Guerra en el corazón de Zara: las diferencias laborales entre los centros logísticos anticipan otra batalla interna en Inditex

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Reuters

  • Inditex reparte su logística en 11 plataformas por toda España, desde Galicia a Alicante, donde los trabajadores viven realidades económicas muy distintas. 
  • Un inesperado movimiento de Comisiones Obreras pretende igualar las condiciones laborales de todos los centros en España, lo que puede desatar una guerra entre el resto de las fuerzas sindicales. 

"Sin ti no soy nada". La famosa canción de Amaral podría servir para retratar la dependencia de Inditex con su enorme red logística, una columna vertebral que se enfrenta hoy a una inestabilidad inédita.

Inditex, todo un coloso de la moda mundial con 5.700 tiendas esparcidas por el mundo, se sostiene sobre 11 centros logísticos estratégicamente ubicados desde su cuartel general en La Coruña (Galicia) a Tempe (Alicante). Este entramado, sin embargo, se ve ahora amenazado por una jugada inesperada del sindicato Comisiones Obreras, que ha puesto en el foco en las diferentes realidades económicas que tienen cerca de las 8.500 personas que sirven al engranaje de la mayor operadora de moda del mundo.

La guerra, sin embargo, no es nueva. Ya hace dos años, la plataforma aragonesa, crucial para Zara, desafió al gigante textil al secundar los primeros paros productivos de su historia para denunciar el agravio comparativo que sufrían frente a su centro gemelo de Arteixo, donde Inditex tiene su sede. 

El conflicto resurge ahora con más fuerza, esta vez con ámbito nacional, y presagia no solo un nuevo dilema laboral para la empresa de Marta Ortega, sino también una guerra soterrada entre las diferentes fuerzas sindicales. 

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Inditex reparte la logística de Zara en cuatro centros —operados a través de 4 sociedades filiales— ubicados en Galicia, Madrid, León y Zaragoza. Se trata de las empresas Zara Logística, junto a la sede de Inditex en Arteixo; Plataforma Meco, en Madrid; Plataforma León, en el polígono Industrial de Onzonilla, y la aragonesa Plataforma Europa, que asume la mayor carga de trabajo. 

El gigante gallego tiene también tres centros en la provincia de Barcelona —Tordera, Palafolls y Sallent de Llobregat— en los que recae la operativa de Stradivarius, Bershka, Massimo Dutti y Oysho. El municipio coruñés de Narón hace lo propio con Pull&Bear, y la Plataforma Cabanillas, en Guadalajara, atiende a la logística de Zara Home. Por último, Tempe, en Elche, gestiona el calzado de la multinacional. 

Las plataformas vivieron durante años aisladas sin atender en exceso a lo que acontecía en el resto de centros. La armonía se rompió hace dos años, cuando la Plataforma Europa —encargada de mover anualmente 400 millones de prendas de Zara Mujer— lideró una pelea para lograr las mismas condiciones que tenían los trabajadores del centro de La Coruña. 

La diferencia en las retribuciones era sangrante para muchos trabajadores, especialmente entre los turnos de tarde y noche. Por ejemplo, un operario logístico en Galicia tenía una jornada anual 1.535 horas y podía percibir alrededor de 10.000 euros en concepto de nocturnidad; mientras, un trabajador en la plataforma aragonesa, tenía que trabajar 1.702 horas al año y podía aspirar a un cobro de nocturnidad de unos 7.000 euros.

La paz llegó tras 11 meses de intensa negociación en forma de nuevo acuerdo colectivo. Las organizaciones sindicales acordaron con Inditex que fueran los propios trabajadores quienes, mediante votación, determinasen los términos de su nuevo marco laboral. La opción elegida fue la que contenía el menor incremento económico, un 6,7%, pero mayor reducción de horas laborales, 64 horas. 

"Aún con esta mejora, seguimos estando un 20% por debajo de Galicia. Estamos a años luz", explicaban entonces. Ahora la intención es acortar distancias, pero ya no solo entre gallegos y aragoneses, sino en un movimiento que implica, por primera vez, a todo el país. 

La tarea no será sencilla. 

Una guerra soterrada entre sindicatos

"¿Por qué la logística no puede tener una garantía de derechos como sí lo tiene la red de tiendas?", plantean fuentes vinculadas a CCOO, central impulsora de este movimiento y la que mayor representación tiene a nivel estatal (37%) en esta división. 

La estrategia de CCOO gira en torno a la creación de "un espacio de diálogo social para discutir aquellas materias que, pese a ser comunes, Inditex aplica con una gran desigualdad". Eso implica un acuerdo marco de garantías que, insisten, no perjudicaría las negociaciones que puedan existir en cada centro, sino que serviría fundamentalmente para desterrar las diferencias.

También, explican fuentes del sindicato, marcaría el futuro: "Si Inditex quiere abrir otra plataforma tendría garantizados unos mínimos por encima del convenio y no se verían en la situación en la que nos hemos visto todos los centros que abrió Inditex en estos últimos 20 años". 

Por otro lado, la CGT, con un 16% de representación, destaca desde su Federación de Hostelería, Alimentación y Comercio que Inditex ha creado una compleja red de 11 acuerdos diferentes para sus 11 plataformas logísticas. A pesar de operar bajo la misma clasificación económica, cada una enfrenta condiciones y salarios distintos. Esta fragmentación, argumentan, ha funcionado como una "barrera" contra las huelgas, dificultando la unificación de los trabajadores.

Sin embargo, la CGT no ignora que hay centros, como los de Arteixo y Zaragoza, que disfrutan de condiciones significativamente mejores que el promedio. Esto plantea la cuestión de si la lucha actual podría servir como un catalizador para mejorar las condiciones de los centros más desfavorecidos.

La disparidad salarial es palpable: mientras un trabajador en Tempe gana menos de 22.000 euros anuales, sus colegas en Galicia se acercan a los 40.000 euros, y los de Zaragoza o Meco rondan los 30.000 euros. "No deberíamos de comportarnos siempre de forma beligerante cuando esto suponga beneficios para los trabajadores y no limitar los derechos conquistados por otros", admiten fuentes sindicales. 

En este contexto, la decisión de unirse al acuerdo propuesto por CCOO es objeto de un intenso debate interno, reflejando la complejidad de la situación y la necesidad de encontrar un equilibrio entre los intereses individuales y colectivos dentro de Inditex.

A la rotundidad del principal sindicato de Galicia: "Pantomima en connivencia con Inditex

Manifestación Inditex

Cig

"Era solo cuestión de tiempo", así resume la Confederación Intersindical Galega (CIG) su visión crítica sobre los recientes movimientos sindicales en Inditex. Desde su perspectiva, esta estrategia no es más que una "pantomima", una maniobra que, a su juicio, busca reducir paulatinamente el poder de negociación de los trabajadores, alineándose sutilmente con los intereses de Inditex. "Estamos convencidos de que esta estrategia es la que prefiere la empresa: negociación estatal y reducción de inversiones en Arteixo". 

A pesar de su postura contraria, la CIG no se cierra a respaldar las luchas de sus compañeros en otras divisiones del grupo. Sin embargo, lanzan un mensaje de advertencia a los trabajadores sobre los sindicatos estatales: "Cuanta más representación tienen, menos avanzan nuestros derechos y salarios". 

La CIG, recuerdan desde el sindicato, se moviliza cuando es necesario, pero insisten en que no van a ayudar a que otros aparenten "una combatividad que les falta en un acto, además, electoralista". Se refieren a las elecciones sindicales que van a producirse el próximo mes en la plataforma madrileña de Meco. 

En este entorno de posiciones irreconciliables, el núcleo logístico de Inditex, vital para el gigante de la moda, se ve inmerso en una nueva y compleja batalla sindical. Una lucha que, aunque no ha sido directamente incitada por la empresa, sí está obligada a aplacar. 

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