El juicio histórico que dirimirá si Google conquistó el mercado de los buscadores abusando de su liderazgo ya ha comenzado en EEUU

Sundar Pichai, CEO de Google.
Sundar Pichai, CEO de Google.

Getty

  • El Departamento de Justicia estadounidense denunció a Google por monopolio en el sector de las búsquedas en línea en octubre de 2020.
  • El juicio, que se prolongará durante al menos 10 semanas, ya ha comenzado, y estas son algunas de las consecuencias que podría tener una derrota de la tecnológica.

Hace 3 años el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó, junto a varios estados del país, una demanda antimonopolio contra Alphabet, matriz de Google, el gigante de los buscadores en línea. La demanda acusaba formalmente a la tecnológica de haber alcanzado el estatus de monopolio en el sector gracias a acuerdos comerciales que perjudicaban a sus competidores.

Esos acuerdos eran con Apple, con empresas de telecomunicaciones y con otros fabricantes de dispositivos. A través de esos convenios, Google conseguía que millones de terminales móviles usasen el buscador de Google como buscador por defecto. El Departamento de Justicia considera que de esta manera perjudicó la libre competencia.

Para entenderlo, un buen ejemplo es Neeva, un buscador en línea sin anuncios creado por 2 exejecutivos de Google que aterrizó en España a principios de este año. El CEO de la plataforma, Sridhar Ramaswamy, detalló en esta entrevista con este medio las razones por las que creía que había llegado el momento de plantar cara al gigante de Silicon Valley.

Sin embargo, apenas unos meses después, Neeva anunció que cerraba su motor de búsqueda y que pivotaría su modelo de negocio hacia otros aspectos de la IA. Neeva reconocía en un comunicado que "una cosa es crear un motor de búsqueda y otra muy distinta convencer a los usuarios habituales de la necesidad de cambiar a una opción mejor".

El caso de Neeva sirve para explicar la denuncia de EEUU contra Google porque la compañía llegó a estar valorada en 250 millones de dólares: jamás habría podido pagar la cantidad de 18.000 millones al año que —se estima— Google paga a Apple a cambio de que su buscador sea el buscador predeterminado en iPhone, como recuerda Platformer en este artículo.

El juicio, que ya ha comenzado formalmente y se extenderá a lo largo de 10 semanas, dejará visto para sentencia un caso que puede llegar a cambiar internet tal y como lo conoces. The New York Times dice que es la causa más importante que EEUU inicia contra una tecnológica desde la que presentó contra Microsoft en 1998 por limitar la competencia de su Internet Explorer.

Sin embargo, el juicio no tiene por qué salir como espera EEUU.

De hecho, en Platformer remarcan que el caso no estaría tan bien montado por parte del Departamento de Justicia como cabría esperar. Quizá, por esa razón, el procedimiento no esté copando las portadas de los medios de comunicación y teniendo una cobertura informativa que otras causas similares sí han tenido.

Ken Walker, el responsable de Asuntos Globales de Alphabet, tiene una ristra de argumentos para defender a la multinacional de las acusaciones del Gobierno estadounidense. Considera que los acuerdos alcanzados por el gigante del buscador es un "estándar" a la hora de expandirse en mercados, y que ese tipo de acuerdos no solo benefician a su compañía.

Por ejemplo, los pagos para la promoción de Google como el buscador por defecto en dispositivos acaba sirviendo para financiar otros navegadores que sí compiten con Chrome, la herramienta de Google para navegar por internet. 

El directivo también presume que esos acuerdos convierten a Google en el buscador por defecto, pero los usuarios pueden cambiar qué motor de búsqueda usar en sus dispositivos. Otra razón que Walker aporta es el hecho de que Google aborda intensos desafíos para la pervivencia de su modelo de negocio.

Por un lado, el auge de Amazon en el ámbito publicitario. Por el otro, la popularidad de herramientas de inteligencia artificial generativa que algunos de los competidores de Google ya están abrazando con entusiasmo, como es el caso de Bing, el motor de búsqueda de Microsoft, que se alió este año con ChatGPT de OpenAI.

Durante años, Yelp, una plataforma de reseñas de comercios locales, ha sido uno de los mayores cruzados contra Google a la hora de denunciar su supuesto monopolio. Luther Lowe, el responsable de lobby de ese servicio, explicaba hace días a Casey Newton de Platformer que en caso de que el juzgado dé la razón a EEUU frente a Google, la solución podría ser drástica.

Drástica para la tecnológica.

La causa podría suponer un "riesgo existencial" para Google dado que la misma se centra en el motor de búsqueda, que es el eje central del modelo de negocio de la compañía, y la propuesta del juzgado podría ser que la firma se deshiciera de su principal negocio. Pero una eventual sentencia también podría exigir a Google que se abstenga de alcanzar nuevos acuerdos como los que ha firmado.

En cualquier caso, este no será el único desafío legal que Google mantenga con EEUU. El año que viene puede comenzar una segunda causa que el Departamento de Justicia presentó a principios de este año, esta más centrada sobre el dominio que la multinacional mantiene en el sector de las búsquedas en línea.

Todas las multas, expedientes e investigaciones que ha impulsado la Comisión Europea contra las grandes tecnológicas en los últimos años

La compañía también tiene problemas en el Viejo Continente. La Comisión Europea ha abierto varios expedientes y aunque muchos de ellos ya están recurridos ante el Tribunal de Justicia de la UE, el juzgado comunitario ya falló una de las primeras causas en contra de la compañía.

En total, más de 8.000 millones en multas. La primera, en 2017, contra Google Shopping: sanción de 2.400 millones de euros al entenderse que gracias a su dominio como buscador la compañía favoreció su comparador de precios frente a servicios similares de la competencia. La segunda multa en 2018, por el buscador de Android. 4.125 millones.

La tercera la elevó la Comisión en 2019 por 1.490 millones de euros después de que Bruselas entendiese que las prácticas de Google para impedir que en su servicio de publicidad digital en búsquedas, AdSense for Search, apareciesen anuncios de sus competidores, como Bing o Yahoo, era contraria a derecho.

Todo al mismo tiempo que en la Unión Europea ya entran en vigor los nuevos reglamentos de Servicios Digitales y Mercados Digitales, llamados también a cambiar las reglas del juego en la industria tecnológica. Hace días Bruselas anunció qué servicios de Google estarían sujetos al Reglamento de Mercados Digitales.

La compañía reaccionó así: "En los últimos meses hemos estado trabajando para cumplir los nuevos requisitos de la Ley de Mercados Digitales. Ahora revisaremos a fondo la decisión de designación que se ha publicado. Seguiremos colaborando estrechamente con la Comisión en el cumplimiento de la ley y continuaremos ofreciendo servicios útiles e innovadores a la ciudadanía europea".

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