La patronal mantendrá su rechazo a subir el salario mínimo en negociación que se iniciará el 1 de septiembre, aunque no podrá bloquear su revalorización

El consenso del diálogo social sobre las últimas subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), que permitió aprobar por unanimidad que su cuantía se incrementase un 22,3% en 2019, hasta 900 euros al mes en 14 pagas, y un 5,5% en 2020, hasta los actuales 950 euros mensuales, podría romperse ante el rechazo de la patronal a un nuevo alza del salario mínimo para finales de 2021.

Tras superar el rechazo del Ministerio de Economía a seguir elevando el mínimo salarial hasta alcanzar el 60% del salario medio en 2023, como adelantó en julio la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, el Ministerio de Trabajo, liderado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, anunció este jueves una nueva convocatoria de la mesa del diálogo social el 1 de septiembre para abordar una nueva subida.

Los sindicatos han aplaudido que se retome la negociación para incrementar el salario mínimo ante el incremento de la inflación de un 2,9% y para cumplir los compromisos del Gobierno de coalición. Mientras, la patronal, que ya había mostrado su oposición a cualquier revalorización del SMI, mantendrá una postura de rechazo frontal en la reunión del 1 de septiembre, segúnEl Confidencial.

La CEOE considera que las subidas del SMI no tienen en cuenta las diferencias de coste de vida entre comunidades, no diferencian actividades profesionales, no tienen en cuenta contratos entre empresas privadas y administraciones, según el digital, que asegura que la patronal defiende que esta medida puede frenar la contratación de jóvenes e incentivar la economía sumergida.

Los sindicatos, por su parte, reclaman defender el poder adquisitivo de los 1,5 millones de trabajadores que se beneficiarían de la subida del SMI ante el repunte de la inflación este año. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha defendido que debería haberse producido ya y ha rechazado un alza simbólica y el de UGT, Pepe Álvarez, ha pedido negociar también las subidas para 2022 y 2023, segúnCinco Días.

Mientras, el Ministerio de Trabajo ha conseguido imponer su criterio, favorable a elevar el SMI al 60% del salario medio, como defiende la Carta Social Europea, pese al rechazo de Calviño y del ala socialista del Ejecutivo. Para ello, contó con el respaldo del comisario europeo de Empleo, Nicolas Schmit, que reclamó en octubre nuevas subidas del SMI en 21 estados miembro para reducir las diferencias salariales y el porcentaje de trabajadores pobres, que se sitúa en el 10%.

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En caso de que la división de opiniones en la mesa del diálogo social, la patronal no tiene la capacidad de bloquear la subida del salario mínimo, según El Confidencial, que destaca que su aprobación no requiere del apoyo de los agentes sociales sino de una consulta previa, como sucedió durante el Gobierno anterior, que aprobó las revalorizaciones del SMI previas a 2018 sin respaldo sindical.

Sin embargo, el rechazo de los representantes de los empresarios sí rompería el clima de consenso entre Ejecutivo, sindicatos y patronales que ha permitido aprobar 10 acuerdos del diálogo social en los 20 meses que ha durado hasta el momento la legislatura y que han dado luz verde a la reforma de las pensiones, el escudo económico y social ante la pandemia, los ERTE o la ley rider, entre otras medidas.

La patronal, de hecho, ya había roto ese consenso al retirar a sus representantes del comité de expertos encargado por el Gobierno de diseñar cómo elevar el salario mínimo interprofesional hasta el 60% del salario medio. Pese a ello, la subida del SMI seguirá previsiblemente la senda marcada por este comité, que propuso elevarlo entre 12 y 19 euros mensuales en 2021 para que se sitúe entre 1.012 y 1.047 euros al mes en 2023.