El calendario político de Bruselas obliga a las telecos a armarse de paciencia en el debate del fair share y a resignarse al libro blanco de Breton

José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.
José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.

Telefónica

  • La situación del mercado de las telecomunicaciones europeos está atravesado por la fragmentación, que vuelve débiles a las compañías del sector.
  • Bruselas entreabrió la puerta a un reglamento que fomentara la concentración, pero ese debate y el del fair share se tendrá que aplazar otros tantos meses.

Telefónica celebró hace unos días un Capital Markets Day, su primer acto de calado dirigido a los inversores en más de una década. El objetivo: presentar el nuevo plan estratégico de la compañía. Pero el acto, que Business Insider España siguió en directo, dio para mucho más, como por ejemplo para hablar del futuro de las redes, del papel del cloud o del rol de Telefónica Tech.

Y del futuro de internet.

En respuesta a la pregunta de un analista, José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de la multinacional, abordó el eterno debate sobre la regulación del sector. Recordó su postura y la dejó muy clara: está obsoleta y hace que el mercado actual no sea sostenible. "No es eficiente y está muy fragmentado", denunció.

"Si Europa comparase los actuales niveles de capex en el continente con las metas que se marcó, espabilaría".

Llamó la atención el tono grave que empleó. Con dureza, Pallete recordó, por ejemplo, que Telefónica no entendería que los remedies por la fusión entre Orange y MásMóvil —pendiente de autorización por parte de Bruselas—, en caso de ser estos necesarios, acabaran impactando en su negocio.

"El régimen regulador es obsoleto", insistía. "En España supuestamente somos líderes en TV de pago pero las cuotas de mercado de Netflix, HBO o Disney+ ni siquiera se miden".

Aquello, evidentemente, llevó a hablar de la reivindicación que las telecos europeas hacen desde hace años: el fair share o la retribución justa. Las 20 mayores empresas europeas del sector dieron un paso más el pasado mes de octubre cuando juntas firmaron una carta abierta dirigida a Bruselas en la que se pedía que las grandes tecnológicas también pagaran el despliegue de redes.

En realidad, el sector ya encontró el respaldo de uno de los comisarios. Thierry Breton, responsable de la cartera de Mercado Interior, anunció en febrero una consulta pública que culminó en mayo. No obstante, no habrá muchos más movimientos por parte de Bruselas. No, al menos, hasta después de las elecciones comunitarias que se celebran a mediados de 2024.

El anuncio de Breton en febrero colmó de gozo al sector, que sin embargo ha visto cómo en los últimos meses ese impulso inicial se ha transformado en prudencia. Pallete lo reconocía así: "No sé si dará tiempo a que veamos algo antes de que el Parlamento Europeo se disuelva". 

Como él, el CEO de Deutsche Telekom, Timotheus Höttges, se expresaba en la también reciente presentación de los resultados financieros del tercer trimestre de la firma alemana: "Todavía no hay nueva regulación, es una tarea para la próxima Comisión. Me gustaría que hubiera sido más rápido, pero contamos con el apoyo de gente y de al menos los comisarios salientes".

La red de las telecos será la sucesora del cloud ante el aumento del tráfico, según Telefónica: esto es lo que opinan los expertos

"Espero que [los comisarios salientes] hablen con el siguiente Ejecutivo. Europa se tiene que mover rápido".

El propio Breton sorprendió a propios y extraños el pasado 10 de octubre compartiendo una publicación en LinkedIn con una propuesta —por desarrollar— de un "reglamento de las redes digitales", que por sus siglas en inglés se conocería como DNA. 

En su escrito no se pronunciaba sobre la idea de la retribución justa, pero sí abría la puerta a la concentración en el sector para que aparecieran los "campeones europeos" de las telecomunicaciones. 

De hecho, esa aparición sería necesaria atendiendo a un análisis de dos investigadoras del Real Instituto Elcano, Judith Arnal y Raquel Jorge, que el pasado mes de julio desgranaban la situación actual del mercado de las telecomunicaciones europeos. Esa fragmentación es uno de los factores que explica la debilidad de la industria.

Y esa debilidad de la industria, a su vez, explica que las telecos europeas sean un caramelito para inversores extranjeros que han puesto a los Gobiernos del Viejo Continente en alerta. Entre los primeros, al propio Gobierno de España, que ya ha levantado su escudo antiopas para escudriñar la irrupción de Saudí Telecom, que anunció en septiembre su entrada en Telefónica con un 9,9%.

Sin embargo, la concentración sectorial no va a ser bien recibida por todo el mundo. Actualmente el mercado europeo se configura de la siguiente manera: hay 4 grandes telecos mayoritarias por estado miembro, a las que además hay que sumar los operadores virtuales. Eso repercute directamente en un mercado fragmentado. 

Pero que se fomente la concentración en la industria no va a dejar a esos operadores virtuales de brazos cruzados. Ni tampoco a los consumidores. Cláudio Teixeira, de BEUC, una de las mayores organizaciones de consumidores europeas, avisaba hace meses en Euractiv:

"La competencia en el mercado europeo de las telecomunicaciones ha sido una historia de éxito durante las 2 últimas décadas: si se compara con EEUU, los consumidores europeos pagan mucho menos y reciben un servicio de más calidad".

Por rizar el rizo, en octubre la ciudad de León acogió una cumbre informal de ministros de Telecomunicaciones que no llegó a demasiados términos, pero sí valió para que Breton concretase su propuesta de desarrollar un libro blanco del sector que ayude y guíe a las instituciones europeas que resulten de las elecciones del año que viene sobre el asunto del fair share.

Un libro blanco sobre el que el propio Pallete ya ha confirmado que estarán colaborando aunque a su juicio Breton acabara abriendo "una caja de Pandora distinta".

Las telecos tendrán que afinar sus argumentos en el libro blanco y después convencer a la próxima Comisión Europea

Que se haya acabado abriendo una caja de Pandora "distinta" —en palabras del propio Pallete— no preocupa de la misma forma al CEO de Deutsche Telekom, Timotheus Höttges, que en la presentación de los resultados financieros de su firma destacaba que no sería la retribución justa por sí misma lo único que "resolvería todos nuestros problemas".

"Es un sinfín de elementos fruto de una regulación obsoleta y superada. Si queremos ponernos a la altura del resto de Occidente, de América o de Asia, donde se está impulsando realmente el desarrollo, Europa tiene que hacer algo al respecto. Y la contribución justa es solo una parte de lo que hay que hacer", enfatizaba Höttges.

Sin embargo, esto del fair share va a ser una cuestión ineludible en los próximos años. Lo que suceda en las urnas el año que viene será determinante, pero el debate ya protagonizó buena parte del pasado Mobile World Congress, en el que la propia secretaria de Estado de Digitalización e IA del Gobierno de España, Carme Artigas, se pronunció por primera vez sobre el tema.

Las empresas del sector "permitieron que durante la pandemia mantuviéramos el ritmo de vida, la teleasistencia, los servicios digitales públicos o la educación de nuestros hijos", consideró Artigas. "En cambio, quienes generan soluciones avanzadas encima de esas infraestructuras, generan todos esos beneficios".

"Creo que la reivindicación de las telecos no deja de ser una apuesta atrevida y seguramente tendrá su contestación por parte de las plataformas digitales. Estamos todos esperando cuál es su reacción y cuál será el debate", dijo en una entrevista con Business Insider España.

La hubo. Quien respondió entonces fue uno de los co-CEO de Netflix, Greg Peters, quien advirtió que un impuesto para que las tecnológicas pagaran a las telecos tendría "un efecto adverso": "Reduciría la inversión en contenidos, perjudicaría a la comunidad creativa, mermaría el atractivo de los paquetes de banda ancha de precio más elevado y, en última instancia, perjudicaría a los consumidores".

Greg Peters, co-CEO de Netflix, durante su intervención en el Mobile World Congress.
Greg Peters, co-CEO de Netflix, durante su intervención en el Mobile World Congress.

Netflix

"Los clientes de banda ancha, que impulsan este mayor uso, ya pagan por el desarrollo de la red a través de sus cuotas. Exigir a las empresas de entretenimiento —tanto a las de streaming como a las de televisión tradicional— que paguen más por ello significaría que los proveedores de internet estarían cobrando dos veces por la misma infraestructura".

Esta discusión no quedó ahí.

Sin ir más lejos, Pallete llevó el tema la semana pasada a una nueva dimensión. No dijo que las telecos tuvieran que reclamar el dinero de las grandes tecnológicas para financiar los despliegues de redes. "No queremos su dinero. Queremos simplemente que nos devuelvan el nuestro".

"Destinamos el 25% de nuestro capex en algo que no nos ha dado ingresos ni valor para nuestros clientes. ¿Por qué debería seguir construyendo una parte significativa de la red solo para 5 o 6 players? No tiene ningún sentido", criticó.

"Estamos listos para darles un periodo de tiempo, 2 años o lo que necesiten. Les daremos incluso las API", ha enfatizado el presidente ejecutivo de Telefónica. 2 años para que las grandes tecnológicas —Google, Meta, Amazon...— reduzcan el consumo de la red por debajo "del 5%".

"Si no están ahí, recurriremos a un arbitraje para que decida. No es su dinero lo que queremos. Queremos que nos devuelvan el nuestro", advirtió.

El libro blanco en el que las telecos europeas dejarán por escrito su —a su juicio— imprescindible hoja de ruta será crucial para la batalla estratégica de los próximos años. Las telecos tendrán, por ejemplo, que afinar bien cómo argumentan que el crecimiento del tráfico de las redes repercute directamente en sus costes.

Porque algunos números no salen, según concluye este artículo de Light Reading, uno de los medios especializados en el sector. "Un fallo fundamental en el argumentario de las telecos es el enlace que establecen entre tráfico y costes de redes". "Consideran que por cada nuevo petabyte —un millón de gigas— de tráfico se requiere una inversión para fortalecer las redes".

"Los últimos informes financieros de las telecos europeas no les ayudan. Telefónica es un ejemplo, es una de las pocas que comparte sus niveles de tráfico en sus informes anuales. En 2017, sus redes globales condujeron 35.614 petabytes. En 2022, el volumen ascendió hasta los 125.790", continúa el texto.

"Pero sus costes operativos anuales, incluyendo depreciaciones y amortizaciones, descendió 8.700 millones de euros en este periodo". "Telefónica indica que le impacto del aumento del tráfico se aprecia en sus gastos de capital, más que en sus costes operativos. Sus gastos de capital han caído 2 puntos porcentuales desde 2017, hasta el 15% en 2022".

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