De sabor refrescante y dulce, una mezcla entre melón y albaricoque, esta fruta tropical está cada vez más presente en las fruterías. Aunque sea originaria de Centroamérica, la papaya se cultiva en nuestro país, principalmente en las islas Canarias, pero también en zonas del sureste de la península.

Se caracteriza por su llamativo color naranja del interior y su gran tamaño. Así como por sus numerosas semillas negras, que si bien no se suelen consumir porque amargan, pueden servir para especiar. Se consume partiendo longitudinalmente y extrayendo su pulpa carnosa.

Y si bien puedes comerla cuando quieras para extraer todos sus potentes beneficios, puede resultar una opción adecuada como cena. Tomar fruta en la última comida del día cuenta con el visto bueno de los nutricionistas, siempre que sea algo ocasional y te asegures de ingerir los demás nutrientes, sobre todo proteínas y grasas, el resto del día. 

Una buena fruta para tomar por la noche

Entre sus bondades como cena está su bajo aporte calórico y de azúcares, por lo que ayuda a controlar el peso. Y la fibra ayudará a sentirte lleno por más tiempo.

Una papaya mediana tiene 120 calorías. 30 gramos de carbohidratos, incluidos 5 gramos de fibra y 18 gramos de azúcar, es decir, 6 gramos de azúcar por cada 100 de la fruta. Si necesitas comparar, una pera mediana tiene 17 gramos de azúcar y 100 gramos de cerezas unos 22.

Además de ser ligera, favorece las buenas digestiones, por lo que no interrumpirá tu descanso si la tomas cantes de dormir. Esto se debe su contenido en papaína. Esta enzima ayuda a degradar las proteínas y contribuye en el mantenimiento de la fisiología del tracto digestivo.

En un pequeño estudio, pacientes a los que se les suministró una fórmula a base de papaya durante 40 días experimentaron una mejora significativa del estreñimiento y la hinchazón abdominal.

Aunque cabe tener en cuenta que por su alto contenido en agua es un excelente diurético. Lo que podría despertarte a media noche para ir al baño. 

Potente antioxidante 

En cuanto a minerales destaca su aporte de potasio, el cual participa en numerosas funciones corporales, y resulta esencial para el buen funcionamiento de riñones y corazón.

Pero si por algo llama la atención la papaya es por ser fuente de destacados antioxidantes como la vitamina C, la vitamina A, flavonoides y licopenos. Todos ellos contribuyen a la salud al combatir el efecto de los radicales libres. Además de otras funciones.

La vitamina C interviene en la formación de colágeno, los glóbulos rojos o los huesos, favoreciendo la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Y con solo una pequeña porción de papaya obtendrás la dosis que necesitas cada día. Pues se cuela entre las frutas con mayor aporte del también conocido como ácido ascórbico.

Es rica en un tipo de carotenoide conocido como licopeno. Un pigmento vegetal que da la coloración rojiza anaranjada de algunos vegetales y al que se le atribuyen efecto antioxidante, antiinflamatorio, preventivo frente a algunos cánceres, enfermedades cardiovasculares, y neurodegenerativa, enumeran desde la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.

También va cargada de vitamina A que contribuye a la regulación del sistema inmune al favorecer la proliferación de los glóbulos blancos. Este nutriente es a su vez esencial para la vista, el buen estado de la piel, el cabello y los huesos