Europa ya tiene su Reglamento de Mercados Digitales, y estos son los primeros cambios (y broncas) que vas a ver en tu dispositivo

La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.
  • En la noche de este jueves al viernes ha entrado en plena aplicación el Reglamento de Mercados Digitales.
  • Los enfoques con los que Apple y Google pretenden cumplir la nueva norma en el ámbito de la distribución de apps levantan ampollas.
  • Estos son los primeros cambios (y las grandes broncas) que vas a notar desde ya en tu dispositivo.

La Unión Europea ya está inmersa en los debates previos a las elecciones comunitarias que se celebrarán el próximo 9 de junio. Esta semana el Partido Popular europeo ha designado a su candidata a presidir la Comisión Europea: Ursula von der Leyen aspira a repetir el cargo para un segundo mandato.

Sin embargo, los últimos estertores de la legislatura siguen dando titulares en el ámbito de la regulación tecnológica.

Anoche entró en vigor el Reglamento de Mercados Digitales, conocido por sus siglas en inglés, DMA.

Esta norma, al igual que el de Servicios Digitales (DSA), es parte de un amplio paquete legislativo comunitario que pretende meter en cintura a la industria tecnológica. Ambas leyes entraron en vigor ya hace meses, pero su entrada en funcionamiento y en plena aplicación se produjo el mes pasado en el caso del DSA y anoche en el caso del DMA.

El DSA introduce nuevas normas que deberán cumplir las plataformas digitales, con énfasis en la moderación de sus contenidos y en el acceso a la información que brinda a sus usuarios. Mientras, el Reglamento de Mercados Digitales que ya está en plena aplicación es un paquete regulatorio antimonopolio.

Estas son las primeras empresas que tuvieron que atenerse al DSA —luego se incorporaron varias plataformas porno— y estas los principales "guardianes de acceso" que han tenido que adaptarse antes que nadie al DMA.

Margrethe Vestager, la comisaria de Competencia, era consciente de que las herramientas con las que la Unión Europea cuenta para hacer frente a situaciones de abuso por posición dominante eran insuficientes ante una industria tecnológica titánica. Bruselas ha impuesto grandes multas multimillonarias a las grandes tecnológicas.

Pero las grandes tecnológicas también cuentan con instrumentos para defenderse de esas sanciones, aunque no siempre con éxito. La principal es contraatacar recurriendo esas multas ante el Tribunal de Justicias de la Unión Europea (TJUE), lo que Apple se dispone a hacer, por ejemplo, tras la reciente multa de 1.800 millones de euros que le ha impuesto Bruselas.

La mayoría de esas sanciones se amparaban con Bruselas aduciendo que se había vulnerado el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). Salvando las distancias, es como pretender imponer una sanción administrativa a una empresa por abusar de su posición dominante en el mercado español amparándose en la Constitución española.

Hacía falta algo más, y ese algo más es el Reglamento de Mercados Digitales.

Los principales cambios ya los estás viendo: ¿qué es eso de consentir que se sigan vinculando los servicios?

Aunque es prontísimo para ver sus efectos —tanto el DSA como el DMA entraron en vigor hace meses, pero su plena aplicación llegan ahora—, sí se pueden ver algunas novedades en la industria tecnológica.

En el ámbito de los Servicios Digitales, por ejemplo, Bruselas aseguró a finales del año pasado que ya habían notado una mejoría en la moderación de las plataformas digitales. Del mismo modo, el Ejecutivo comunitario anunció la apertura de una investigación sobre X, la plataforma antes conocida como Twitter que posee Elon Musk, ante la posibilidad de que no estuviera cumpliendo la norma.

Con respecto al Reglamento de Mercados Digitales, seguramente ya habrás notado que en algunas plataformas —LinkedIn, Instagram, Google— ahora hay textos emergentes pidiéndote algo. ¿Por qué las plataformas preguntan si quieres seguir manteniendo vinculados esos servicios?

El Reglamento de Mercados Digitales deja de dar por hechas muchas cosas. Por ejemplo, que los usuarios de iPhone solo pueden descargar e instalar aplicaciones procedentes de la tienda de Apple, la App Store. O que los dispositivos que adquieras tengan que tener preinstaladas aplicaciones que encima no puedas borrar.

También la necesidad de que ahora las plataformas y servicios etiqueten cuándo algunos servicios que están ofreciendo en sus ecosistemas son propios o de terceros. Por ejemplo, si usas la cámara de Google o la aplicación de contactos de Apple, estarán debidamente etiquetadas en caso de que los usuarios quieran buscar alternativas.

El Comisario Europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, durante su discurso por la aprobación de la ley DMA.

También deja de dar por hecho que al usar un servicio de una plataforma estés aceptando un todo o nada. Por ejemplo, LinkedIn puede recopilar tus datos de hábito de uso para servirte publicidad personalizada —aquí juega su papel el Reglamento General de Protección de Datos— pero también para recomendarte publicaciones que se adecúen a tus intereses.

Pero también puede utilizar esos datos para sugerirte ofertas de trabajo que encajen mejor con tu perfil, o para recomendarte potenciales contactos en la red. ¿Por qué, si no has autorizado en ningún momento que se utilicen tus datos para tantas cosas distintas? 

Por esa razón, el DMA obliga a las grandes plataformas tecnológicas a preguntar primero a sus usuarios si consienten que muchos de esos servicios permanezcan vinculados. Quizá el ejemplo de LinkedIn es algo más difícil de comprender, pero lo mismo sucede en Google: tú no tienes por qué aceptar que tu cuenta de Google sirva para YouTube. Y a Google le tocará preguntarte.

De esta manera, el Reglamento de Mercados Digitales consigue también dar un importante paso adelante en la lucha contra las posiciones dominantes en diversos sectores digitales. Posibles competidores, por ponerlo de ejemplo, tienen ahora una mínima posibilidad de competir de forma efectiva al no darse por sentado que los usuarios de Google también lo son de YouTube.

Esto es lo que hizo, de hecho, que Threads, la nueva plataforma social de Meta, tardara varios meses en llegar a Europa. Aunque nació en julio, la red social que pretende competir con X no estuvo disponible en el Viejo Continente hasta finales del año pasado. La razón: para crearte una cuenta en Threads es necesario que hagas uso del inicio de sesión en Instagram.

También las primeras broncas: la forma con la que Apple o Google y sus tiendas pretenden cumplir el Reglamento de Mercados Digitales

Precisamente por no dejar nada por hecho, el DMA termina también con la idea de que los usuarios de iPhone solo pueden descargar aplicaciones de la App Store, al entender que se estaba abusando de una posición —ser propietaria del ecosistema iOS— y no se estaba permitiendo la competencia en el sector de la distribución de apps —tiendas de aplicaciones—.

El enfoque con el que Apple está intentando asumir este aspecto del DMA ha levantado ampollas. Apple introducirá la posibilidad de que los usuarios de iPhone solo en Europa puedan descargar e instalar aplicaciones de fuentes de terceros. 

Sin embargo, gran parte del negocio de esta multinacional es precisamente la tasa del 30% que cobra sobre todas las transacciones que se hacen dentro de su ecosistema. Por eso Fortnite salió de la App Store años atrás, iniciando un controvertido pleito: de todos los pagos que los jugadores del juego hacen dentro de la app en iOS, el 30% iba a las arcas de Apple.

Y Apple no quiere perder esos ingresos. Por eso, "retorció" la nueva regulación, según han criticado otras tiendas de aplicaciones como la española Uptodown: los desarrolladores de apps podrán ofrecer pasarelas de pagos externas a la App Store y a iOS, pero seguirán teniendo que pagar por otros conceptos.

Eso, para el CEO de Uptodown, una startup malagueña que se ha convertido en una de las grandes alternativas a la tienda de Google, la Play Store, no es satisfactorio a la hora de cumplir el DMA. Y como él piensan otras plataformas como Epic, que sigue luchando con Apple, u otras grandes tecnológicas como Microsoft o Meta.

Luis Hernández, cofundador de Uptodown.
Luis Hernández, cofundador de Uptodown.

Uptodown

Pero Google tampoco se queda atrás. El gigante del buscador anunció esta misma semana con qué enfoque intentarían cumplir el Reglamento de Mercados Digitales recordando que "las tiendas de aplicaciones pueden ser preinstaladas en dispositivos Android mediante acuerdos con fabricantes de tales terminales".

Ese resquicio que el gigante pretende aprovechar tampoco satisface a Uptodown, cuyo CEO, Luis Hernández, ha replicado en un artículo publicado en su blog.

"Durante una década se ha demostrado en varios procedimientos legales que Google ha abusado de su relación con fabricantes, haciendo imposible que los usuarios adopten cualquier alternativa". 

Cita, por ejemplo, la multa de más de 4.300 millones que Bruselas impuso a la multinacional en 2018. Bruselas detectó prácticas —exigir a desarrolladores que integraran su buscador en sus apps si querían salir en la Play Store, por ejemplo— que sancionó. Google recurrió, eso sí, y logró reducir la pena a los 4.125 millones.

"En nuestra opinión, no es posible corregir el desequilibrio causado por 12 años de abusos en el mercado dejando la decisión en manos de fabricantes y socios de Google", lamenta Hernández.

Son varias las dificultades a las que tendrán que hacer los competidores de Google o Apple en sus ecosistemas en el ámbito de la distribución de aplicaciones. Microsoft prepara una tienda de videojuegos. Sin embargo, hoy por hoy, ni Google Play permite descargar desde la propia plataforma tiendas de terceros, denuncia también el CEO de Uptodown.

"No permitir que tiendas de terceros estén en Google Play, la principal vía de acceso al ecosistema de Android, evita la adopción de alternativas". "Uptodown no está permitida en Google Play a día de hoy". Lo curioso, eso sí, es que Google Play sí es descargable desde la tienda de Uptodown.

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