He viajado por los siete continentes: estos son los lugares más impresionantes que he visitado en cada uno de ellos
- He viajado por los siete continentes y he visto lugares increíblemente bonitos.
- Nunca olvidaré las imponentes montañas del Parque Nacional Wrangell de San Elías, en Alaska.
- Desde el agua de color turquesa hasta los animales, las Islas Galápagos son un lugar impresionante.
Cuando era pequeña y vivía en Montana, solo esperaba que llegara el día en que pudiera subirme a un avión y ver algunos de los lugares que había leído en mis libros favoritos.
Desde luego, nunca creí que viajaría a los siete continentes.
Pero cuando me hice mayor, tuve la suerte de encontrar una carrera flexible en el mundo de los viajes y de conocer a un hombre tan interesado en ver mundo como yo.
Después de visitar los siete continentes, he aquí los lugares más impresionantes que he conocido en cada uno de ellos.
África: El desierto del Sahara
Me gusta tanto el desierto del Sahara que lo he visitado dos veces. Acampar en el desierto y ver la Vía Láctea tras salir de una tienda bereber es un recuerdo que nunca olvidaré: cada estrella parecía estar lo bastante cerca como para tocarla.
Me sentí como en una cápsula del tiempo después de disfrutar de una noche junto a una hoguera con el sonido de los tambores, comer el tradicional tajine (un guiso marroquí con cuscús) y montar en camello hasta mi tienda.
Las dunas infinitas y el paisaje en constante cambio hacen que siempre se experimente algo nuevo, y que cada vista sea diferente a la del día anterior.
Antártida: La Península Antártica
Hacer kayak entre icebergs azules y simpáticos pingüinos en la Península Antártica es una experiencia irrepetible.
La abundancia de vida salvaje y unos paisajes que solo pueden describirse como de otro mundo la convirtieron en uno de mis destinos favoritos de todos los tiempos.
Justo cuando pensaba que el continente no podía ser más hermoso, doblamos la esquina en nuestro barco para encontrar un nuevo rincón, aparentemente virgen, con glaciares inmaculados y focas durmiendo.
Acantilados y glaciares bordean las costas en tonos blancos y negros, y es casi imposible sacar una mala foto de esta tierra estéril.
Asia: El Himalaya
Estar en la cima del mundo tiene algo de especial. Cuando mi ahora marido y yo subimos al campo base del Everest —donde los alpinistas inician su ascensión al Everest— nos encontramos con picos altísimos y paisajes impresionantes.
No fue solo un reto físico, sino también emocional. Visitar Nepal ha sido uno de los momentos más importantes para mí por la belleza del paisaje.
Las montañas son inimaginablemente grandes, y justo cuando crees que has visto la vista más hermosa del viaje, otro pico imposiblemente grande se cierne sobre ti.
Australia: Uluru
Comparado con las grandes ciudades de Australia, poca gente llega al interior del país. Sin embargo, en mi opinión, es la mejor parte del continente.
Hicimos una excursión en bicicleta alrededor de Uluru, que fue una forma excelente de hacerse una idea de la escala y la importancia de este lugar, sagrado para los aborígenes.
¿Lo más inolvidable de nuestro viaje? Las puestas de sol que bañaban esta famosa roca con tonos rosas y morados. Junto con la tierra roja por la que es conocida la zona, Uluru parece un escenario creado para una fotografía.
Europa: Florencia, Italia
Tuve la suerte de vivir un año en la región italiana de Florencia y no llegué a explorar todas las joyas que esconde esta ciudad.
A menudo entraba en una iglesia cualquiera para ver obras de Botticelli o Donatello, y me pasaba días enteros deambulando por las calles en busca del helado perfecto.
Muchas noches me acercaba a Piazzale Michelangelo para contemplar la puesta de sol desde lo alto de la ciudad. Desde ese ángulo, Florencia parecía una obra de arte en sí misma, mientras los colores del atardecer se extendían por los edificios.
Florencia envejece como una botella de buen Chianti: cada vez que vuelvo, recuerdo lo especial que es.
Norteamérica: Parque Nacional de Wrangell-San Elías
Un parque de Alaska que me cogió por sorpresa fue el Parque Nacional de Wrangell-San Elías. Habiendo visitado 26 parques nacionales hasta la fecha, había dejado este parque como una parada secundaria en nuestro viaje por carretera.
Sin embargo, cuando lo visité, me quedé maravillada con las imponentes montañas, los rebaños de caribúes corriendo por la tundra y las infinitas oportunidades para hacer fotos.
La mejor forma de ver este paisaje gigantesco es desde el aire; recomiendo dar un paseo en avioneta para tener una visión completa. Ver las imponentes montañas cubiertas de hielo glaciar sigue siendo uno de mis mejores recuerdos del viaje.
Sudamérica: Islas Galápagos
Las Islas Galápagos son un lugar de visita obligada para cualquier amante de los animales. Una vez en el archipiélago, es prácticamente seguro ver animales por todas partes, ya sea en tierra, en el aire o bajo el agua.
Desde graciosos piqueros hasta juguetones leones marinos y tortugas ancestrales, pude interactuar personalmente con algunas de las criaturas más intrigantes de la naturaleza.
Eso sí, asegúrate de mantenerte al menos a dos metros de los animales en todo momento, tal y como exige el Parque Nacional de Galápagos.
Combinadas con aguas de color aguamarina, costas escarpadas y playas sorprendentemente hermosas, las Islas Galápagos son un lugar que hay que ver para creer.
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