada 100.000 habitantes, pero se cree que afecta a casi el 15% de la población mundial. 

La enfermedad de Lyme la transmite la garrapata de patas negras, también conocida como garrapata del ciervo. Muchas personas que contraen la afección desarrollan una erupción roja o azul que se extiende 2 o más centímetros. Sólo el 20% de las personas desarrollan la conocida erupción en forma de ojo de buey. 

Otros síntomas de la enfermedad de Lyme son fiebre, fatiga intensa, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares e inflamación de los ganglios linfáticos. 

Fiebre botonosa mediterránea

Endémica en la cuenca mediterránea puede ser transmitida por la garrapata del perro y es la enfermedad asociada a este artrópodo más frecuente en nuestro país. Aun así su incidencia es baja, entre 0,3 y 0,4 casos cada 100.000 habitantes.

Con un periodo de incubación de entre 5 y 20 días, la aefección se manifiesta en 2 fases. Durante la primera aparecen síntomas como fiebre, malestar general, cefalea o inyección conjuntival. Después surge un exantema maculopapuloso diseminado por palmas y plantas de los pies. 

Hasta en el 75% de los casos también puede darse una mancha negra ulcerosa.

La anaplasmosis no se asocia a una erupción cutánea, pero puede causar síntomas similares a los de la gripe

Los casos de anaplasmosis son poco frecuentes en nuestro país. Se registran con mayor frecuencia entre mayo y octubre.

Es transmitida por la garrapata de patas negras así como por la garrapata de patas negras occidental. 

Los síntomas de la anaplasmosis suelen comenzar una o 2 semanas después de la picadura de la garrapata e incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, náuseas, vómitos, diarrea y pérdida de apetito. 

La babesiosis puede causar síntomas similares a los de la gripe

Muy poco frecuente, las manifestaciones clínicas son sobre todo en inmunodeprimidos. El periodo de incubación se coloca entre los 7 y 14 días, aunque puede llegar hasta los 60.

Algunas personas que contraen babesiosis no desarrollan ningún síntoma y no necesitan tratamiento. Pero aquellas que sí, puedes experimentar fiebre, dolor muscular o articular, náuseas y dolor de cabeza. 

La incidencia del Debonel/Tibola está en aumento

Según los datos de Salud la incidencia de esta enfermedad transmitida por la garrapata de la oveja está en aumento.

Entre los síntomas se incluyen áreas del cuero cabelludo con necrosis en el lugar de la picadura, además de fiebre en algunos casos.