Así ha cambiado la IA en la última década, según Omar Pera, experto de Freepik que ha trabajado para Coca-Cola, Nike, Samsung y Starbucks

Omar Pera

Freepik

  • El ingeniero Omar Pera ya trabajaba con IA hace casi 10 años, cuando se dio cuenta de que las grandes empresas podían resolver muchas incidencias de manera automática.
  • Tras fabricar con su startup chatbots para empresas como Nike, Coca-Cola, Samsung y Starbucks, ahora dirige los esfuerzos en IA de Freepik.

Al ingeniero Omar Pera, uno de los actuales jefes de Producto de Freepik, la salida de Android le cambió la vida. Cualquiera podría argumentar que, en mayor o menor medida, este sistema operativo se la cambió a todo el mundo, sin embargo, en su caso fue literal.

A comienzos de la década de 2010, Pera trabajaba en el CERN, el acelerador de partículas suizo, y amenazaba con iniciar una prometedora carrera como investigador cuando, junto con su hermano Pablo, dio con Android y con el mundo de las aplicaciones móviles. 

En un momento en el que todavía no estaba claro que la tecnología fuese a evolucionar por ahí, tomó la ola y empezó a diseñar aplicaciones de todo tipo, incluidas herramientas que servían por ejemplo para alterar la voz y la imagen.

Con 50 millones de descargas a sus espaldas, los contactó el emprendedor Iñaki Berenguer. Bastó un solo viaje a Nueva York para convencerlos a su hermano y a él de fundar su propia empresa. El resultado fue una startup de desarrollo de aplicaciones que, con apenas tres empleados, logró dar beneficios desde el primer momento.

Esto, gracias, entre otras cosas, a una aplicación que permitía usar WhatsApp de incógnito, es decir, esquivando el doble tick azul que sacaba a los usuarios más nerviosos de su agonía de no saber si su interlocutor había leído o no su importantísimo mensaje.

Pero en el momento de expandir la empresa, los hermanos se topan con un problema: la atención al cliente. A medida que sus aplicaciones son utilizadas cada día por más y más personas, el tiempo empleado en resolver dudas de usuarios se multiplica. 

Pero lo peor no es eso. Lo peor es que más de la mitad de las dudas se repiten y se pueden resolver sencillamente releyendo los manuales. Para resolverlo, tal y como les ocurrió al principio con Android, había llegado el momento de explorar una tecnología incierta pero prometedora: la inteligencia artificial.

A sparkling cardboard robot

Un decenio antes de que se popularizara la tecnología, Omar Pera empezó a cacharrear con la IA para crear chatbots que generaran ciertas respuestas a ciertas preguntas recurrentes de los usuarios: "A la gente le sorprende que la IA de vez en cuando alucine. ¡A mí lo que me sorprende es que de vez en cuando acierte!", resume en conversación por Zoom a Business Insider España.

El convencimiento de que el mundo de la atención al cliente pasaría por estos chatbots automatizados llevó a los hermanos a fundar Reply.ai, un dominio que hoy podría valer cientos de miles de euros pero que en aquel momento estaba desocupado porque casi nadie imaginaba que pronto llegaría la era de los robots parlanchines.

Empresas como Coca-Cola, Samsung, Starbucks y Nike tardaron poco en interesarse por herramientas que, a través de Whatsapp, Telegram y Slack prometía resolver al menos sus incidencias más simples, que suelen ser, por otra parte, las más comunes.

"Nosotros lo comprobamos con nuestra primera empresa. Contratamos a 10 personas para que atendieran a la gente, pero esto no redundaba necesariamente en que los usuarios estuvieran más satisfechos. Y nosotros estábamos gastando un montón de dinero", relata Pera.

Durante cinco años, Pera exploró las posibilidades que ofrecía una IA en muchos casos todavía rudimentaria. O, como él mismo explica: "Yo usaba una versión tonta y reducida de ChatGPT". 

Esta no tenía conocimiento del mundo, pero ya era capaz de hacer algunas cosas que sorprendían a los desarrolladores: "Trabajaba con los documentos que le introducías. Por ejemplo, si le metías un documento que enumeraba el precio que tiene mandar paquetes a otros países, le podías preguntar cuánto te costaba mandar un paquete, por ejemplo, a Estonia, y te respondía".

Por eso, pocos como él pueden valorar cuánto ha evolucionado la IA en los últimos años: "Ha cambiado absolutamente todo".

Estas son las personas, empresas y palabras que hay que conocer cuando se habla de IA.

 Una tecnología capaz de entender

Después de trabajar con clientes tan ilustres, era solo cuestión de tiempo que alguien hablara con los padres del invento para pedirles precio. Se llevó la palma Kustomer, una empresa que llevaba por aquel entonces la atención al cliente de startups como Glovo.

Corría ya el año 2020, y la IA estaba a punto de explotar. En 2017 Google ya había sacado Transformer, un LLM (modelo de lenguaje de gran tamaño, por sus siglas en inglés) que es, simplificando mucho, un ancestro de lo que luego ha sido ChatGPT. Para el experto fue todo un cambio de paradigma.

"Nosotros trabajábamos con un hotel de Las Vegas y lo que hacíamos era por ejemplo meter cinco maneras distintas de preguntar cuál es la hora del check-in. Ahora, a los modelos se los ha entrenado durante meses con casi todo internet, y el resultado es que tenemos una tecnología capaz de entender y, dentro de poco, de producir", explica Pera.

El cambio ha sido tan arrollador que le resulta imposible hacer una predicción de lo que ocurrirá en los próximos años: "Creo que ni los mejores investigadores en IA serán capaces de acertar con sus pronósticos. El cambio será un pelín más lento de lo que creemos ahora, pero, a partir de cierto punto, se acelerará, sobre todo cuando las empresas tradicionales, que lo ven como algo lejano, vean que la competencia lo usa".

Para Pera, de hecho, toda empresa que no esté usando ya internamente la IA se está quedando atrás. Esto incluye a Freepik, la empresa para la que trabaja actualmente.

"La gente todavía no se ha dado cuenta del gran aumento de productividad que supone usar bien la IA. En Freepik los equipos de marketing usan ChatGPT para crear y revisar textos. También lo usan para la creación de lluvias de ideas y para un primer borrador para blogs. En tecnología, directamente hemos hecho un all in. Todo pasa por Copilot, de Microsoft", relata el ingeniero.

Esto, sin tener en cuenta las propias herramientas que Freepik, plataforma de diseño, pone a disposición de los usuarios y que los trabajadores de la empresa emplean como parte de sus propios procesos. 

La última en ver la luz ha sido este mismo mes de abril ha sido AI Image Generator, una herramienta de IA que es capaz de generar variaciones infinitas de una misma imagen a golpe de clic.

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"En EEUU, por defecto, se lo creen"

En 2022, en una operación que rondó los 1.000 millones de euros, Meta adquirió Kustomer, una operación que incluso mereció una investigación de las autoridades europeas. A Pera el movimiento lo convirtió en uno de los jefes de IA del gigante de las redes sociales. 

"En la cultura de Meta hay una extrema claridad en cuanto a dónde quieren ir. Todo está ligado a una métrica de negocio. Obsesionarse con esto no es bueno, porque los datos tienen que informar, no dirigir, pero no estaría mal que en España nos obsesionáramos un poco más con ellos", explica Pera acerca de las principales diferencias que aprecia entre EEUU y España.

Otra diferencia fundamental tiene que ver con la ambición: "En EEUU, por defecto, se lo creen. Por defecto creen que pueden construir empresas globales. En Meta siempre piden a la gente que sumen un cero a su ambición: si quieres 1.000 clientes, que tu objetivo sean los 10.000. En Europa no siempre creemos que podemos construir algo de verdad grande".

Por contra, detalla, algo que las empresas españolas pueden exportar al extranjero es el sentimiento de unidad que suele haber en los equipos: "Somos muy de piña, muy de grupo, en España está muy arraigada la idea de que hacer grupo es importante".

Algo de esto detectó Pera cuando hace unos meses tomó la decisión de volver a España. Antes, había dejado Meta y Nueva York para ir a Miami y, como él mismo explica, "volver a ensuciarse las manos" con la IA, volver a sus orígenes: "Dirigir la IA de un gigante como Meta te exige dirigir muchos equipos y te deja poco tiempo para investigar. Necesitaba ese retorno", explica.

A las empresas, sin embargo, no les pasó desapercibido el movimiento. Mientras Pera experimentaba con chatbots de voz, le llegaron unas cuantas buenas ofertas de empresas que cotizan en bolsa.

Indeciso, Pera se puso entonces en contacto con Andrés Torrubia, uno de los mayores expertos en IA en España y un emprendedor con muchos años de experiencia a sus espaldas. Su veredicto fue claro: "Tú tienes que hablar con Joaquín Cuenca [CEO de Freepik]". Hablaron durante dos horas y media y, tan convencido quedó Pera con la propuesta, que, aunque la idea inicial era seguir trabajando desde Miami, el encanto de Málaga se terminó imponiendo.

Ahora, el experto lidera desde España los esfuerzos en IA de una gran empresa para empujar la balanza a favor del desarrollo de la tecnología.

"En el lado de la IA, creo que no estamos aportando lo suficiente como país. Estamos más en el lado de tenerla miedo que de abrazarla, y yo creo que hay que abrazarla con cuidado. Tenemos que intentar ser líderes en tecnología. Luego la regulación está bien, y tiene que llegar, pero creo que es mejor liderar la tecnología. En vez de eso, estamos liderando la regulación de algo que no estamos construyendo nosotros", resume Pera.

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