Inditex acelera hacia la desaparición definitiva de Kiddy's Class y deja en el aire el futuro de 40 tiendas

El desmantelamiento de Kiddy's Class es un hecho. Inditex anunció en diciembre que la firma de moda infantil sería absorbida por Zara España y el siguiente paso ha llegado.

 El gigante textil ha comunicado internamente el proceso de modificación sustancial y de movilidad geográfica de la firma absorbida, según ha podido saber Business Insider España a través de fuentes sindicales.

A este movimiento le seguirá una reunión entre la empresa textil y los sindicatos para determinar cómo se compondrá la parte social de la mesa de negociación, que se abrirá en breve aunque todavía no se ha concretado su fecha exacta de inicio.

En el aire, el futuro de los 40 establecimientos afectados por la decisión. Fuentes sindicales mantienen que, aunque las pretensiones del grupo textil aún no están definidas, "todo apunta al cierre de gran parte de la red comercial". 

Más de 400 personas podrían encarar el mismo proceso que otros compañeros enfrentaron con el adiós de Uterqüe o el plan de absorciones llevado a cabo por el grupo: su reubicación o la rescisión del contrato. 

No obstante, la idiosincrasia de Kiddy's Class probablemente provoque que el proceso sea "más complejo" que otros que ha dirigido el grupo: la clave reside en el asentamiento comercial del gigante gallego y que conlleva el no operar con su principal firma donde sí lo hace la de moda infantil.

 Inditex ha declinado hacer comentarios sobre las cuestiones planteadas en este reportaje.

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Cómo se fraguó su adiós

El primer paso llegó en diciembre, cuando el grupo textil notificó vía Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) que la sociedad que aglutinaba las operaciones de Zara en España había absorbido Kiddy's Class España.

La operación, según explicaba el grupo, consistía en una reorganización y simplificación de la estructura societaria de la empresa.

Ya en este primer momento, diferentes trabajadores manifestaron a Business Insider España el "total desconocimiento" de la operación y afirmaron haberse enterado por los medios de comunicación y no por su propia empresa.

Dos meses después se produjo la dimisión de toda su cúpula directiva.

¿Quiénes son sus directivos?

De esta forma, se hizo efectivo el cese de su presidente, Carlos Mato, un histórico ejecutivo del gigante textil que llegó a ser primera espada de Zara España. Mato, además, está casado con María Luisa Pérez Marcote, por lo que es cuñado de Amancio Ortega y, por tanto, es tío de Marta Ortega.

De igual manera, la breve nota del BORME registró también la interrupción laboral del consejero de la firma, Ignacio Fernández, que actualmente es director general de finanzas de todo el grupo y miembro de la alta dirección de la compañía. En 2016, según los datos del Registro Mercantil, comenzó a ocupar puestos en los consejos de administración de distintas filiales del grupo.

También se produjo el cese de Javier Díaz y Jesús Eliseo Rodríguez como consejeros de la sociedad. Este último, al igual que Fernández, figuran actualmente como administradores mancomunados de Zara España.

Pero en lo que se refiere a este documento no se hace mención alguna a Álvaro Cañete, director general de Kiddy's Class. Se trata de otra figura histórica de Inditex, ya que ha sido director de Inditex para el centro y norte de Europa.

En números rojos y con unas ventas a la baja

Kiddy's Class comenzó su andadura comercial hace 30 años y su naturaleza radica en trasladar la moda infantil cercana a Zara en las localizaciones donde la principal firma del grupo textil no operaba. 

Era a todos los efectos una sociedad independiente y, por ello, Inditex no hacía pública sus cuentas. Pero tal y como revela la información depositada en el registro mercantil, la enseña llevaba un par de ejercicios en números rojos. 

La compañía pasó de anotar un beneficio neto superior a los 5 millones de euros en los ejercicios 2019 y 2020 a registrar unas pérdidas de 8,3 millones de euros en tan solo un año. 

En 2022, último ejercicio disponible, pese a mejorar la cifra, las pérdidas se situaron en 877.000 euros.

El principal motivo radica en que sus ventas cayeron a casi la mitad de un año a otro y no volvieron a recuperar su umbral. Si en 2020 la cifra de negocio se movía en los 85 millones de euros, el siguiente ejercicio bajó hasta los 48 millones. En 2022, las ventas también se redujeron

Por qué el fin de Kiddy's Class no será igual al de otros

Fuentes sindicales explican que la intención del grupo pasará por reubicar a estos trabajadores en otras firmas del grupo y, en concreto, hacerlo en la empresa absorbente: Zara.

Los planes anteriores marcan el camino. El más destacado fue el plan de absorciones que el grupo acometió tras la pandemia, por el que cerró hasta 2022 entre 1.000 y 1.200 tiendas a nivel mundial, de las que unas 300 se encontraban en España. 

Para ello, Inditex y UGT y CCOO fijaron un acuerdo de reubicación no exento de polémica. Se priorizó el mantenimiento del empleo y se agilizó la reubicación de las plantillas afectadas a otras tiendas de todo el grupo. Eso sí, había varias condiciones: en caso de que estos traslados se dieran a una distancia superior a los 25 kilómetros había una compensación económica y una garantía de un puesto laboral similar.

También está el caso de la desaparecida Uterqüe, integrada en Massimo Dutti en 2022, y cuyo plan tenía algunas líneas comunes con el anterior. La integración de los trabajadores se produjo, en su mayoría, en la firma absorbente, donde las sinergias entre ambas enseñas era ya de antes de la operación un hecho pese a ser 2 firmas independientes. 

Fuentes sindicales apuntan a la integración en otros puntos comerciales, pero surge mismo escollo: los establecimientos Kiddy's Class afectados están ubicados en ciudades y municipios donde no siempre opera Zara o están lejos. 

Es el caso de la tienda de Tortosa, en Tarragona; la de Puertollano, en Ciudad Real; Calahorra, en La Rioja; o la sevillana de Alcalá de Guadaíra. En ninguno de ellos opera la firma absorbente. Peor es aún la situación del municipio gallego de Ribadeo –sin más tiendas del grupo Inditex y más de una hora de Lugo–. 

Con todo ello, la mesa de negociación girará, según estas fuentes, sobre este punto: blindar que, si no se pueden cumplir estas condiciones, los trabajadores puedan resolver su contrato laboral con la mayor contraprestación posible.