¿Podría haber en el futuro pasaportes de emisiones de carbono que limiten nuestros viajes?

A plane flies in the sky against the background of green trees.
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  • Un estudio reciente sobre el futuro de los viajes incluye el concepto de "pasaporte de carbono".
  • En teoría, un pasaporte de carbono limitaría las emisiones de gases de efecto invernadero de los viajeros cada año.
  • Pero los expertos en sostenibilidad de los viajes sostienen que hay formas más eficaces de apoyar los viajes respetuosos con el medio ambiente.

El clima tiene un problema con el turismo.

Una empresa de viajes tiene una idea que podría solucionarlo: un "pasaporte de carbono" que limitaría la cantidad de emisiones que los viajeros podrían emitir cada año.

Un estudio elaborado en octubre por la consultora The Future Laboratory y publicado por la empresa de viajes Intrepid sugiere esta idea como forma de regular las emisiones anuales de los viajeros.

Las cifras de la Agencia de Protección del Medio Ambiente muestran que el 29% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2021 procedían del transporte, incluidos vuelos, trenes y coches.

Según Paloma Zapata —directora general de Sustainable Travel International, una organización que desarrolla estrategias con gobiernos y empresas—, los vuelos suelen producir al menos la mitad de la huella de carbono total de un viaje.

"Estamos en la mayor carrera de nuestro tiempo: la carrera hacia las emisiones netas de carbono cero", declara Zapata a Business Insider. "Y cuando viajamos, consumimos muchos recursos".

Un pasaporte de carbono regularía las emisiones de los viajeros

Alex Hawkins, editor de prospectiva estratégica de The Future Laboratory y autor del informe, explica a Business Insider que el concepto podría llegar a ser necesario si no se trabaja por un mundo más sostenible.

"La propuesta de los pasaportes de carbono se basa en la idea de los derechos personales de emisión de carbono", afirma Hawkins, y añade que "impondría un límite a la cantidad de carbono que la gente puede emitir durante un determinado periodo de tiempo".

Hawkins reconoce que no se trata de un concepto nuevo. El Parlamento británico esbozó una idea similar en un estudio de 2008 titulado Personal Carbon Trading. "Los pasaportes de carbono han llevado esa idea un paso más allá" porque implicarían el seguimiento y la limitación de las emisiones de carbono de los viajes, en concreto, añade Hawkins.

El estudio señalaba que las personas debían limitar su consumo de carbono a 2,3 toneladas al año para mitigar la crisis climática. El ciudadano medio estadounidense emite 16 toneladas anuales, según el informe.

En realidad, un pasaporte de CO₂ sería difícil de implantar

Hawkins y Matt Berna, presidente de Intrepid en las Américas, no creen que un pasaporte de carbono sea una solución rápida.

"Este es el futuro que no queremos", declara Hawkins a Business Insider. "Planteamos el concepto como una provocación para decir que si no estamos tomando medidas decisivas contra la crisis climática, vamos a ver potencialmente nuestras libertades restringidas de diferentes maneras".

Berna señala que es solo una idea que podría concienciar sobre los viajes sostenibles.

Para que funcione, este pasaporte tendría que crearse junto con una nueva legislación e innovaciones tecnológicas, señalan Berna y Hawkins.

Los expertos coinciden en que hacer realidad el concepto plantea retos.

"La idea es buena en teoría, pero en términos de logística, no veo cómo podría llevarse a cabo", comenta a Business Insider Anna Abelson, profesora adjunta del Jonathan M. Tisch Center of Hospitality de la Universidad de Nueva York, al hablar de cómo funcionaría el seguimiento.

Sería difícil conseguir la participación de suficientes personas, añadió Hawkins, y "para que funcionara a nivel internacional, haría falta la colaboración de muchas partes interesadas".

"Si pusiéramos ciertos límites a nuestras emisiones individuales de carbono, eso tendría diferentes repercusiones para cada uno de nosotros", afirma.

Zapata cree que la restricción podría ser alienante e ineficaz.

"Deberíamos inspirar a la gente para que haga cambios y crear un entorno en el que esos cambios se produzcan de forma orgánica", ofreciendo opciones más sostenibles y concienciando sobre los viajes ecológicos, afirma.

Abelson, Berna y Zapata sugieren algunas estrategias para resolver el problema climático del turismo, como que las aerolíneas utilicen fuentes de combustible alternativas y que los gobiernos regulen las emisiones de carbono en la industria de la aviación.

Según Hawkins, sería más eficaz impulsar el transporte ecológico mencionado en el informe.

"La aviación sostenible está innovando mucho", asegura a Business Insider.

Las aerolíneas están empezando a utilizar combustible de aviación sostenible fabricado con recursos como la basura y el aceite vegetal. Los datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo muestran que el combustible de aviación sostenible emite hasta un 80% menos de dióxido de carbono que el típico combustible para aviones.

El mercado actual de combustibles sostenibles no es suficiente para alcanzar la descarbonización aérea en 2050, por lo que la industria pide a las administraciones subvenciones e incentivos que impulsen la producción.

Wizz Air es una de las compañías aéreas que trabajan por un futuro sostenible.
Wizz Air es una de las compañías aéreas que trabajan por un futuro sostenible.Thierry Monasse/Getty Images

Los pasaportes de carbono no abordarían otras emisiones de los viajes

Según Berna, el concepto de pasaporte de carbono plantea otro problema: no todas las emisiones de los viajes proceden del transporte.

"La siguiente pieza que tenemos que resolver es cómo viajamos cuando llegamos al lugar, cómo gastamos nuestro dinero y dónde nos alojamos", apunta.

Berna y Zapata comparten algunos consejos para limitar las emisiones de carbono como viajero, como consumir alimentos de origen local, alojarse en alojamientos sostenibles que utilicen energías renovables y optar por menos viajes largos en lugar de varios más cortos.

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Hawkins añade que visitar destinos poco frecuentados puede ayudar a mitigar el turismo excesivo, al tiempo que se extienden los beneficios del viaje a otros lugares.

"Por ejemplo, Grecia e Italia tienen una demanda masiva", afirma. "Así que ahora estamos empezando a ver que destinos como Albania entran en juego".

Para hacer un seguimiento de las emisiones de carbono de tu vuelo, Berna sugiere reservar a través de Google Flights, que ha incluido los niveles de emisiones desde 2021. La web de Google Flights indica que sus emisiones de carbono se basan en las estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Otra herramienta útil es Native, una calculadora de emisiones online en la que puedes introducir tus planes de viaje y obtener una estimación de la huella de carbono de tu viaje.

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