La fuga de cerebros de las tecnológicas es grave, pero la caza de talentos en IA de Elon Musk está demostrando que el problema no ha hecho más que empezar

Hasan Chowdhury
| Traducido por: 
Elon Musk, CEO de Tesla y cofundador de xAI.
Elon Musk, CEO de Tesla y cofundador de xAI.

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  • Con motivo del auge de popularidad que vive la inteligencia artificial, se está produciendo una fuga de cerebros entre las empresas del sector tecnológico.
  • A los trabajadores no les da miedo abandonar el barco para irse a trabajar a los proyectos de IA más innovadores y la nueva firma de Elon Musk, xAI, es un ejemplo de la caza de talentos que está teniendo lugar.

En este momento, las compañías tecnológicas están bastante obsesionadas con la inteligencia artificial. Aun así, si los directivos de estas empresas no se muestran lo suficientemente entusiasmados con esta tecnología, podrían observar cómo algunos empleados de incalculable valor se marchan directamente a trabajar para aquellos que sí que lo están. 

En otras palabras, la IA está planteando un problema de fuga de cerebros y los directores ejecutivos del sector tecnológico van a tener que actuar con rapidez si no quieren arriesgarse a perder a sus mejores talentos. 

El último ejemplo sería el caso de Elon Musk, que anunció este mismo miércoles la fundación de su nueva compañía, xAI

Esta nueva organización se va a enfrentar a OpenAI startup que fue fundada por el propio Musk y que ha sido impulsada por Microsoft— y a la división de inteligencia artificial de Google, DeepMind. El dueño de Twitter ha conseguido hacerse con un puñado de extrabajadores de estos 2 rivales con el objetivo de formar el equipo fundador de xAI.

Entre los 12 hombres que componen la plantilla de la nueva empresa de Musk se encuentran algunos de los talentos más cotizados del sector: Igor Babuschkin, Manuel Kroiss y Guodong Zhang, que han trabajado en DeepMind; Yuhuai Wu, Zihang Dai y Christian Szegedy, que vienen de Google; o Kyle Kosic, que ha formado parte del personal de OpenAI. 

Elon Musk junto al logo de xAI

Lo que llama la atención es cuántos de esos empleados proceden de Google y de DeepMind, 2 compañías que dieron un paso decisivo el pasado mes de abril, cuando decidieron fusionar sus operaciones en torno a la IA para dejar a un lado sus diferencias ante la amenaza común que supone OpenAI (la desarrolladora de ChatGPT).

El gigante de las búsquedas online parece haber vivido momentos de pánico desde que ChatGPT salió al mercado en noviembre. Google se apresuró a presentar su propio chatbot de inteligencia artificial, Bard (que esta semana ha llegado a España), ante el temor a que el generador de texto de OpenAI pudiese suponer una amenaza existencial para su negocio principal. 

Sin embargo, Google parece ir muy por detrás de OpenAI, que ha visto reforzada su capacidad gracias a la inversión multimillonaria que ha recibido por parte de Microsoft. Al fin y al cabo, las primeras impresiones cuentan, y las de la tecnología de Google no fueron muy buenas

Ese podría ser el motivo por el que varios talentos han decidido abandonar el barco y fichar por la punta de lanza de Silicon Valley en la actualidad. Antes incluso del lanzamiento de ChatGPT, los trabajadores de Google estaban hartos y se marcharon a OpenAI para colaborar en el desarrollo de ChatGPT. 

 

Aun así, ni siquiera la firma de Sam Altman es inmune a la fuga de cerebros. ChatGPT ha hecho mucho por atraer la atención de las empresas estadounidenses, pero el generador de texto por IA no tiene prometida la gloria eterna. 

GPT-4, el modelo lingüístico en el que se basa la tecnología de OpenAI, parece haberse vuelto "más perezoso" y "más tonto", según los expertos. 

Mientras tanto, la humilde pretensión de Musk de que su nueva compañía de inteligencia artificial "comprenda la verdadera naturaleza del universo" podría resultar atractiva para los empleados que piensan que eso es para lo que debería utilizarse esta tecnología.

Gracias a la enorme popularidad de la IA, no faltan oportunidades entre las que elegir para los ingenieros y otros perfiles profesionales. El sector tecnológico tendrá que asegurarse de que sus proyectos de inteligencia artificial les convierten en la mejor opción.

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