La mayoría de empresas de robotaxis morirán en menos de 10 años: el golpe en la mesa que puede dar España para imponerse

Un pasajero dentro de un robotaxi.

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Si hay algo que une a las marcas automovilísticas y a las grandes empresas tecnológicas como Google es que ambas ven en los robotaxis el transporte del futuro. Es por eso que estas 2 industrias están invirtiendo grandes cantidades de dinero para conseguir desarrollar las tecnologías necesarias para poner en marcha estos coches.

Sin embargo, a día de hoy, hay muchas dudas sobre si producir y comercializar estos vehículos autónomos será realmente rentable. Según expone Baidu, a pesar de que los habitantes de Pekín están acogiendo bien los primeros modelos de robotaxis que circulan por la ciudad a modo de prueba, la compañía está perdiendo dinero con los viajes. La principal fuente de rentabilidad de estos vehículos es la venta de la tecnología que utilizan, no los pasajeros.

Precisamente, en desarrollar las tecnologías necesarias para poner en funcionamiento los robotaxis es donde las compañías están haciendo un mayor desembolso. De hecho, los expertos consultados por Business Insider España consideran que el principal factor para que estos coches sean rentables tiene que ver con el software que utilizan.

Según Sara Nicolás, responsable de asuntos externos de Goggo Networks, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta, entre las que predomina la tecnología. Para alcanzar la rentabilidad, es necesario una producción a escala, algo que de momento no se está dando. "Para que los robotaxis sean más atractivos que el transporte compartido tradicional, va a ser fundamental el precio y este va a venir determinado por la tecnología a escala". 

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Los expertos creen que la tecnología está prácticamente lista para poder ser implementada de manera masiva. "Dependiendo de cómo de rápido se implemente, las empresas tendrán más margen", añade Nicolás a Business Insider España. Sin estas tecnologías, fabricar un robotaxi a día de hoy supone unos costes muy elevados que pocas compañías pueden asumir.

Sin embargo, la falta de conocimientos sobre los robotaxis y las dudas sobre el potencial que pueden tener en el futuro también hacen que los expertos cuestionen su rentabilidad. "No conocemos el avance en la escalabilidad de cada una de las empresas, no sabemos qué factores pueden hacer disruptivo del mercado", destaca Ramón Ledesma, consejero asesor de Pons Mobility.

¿Seguirán los robotaxis el mismo patrón que el 'delivery'?

La principal duda que generan los robotaxis es si habrá cabida para muchas empresas en este negocio. En otros sectores, como el delivery, las compañías continúan sin ser rentables. Tal como ha explicado Business Insider España, esto se debe a que los altos costes y la demanda tan limitada hacen que no haya nicho suficiente para todas ellas

Precisamente, esta es una de las incógnitas del futuro de los robotaxis. Según expone McKinsey en su informeEl camino hacia la movilidad autónoma asequible, todas aquellas empresas que no hayan despuntado antes de 2030 desaparecerán

Además, la consultora detalla que, si estas compañías de robotaxis quieren triunfar, deberán "convertirse en líderes del mercado en unas pocas ciudades, no en players de nicho en muchas, para capitalizar las economías de escala con el apoyo de infraestructuras como los centros de control de vehículos o los centros locales de taxis autónomos". 

 

Sin embargo, esta lucha apunta a ser la de David contra Goliat. Actualmente, hay 2 empresas en el mundo que llevan la delantera en la carrera de los robotaxis. Una es Waymo, propiedad de Google, y la otra es Baidu, su homólogo chino. 

Que las grandes empresas sean las que invierten en esta tecnología tiene mucha lógica, ya que, de momento, desarrollarlas supone una elevada inversión. Además, estas compañías también cuentan con todos los datos necesarios para implementar estas tecnologías. Aunque no hay cifras oficiales, estarían usando "presupuestos de miles de millones de euros" para desarrollar esta tecnología.

Esto, según apuntan los expertos, hará que solo tengan sitio un número limitado de empresas por país. "Todo pinta a que la rentabilidad se la van a repartir un par de empresas. La competencia en la optimización va a ser cada vez más alta y ahí, probablemente, quienes desarrollen un proceso de innovación más ágil y quiénes agilicen los costes de una manera más rápida serán los que triunfen", explica Ledesma.  

El consejero asesor de Pons Mobility detalla que este es el motivo de que Amazon, Google o Facebook hayan entrado en el mundo de la movilidad. "Al final, las plataformas que más avanzan son las que tienen más posibilidades de quedarse con todo el mercado", añade. 

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Sara Nicolás coincide, aunque diferencia entre operadores y productores: "Como operadores, hay un nicho y los que consigan posicionarse antes y logren las licencias para operar en ciertas ciudades van a tener muchas ventajas competitivas".

Luis Ignacio Vicente, consejero estratégico de Pons IP, apunta que "otro factor importante es patentar la tecnología. Está claro que aquí la tecnología va a ser muy relevante, es decir, quien sea propietario de la tecnología en la que se basa la navegación autónoma va a tener una ventaja muy relevante. En esta parte es donde Europa puede aventajar a EEUU y China, que son quienes tienen hoy parte de las patentes de conceptos como la inteligencia artificial".

La única esperanza para España pasa por la regulación

A pesar de que, con los datos que se manejan actualmente sobre los robotaxis a nivel mundial, todo apunta a que las pequeñas compañías solo pueden aspirar a que los gigantes las absorban, los expertos guardan una pequeña esperanza para España. 

El país aún no ha avanzado mucho en lo relacionado con estos coches autónomos, ni en la parte tecnológica ni en la regulación. Precisamente esto, por paradójico que parezca, puede ser una ventaja. Las autoridades aún pueden tomar medidas en materia laboral y fiscal para que las pequeñas empresas que despunten en España tengan un hueco. 

"En lo que tiene que ayudar la regulación es que, donde se genera la riqueza y para quien se genera riqueza, sea para aquellos que la trabajan. Si la regulación tiene estos factores en cuenta, es posible que el mercado español tenga su hueco", señala Ramón Ledesma.

Luis Ignacio Vicente también subraya que esta regulación también será relevante para favorecer la competencia. "En las primeras etapas, sí habrá espacio para empresas pequeñas que desarrollan una tecnología de nicho", señala. 

Precisamente, el desarrollo de esta tecnología puntera puede hacer, según el experto, que despierte el interés de las grandes empresas, que pueden, o bien implementar esa tecnología, o bien comprar a compañías más pequeñas. 

Aún es pronto para saber cómo va a evolucionar el sector de los robotaxis. De hecho, fabricantes que llevan años apostando por estas tecnologías, como Tesla, siguen sin poner en práctica todo lo investigado hasta la fecha y llevan retrasando años sus pruebas en carretera. Por eso, los expertos creen que España puede adelantarse y marcar la diferencia. 

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