Échale aceite de oliva a la vida: un estudio confirma lo que le hace a tu cerebro la dieta mediterránea a largo plazo

Dieta mediterránea

Ioannis Sarantis/Unsplash

  • Una nueva investigación publicada en Molecular Nutrition and Food Research confirma uno de los efectos más beneficioso de la dieta mediterránea.
  • El deterioro cognitivo es menos probable entre quienes siguen este patrón dietético.

Habitas tiernas con huevo, un salmón a la plancha, pan con aceite de oliva virgen extra y frutos secos, arroz con verduras de temporada, gazpacho, musaka, ensaladas frescas o una copita de vino tinto. ¿Te suena de algo? Todos estos platos son propios de la dieta mediterránea, seis veces seguidas considerada la más sana del mundo

Son muchos los beneficios confirmados de este modo de alimentarse basado en la cocina tradicional de la cuenca mediterránea —y que abarca países como Grecia, Italia o España—. Se sabe que es buena para la salud intestinal, que ayuda a controlar el estrés, que retrasa el envejecimiento biológico, que previene las enfermedades cardiovasculares y que disminuye la depresión.

Ahora, un estudio francés que ha seguido durante 12 años a 840 personas de 65 años o más ha confirmado otra estupenda virtud: que el deterioro cognitivo es menos probable en quienes siguen una dieta mediterránea, rica en frutas y verduras frescas, granos enteros, frutos secos y semillas, aceite de oliva y fuentes de proteína como el pescado, algo de huevos y de lácteos.

La dieta mediterránea se asocia a un menor deterioro cognitivo a largo plazo

Publicado en Molecular Nutrition and Food Research, el estudio descubrió que la adherencia a la dieta mediterránea —evaluada mediante un panel de biomarcadores dietéticos— se asocia inversamente con el deterioro cognitivo a largo plazo en las personas mayores. 

Los investigadores emplearon una escala de 14 puntos para crear la puntuación metabolómica de la dieta mediterránea (MDMS). Esta puntuación se basa en dos posibles biomarcadores metabolómicos dietéticos para siete partes importantes de la dieta mediterránea: verduras, legumbres, frutas, cereales, lácteos, pescado y grasas.

La metabolómica estudia las pequeñas moléculas llamadas metabolitos que son productos de procesos celulares. Sus niveles pueden cambiar en respuesta a enfermedades, dieta y otros factores ambientales. Al medir los metabolitos de una muestra, pueden encontrarse potenciales biomarcadores de enfermedades.

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Se hizo un índice metabolómico dietético —basado en biomarcadores obtenidos del suero de los participantes— de los grupos de alimentos de la dieta mediterránea. Los niveles séricos de sustancias específicas, incluyendo las grasas saturadas e insaturadas o los polifenoles se midieron a partir de muestras de sangre de los participantes recopiladas al comienzo de la investigación.

En los doce años del estudio, los sujetos se sometieron a cinco pruebas neuropsicológicas para determinar su capacidad o deterioro cognitivo. Tomando en consideración los biomarcadores séricos, se concluyó que la dieta mediterránea protege ante el deterioro cognitivo. Este se reveló significativamente más lento entre quienes seguían de forma estrecha la dieta.

Si todavía no la sigues, ya sabes: la dieta mediterránea puede darle muchas alegrías a tu cerebro. Otros estudios previos han apuntado que puede prevenir la demencia y los problemas de memoria, así que échale aceite de oliva a la vida.

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