El último escándalo de Uber agita las negociaciones sobre la futura ley europea que regulará el trabajo de la economía de plataforma

Travis Kalanick, fundador y ex-CEO de Uber
Travis Kalanick, fundador y ex-CEO de Uber

El debate sobre la regulación de la economía de plataforma y el estatus de los trabajadores sigue muy candente en Bruselas. 

Esta semana, la reciente investigación llevada a cabo por el periódico The Guardian y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), conocida como Uber Files, saltaba a la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo, y avivaba las negociaciones sobre lo que será la futura ley del sector, que prevé una mejora de las condiciones laborales para los trabajadores de la economía digital.

El pasado mes de diciembre, la Comisión Europea presentó una propuesta de directiva, con una línea similar a la marcada por la ley rideren España en agosto de 2021, que establece que los trabajadores de empresas como Uber, Cabify o Glovo son trabajadores por cuenta ajena y no autónomos. 

Sin embargo, el documento no está cerrado y las negociaciones siguen en curso. 

Dicha directiva tiene que ser ratificada todavía por el Parlamento Europeo y los diferentes Estados miembro, un proceso que se espera tome por lo menos un año y medio, mientras las distintas patronales del sector luchan por incorporar enmiendas y poner unos requisitos muy específicos a la hora de determinar si hay o no relación laboral.

El sector de la economía de plataforma lleva años librando una encarnizada batalla por esta cuestión.

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El futuro de 5 millones de personas en juego

Mientras las compañías del sector aluden a la pérdida de flexibilidad en su modelo, así como la desaparición de miles de empleos en el caso de que tengan que laboralizar a sus trabajadores, los sindicatos exigen derechos fundamentales como un salario mínimo y una mayor protección social de este colectivo.

Durante los últimos meses en Bruselas, el debate entre partidos conservadores y progresistas ha girado en torno a esta problemática y los diferentes mecanismos a la hora de regular el sector para determinar si finalmente los trabajadores son falsos autónomos.

La ambiciosa propuesta de la Comisión Europea afectaría a más de 5 millones de trabajadores no solo de empresas como Uber, Deliveroo, Glovo o Bolt, sino a otros sectores que también forman parte de la economía digital, desde profesores que trabajan en remoto o diseñadores gráficos.

Durante los últimos años, estas empresas, como Uber y Bolt, han llevado importantes campañas de lobby para condicionar las votaciones de los eurodiputados y que la regulación europea les beneficiase mayormente.

Sin embargo, ahora los Papeles de Uber han puesto en evidencia el modus operandi de la empresa de movilidad para ejercer esta presión y saltarse la regulación de los países donde quería expandirse. Algo de sobra conocido en Bruselas, como se ha comentado esta semana en el Parlamento Europeo.

La izquierda pide cercar a Uber

La filtración masiva de documentos y emails por parte de uno de los ex altos cargos de la propia compañía demuestra como Uber hizo todo lo posible por encender el debate público en torno a si su servicio era legal o no, tras las manifestaciones del sector del taxi en su contra.

En aquellas manifestaciones que comenzaron alrededor de 2014 y que todavía hoy siguen sucediendo, se vivieron momentos de muchísima tensión entre taxistas y los conductores de Uber, donde hubo hasta agresiones, algo que la empresa de California utilizó a su favor para meter presión a políticos y reguladores.

La cultura impuesta durante esos años por Travis Kalanick, ex-CEO y fundador de Uber, queda resumida en un email que se ha filtrado y en el que el exdirectivo sentenciaba lo siguiente: "La violencia es garantía de éxito".

En la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales, celebrada este martes, se han presentado más de 800 enmiendas a la propuesta de directiva de la Comisión Europea, por parte de los diferentes grupos políticos del Parlamento.

Tras el escándalo, los grupos de izquierda del Parlamento Europeo han pedido que se intensifique el escrutinio sobre las actividades de lobby que ha hecho Uber en Bruselas durante los últimos años, e incluso han pedido que se invaliden las enmiendas presentadas por la patronal a la que pertenece, conocida como EU Move.

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"Uber no respeta las normas"

"Este tema es de extrema actualidad tras la filtración de los Papeles de Uber que demuestra la necesidad de trabajar en un marco europeo general para conceder protección social a los trabajadores y también para proteger a los buenos empleadores y la competencia leal", ha señalado en su intervención Elisabetta Gualmini, del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo.

La gran mayoría de enmiendas presentadas afectan a 2 puntos en particular de la directiva europea, concretamente a los artículos 4 y 5, que condensan el debate del futuro de trabajo en la economía de plataforma.

El artículo 4 presume la relación laboral entre los trabajadores y la compañía, y el artículo 5, recoge la posibilidad de esas compañías de refutar dicha presunción y demostrar que la relación en cuestión no es en realidad una "relación laboral" de acuerdo con la definición vigente que tenga cada Estado miembro.

En este sentido, los grupos conservadores como el PPE y Renew exigen en sus enmiendas que se aumente el número de criterios para establecer si el trabajador lo es por cuenta ajena o no.

Por su lado, los grupos de izquierda como Los Verdes han reafirmado sus posiciones aludiendo al escándalo de Uber, y han añadido presión a las negociaciones para desde las instituciones europeas se regule en mayor medida, en vez de dejar la decisión sobre la laboralidad en manos de la legislación de cada país.

"Los Papeles de Uber puede ser algo que no sea sorprendente, ya que es una empresa que no respeta las normas", ha señalado en su intervención la eurodiputada Kim van Sparrentak.

El lobby de Uber puede quedar fuera de Bruselas

Esta semana, varios grupos parlamentarios de la Unión Europea han pedido una investigación sobre la exvicepresidenta de la Comisión Neelie Kroes, después de que su nombre haya saltado a la palestra tras la filtración de los Papeles de Uber.

Kroes, según esta investigación, habría ayudado a la compañía a ejercer presión sobre el gobierno holandés poco después de dejar su cargo en la institución europea en 2014, donde fue máxima responsable de política digital. La exmandataria ha negado cualquier comportamiento inapropiado. 

A raíz de estas revelaciones, algunos grupos políticos piden endurecer las normas sobre los grupos de presión y lobby de las empresas que están presenten en Bruselas.

"Viendo las enmiendas a esta directiva, está claro que la huella de Uber está en algunas de ellas. Tenemos que invitar a Uber a una audiencia en este Parlamento y debemos rechazar el trabajo de su lobby con Move EU", ha añadido Kim van Sparrentak.

A pesar de que todavía quedan algunos flecos por cerrar en lo que refiere a la directiva de la Comisión Europea, todos los grupos se han mostrado optimistas esta semana sobre el futuro acuerdo que se prevé alcanzar el próximo mes de octubre cuando se vuelven a reunir.

"No podemos hacer como que no pasa nada, porque cuando los trabajadores no cobran lo suficiente, están explotados o humillados, esto no es un problema de izquierda o derecha, es un problema de decencia y equidad", ha concluido Elisabetta Gualmini.

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