Me echaron de Rivian después de sobrevivir a tres rondas de despidos: fue casi un alivio para mí
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- El miércoles pasado, Rivian anunció que al día siguiente despediría al 10% del personal asalariado.
- Los trabajadores esperaron toda la noche para saber que habían sido despedidos, pero se sintieron aliviados por el fin de la incertidumbre.
Este artículo se basa en una conversación con un antiguo empleado de Rivian que fue despedido el jueves y habló de forma anónima para proteger su privacidad. Business Insider ha verificado su identidad y empleo. El texto ha sido editado por razones de extensión y claridad.
Empecé en Rivian en 2019 antes de su salida a bolsa y más o menos en el momento de la inversión de Amazon. Al principio, me cautivó el mensaje y la idea de trabajar para una startup.
Conocía el objetivo de Tesla de cambiar el mundo impulsando a todo el mundo hacia la electrificación de los vehículos. Me pareció que Rivian tenía una visión más sana y menos materialista de la privatización de los vehículos eléctricos. Rivian también me pareció un poco más sincera, todo lo sincera que puede ser una empresa.
Me enteré de que me iban a despedir el jueves pasado, cuando recortaron el 10% del personal asalariado. Esta es la cuarta ronda de despidos que he experimentado en Rivian, así que estoy un poco hastiado en este punto.
El correo electrónico que anunciaba los despidos no me alarmó tanto como alarmó a internet. He sufrido tantos despidos que ya me he acostumbrado.
Vi el correo electrónico apenas 15 minutos antes de que los medios de comunicación informaran sobre los despidos
Tengo fama de no revisar mi correo electrónico, así que un compañero de trabajo me envió un mensaje para preguntarme si lo había leído.
Apenas pude dormir el miércoles por la noche. Me acosté a la 1 de la madrugada y me desperté en mitad de la noche. Incluso soñé que me despedían.
También me desperté muy temprano. Mis compañeros y yo estábamos esperando a ver si nos llamaban.
Un compañero que trabajaba conmigo en uno de mis proyectos me envió un mensaje con algunas peticiones tediosas, y me senté a intentar hacerlas antes de darme cuenta. "Un momento, dentro de unas horas voy a saber si trabajo aquí o no. No hay forma de que dedique tiempo y energía a esto sin saber si estaré aquí otro día".
Muchos otros pensaban lo mismo. Todos estábamos pendientes de que nos invitaran a una reunión e intentábamos conseguir toda la información que podíamos.
Estuve con ansiedad todo el día
No dejaba de pensar: "¿Cuántas veces podré pasar por este sacrificio anual de la manada?". Es una sensación terrible y todavía la estoy asimilando. Creo que ahora estoy en la fase de aceptación en la que me alegro de no trabajar en una empresa en la que me pregunto si tendré trabajo todos los años.
Aunque me encantaba trabajar para Rivian — creía que la cultura era genial, la gente era fantástica y el sueldo era muy bueno—, los despidos eran constantes.
El año pasado pensé: "Dios mío, ¿puedo tomar decisiones importantes en mi vida? ¿Puedo comprar una casa sabiendo que quizá no tenga trabajo porque cada 12 meses tenemos otro despido?".
Fue una mezcla de frustración y ansiedad, y ahora estoy listo para superarlo.
Chicago Tribune/Getty Images
Cuando por fin recibí la invitación del calendario para una reunión individual con mi jefe, le envié un mensaje y le pregunté si podía decirme si me iban a despedir, porque no quería esperar otra hora. Por supuesto, no respondió. Comprensiblemente, estaba de mal humor.
Cuando llegamos a la reunión, decidí que no rompería el silencio y que él tenía que decir la primera palabra. Al final, lo hizo. Su perorata duró cinco minutos.
Una hora más tarde, estaba enviando mensajes a la gente para intercambiar números cuando mi ordenador se bloqueó.
Ha sido extraño ver el agresivo recorte de gastos de los últimos años
Recuerdo la semana en que recibimos la gran inversión de Amazon y la inversión de Ford. Solía llamar en broma al dinero los "dólares de Bezos" con mis amigos.
Nos gastábamos 40 dólares en GrubHub solo para comer, y parecía que todos los equipos que querían una herramienta de software podían conseguirla. Teníamos tantos servicios y aplicaciones redundantes que todos hacían lo mismo. Parecía el Salvaje Oeste.
Gado
Tras la OPV, muchos de esos viejos hábitos tecnológicos murieron. Fue difícil cambiar nuestros hábitos de gasto. En 2022, finalmente sentí que ya no teníamos dinero infinito.
No culpo a los dirigentes de Rivian porque no creo que fuera un problema estratégico. Hay muchas cosas que escapan al control de la empresa. Tengo grandes participaciones en las acciones desde hace mucho tiempo, así que quiero que la empresa tenga éxito. Teniendo en cuenta los tipos de interés y el efectivo disponible, también es difícil ver una perspectiva positiva.
Ya he empezado a solicitar trabajo y a hablar con amigos que pueden ponerme en contacto con otros lugares. No me importaría trabajar para otra startup.
Rivian no quiso hacer comentarios a Business Insider.
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