El socorro de las telecos frente a las grandes tecnológicas cala en el Parlamento Europeo: "Habrá que debatir la fórmula", asume Pablo Arias

Pablo Arias, eurodiputado español del PPE.

Parlamento Europeo/Fred Marvaux

  • Pablo Arias es uno de los eurodiputados de la delegación española del Partido Popular europeo. En la legislatura ha participado en varias regulaciones tecnológicas.
  • En esta entrevista con Business Insider España evita hablar del fair share porque es "una fórmula que hay sobre la mesa": "La fórmula habrá que debatirla".

Es difícil ser adivino. Si se le pregunta al eurodiputado del Partido Popular Pablo Arias por cuándo llegarán a ser los metaversos el fenómeno digital que prometieron ser hace un par de años, el parlamentario rechaza dar una fecha en concreta. Y es bastante claro en sus motivos:

"Un economista podría hacer una predicción a tres o cinco años sobre qué pasará en el ámbito económico. En el ámbito digital solo sabemos lo qué va a pasar", asume. No el cuándo. Por eso, "lo único que nos queda es anticiparnos".

Arias presentó en el primer pleno europeo del año un informe sobre cómo el desembarco de los mundos virtuales —el Viejo Continente opta por este término en lugar de por la palabra metaverso— impactará en el mercado único.

No fue el único texto que la Eurocámara vio —y aceptó— en la sesión de enero, en Estrasburgo. El eurodiputado socialista y también español Ibán García del Blanco presentó otro informe desde otra comisión parlamentaria, más centrado en los aspectos jurídicos y en el impacto en los derechos civiles.

Pero el documento que defendió como ponente el popular Pablo Arias hizo especial énfasis en el impacto que tendrán los mundos virtuales en el mercado único y en el tejido productivo de la Unión Europea. A saber, también en la industria de las telecomunicaciones del Viejo Continente.

No en balde, a raíz de la conversión de Facebook en Meta en 2021 se ha reavivado el debate sobre el fair share, el anhelo de las telecos en el Viejo Continente por el que consideran que las grandes plataformas digitales —desde Google hasta Netflix— deberían colaborar en la inversión que hacen las propias operadoras por el despliegue de la infraestructura técnica necesaria.

"En Europa tenemos que prepararnos, por eso metemos en el informe la cuestión de las infraestructuras de telecomunicaciones en las que se espera un incremento del tráfico de datos", remarca Arias. "Debemos estar preparado para que las infraestructuras no colapsen y puedan permitir que el cliente final reciba un servicio y un producto acorde a lo que demanda".

Pablo Arias entiende que es "necesario" contar con unas redes de telecomunicaciones "en las que se tiene que invertir". "Hoy funcionan, pero empiezan a tener un problema", remacha. "En Europa tenemos que hacer un esfuerzo en esa dirección, y tener en cuenta a los más vulnerables, que siempre se les ha tenido en cuenta tarde, además de buscar ser competitivos".

¿El tiempo con el que contamos para fortalecer las redes de telecomunicaciones? "No lo sabemos, solo sabemos que será necesario, que la apuesta de Meta no es para mañana. Pero probablemente sí será para pasado mañana, y lo tendremos dentro de muy poco tiempo enfrente". 

Meses atrás, investigadoras del Real Instituto Elcano advirtieron de la debilidad del sector de las telecomunicaciones europeos no solo para responder a una demanda que crecerá expansivamente ante el desarrollo tecnológico: también ante la posibilidad de que terceros países y compañías extranjeras acaben adquiriendo participaciones importantes en las firmas locales.

Así, se diagnosticaba que la atomización del mercado —en la Unión Europea hay más de 100 operadores en contraposición a la fortaleza de la que disfrutan telecos en EEUU en un mercado con muchos menos players— pondría dificultades en el horizonte.

El análisis se convirtió en profético cuando apenas semanas después se supo que Saudi Telecom (STC), la teleco participada por Arabia Saudí, entraría en Telefónica comprando el 10%. El Gobierno de España respondió a finales del año pasado con la compra de una participación similar: el Estado volvía a la multinacional más de dos décadas después de su privatización.

El calendario político de Bruselas obliga a las telecos a armarse de paciencia en el debate del fair share y a resignarse al libro blanco de Breton

En este contexto, las telecos europeas han redoblado sus esfuerzos en los últimos años para tratar de convencer en la necesidad de alcanzar un acuerdo con la industria tecnológica para que esta se haga cargo también del despliegue de redes. Una fórmula que el sector bautizó como el fair share o la "contribución justa".

Esos esfuerzos dieron sus frutos a mediados del año pasado, cuando el comisario de Mercado Interior se abrió a analizar la propuesta y acabó asumiendo que esta se podría transformar en un nuevo reglamento para las "redes digitales" que acabaría tramitándose, eso sí, en la próxima legislatura comunitaria, que arrancará en la segunda mitad de este 2024.

Todo es incierto, ya que las elecciones europeas de junio podrían hacer cambiar el punto de vista y el orden de prioridades que Bruselas podría albergar a este respecto. Pero si se le pregunta a Pablo Arias, el eurodiputado del PP, él lo tiene bastante claro. Al menos, en lo que respecta a la necesidad de actuar, ya que él "no hablaría de fair share", defiende.

"Yo no hablaría de fair share, es una fórmula que se ha puesto sobre la mesa. No digo cómo hacerlo, pero estoy convencido de que hay que hacerlo. Habrá que debatir la fórmula e intentar acertar, pero tengo claro que nuestras empresas de telecomunicaciones hace 10 años eran la gallina de los huevos de oro y hoy no son competitivas", lamenta.

De hecho, remacha la idea recordando que en los terrenos "en los que competimos", "que son EEUU y China, con dos modelos radicalmente diferentes a los que plasmamos en la Unión Europea", sus empresas de telecomunicaciones "funcionan a pleno rendimiento porque tienen dos o tres grandes operadores".

"Aquí tenemos más de 100. Competir en ese mercado es prácticamente imposible, sobre todo si queremos que nuestros operadores sean competitivos a nivel de inversión".

Arias aduce que no es necesario que las telecos europeas "sean gigantes". "No necesitamos que sean gigantes, basta con que sean capaces de absorber la demanda que tienen y aportar al cliente y al mercado único el potencial que necesitamos". "La competitividad es un aspecto nuclear para la Unión Europea".

La regulación de la publicidad política y las nuevas elecciones europeas

Arias, durante la legislatura que ahora llega a su fin, también ha participado en otras regulaciones como la relacionada con la publicidad política en línea. "La privacidad de los ciudadanos es fundamental y debe estar en el centro de la ecuación: no puede ser que los partidos hagamos uso de esas herramientas [plataformas tecnológicas en favor propio y en detrimento de los ciudadanos".

También se reguló al respecto porque se ha visto, dice, "como actores rusos han intentado interferir en procesos electorales en diferentes regiones y estados: la regulación pone coto a esas circunstancias". Sobre lo que pueda pasar en junio, defiende que en la Eurocámara siempre ha habido "un variopinto amalgama ideológico". Pero hay cosas en juego.

"Lo más importante y complejo aquí son los nacionalismos. A partir de los nacionalismos entran los extremos y los populismos. El cáncer de Europa siempre han sido los nacionalismos. Cuando el nacionalismo crece, crecen los extremos", critica.

Para el eurodiputado, "es verdad que puede haber un crecimiento por parte de los extremos", dice, tras habérsele preguntado por cómo los sondeos proyectan un crecimiento de las fuerzas de la ultraderecha en el Parlamento europeo. "Por lo tanto, es el PSOE, que es quien tiene su propio criterio al respecto, quien debe impulsar políticas que convenzan a la ciudadanía de que tienen que votarles".

"Yo no tengo ninguna duda de que el PP será el primer grupo de la cámara, de que ganaremos las elecciones y seguiremos haciéndolo como hasta ahora. Igual de bien o de regular, pero lo que no podemos hacerlo es mal. El grupo parlamentario socialista y sus partidos deben hacérselo mirar y hacer políticas que sean para todos y no para unos cuantos", zanja.

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