Los secretos de emprender en familia según Freepik, Gravity Wave y otras startups: "Si las normas quedan claras, es lo mejor que te puede pasar"

El equipo fundador de Freepik:Alejandro Sánchez, Pablo Blanes y Joaquín Cuenca.
El equipo fundador de Freepik:Alejandro Sánchez, Pablo Blanes y Joaquín Cuenca.
  • Los fundadores de startups como Freepik, Gravity Wave, 4Geeks y Aliqindoi celebran las ventajas de haber emprendido junto a familiares: "Si sabes poner límites, es lo mejor que hay".
  • No obstante, todos subrayan también las dificultades, como lo complicado que es muchas veces separar lo personal de lo profesional.

He aquí una película de miedo. Las coordenadas: un piso 32 metros cuadrados no muy lejos de la estación de metro de Pacífico, en Madrid, verano de 2020, plena pandemia. En estas condiciones, Víctor y Marco Gómez, dos treintañeros, tratan de dar forma al sueño de su vida: montar su propia empresa. 

El proyecto tiene nombre, 4Geeks Academy, una suerte de spinoff de una empresa estadounidense de programación que ya usa en su día a día ChatGPT y que hace unos años cayó en la cuenta de que eran particularmente buenos formando programadores en un momento en el que el mercado los demanda más que nunca.

Los Gómez tratan de importar la idea a España. No es el primer proyecto empresarial que llevan a cabo juntos, pues hace unos años ya montaron una empresa de reformas y reparaciones online con la que incluso llegaron a ganar algún que otro premio. 

Sin embargo, su inexperiencia y su falta de profesionalidad les terminó obligando a cerrar aquella vez. "Cometimos todos los errores que se pueden cometer", confiesa por teléfono Víctor Gómez, CEO de 4Geeks Academy, a Business Insider España.

Con esa espina clavada, Víctor, un joven inquieto que ya desde su época universitaria trata de hacer negocios con la reventa de bisutería entre sus compañeros de clase, se viene a España en 2014. Su hermano Marcos, que consagra su vida a la programación, hace lo propio en 2018 tras liderar los esfuerzos de 4Geeks Academy de crecer en la Venezuela en la que ambos han crecido.

Tras un segundo fracaso empresarial de Víctor, recién llegado a España, Marcos le propone a su hermano embarcarse con él en la aventura de importar al país el modelo de aprendizaje de 4Geeks Academy. Un viaje a Miami para ver de cerca cómo es el negocio termina convenciendo a Víctor Gómez.

Pero las cosas no son, ni mucho menos, tan fáciles ni tan idílicas como ambos se las imaginan en un primer momento. Para empezar, porque no pudieron tener peor ojo para el timing: la fecha de estreno inicial de la empresa en España fue el 11 de marzo de 2020. Sí, apenas unos días antes de que se decretara el confinamiento del país a causa del coronavirus.

Para continuar, porque a la lógica tensión que trae consigo la puesta en marcha de todo proyecto empresarial se unen pronto el calor de la capital y, sobre todo, una pandemia que obliga a los hermanos a pasar juntos las 24 horas del día.

Los roces fueron inevitables.

"Mi hermano era China y yo Taiwán, o algo así. No es que discutiéramos, es que aquello era una batalla campal permanente. Siempre hemos sido dos personas muy distintas, aunque, por otra parte, siempre nos han unido dos cosas: nuestro interés por la tecnología y el hobby de bucear", relata Víctor Gómez.

Finalmente, tras no pocas peleas e incluso algún que otro amago de dejar el proyecto, poco a poco las cosas se fueron dando. Para evitar más malentendidos, Víctor Gómez, que había abandonado su trabajo como director comercial de una pyme, queda al cargo de la empresa como CEO, y Marco Gómez, un par de años mayor que Víctor, queda al frente de toda la parte académica.

Según las cuentas depositadas por la empresa en el Registro Mercantil y consultadas por Business Insider España, 4Geeks Academy España cierra aquel dificilísimo 2020 facturando algo más de 200.000 euros y ya con ebitda positivo, toda una proeza en el mundo del emprendimiento, donde las empresas suelen tardar años en alcanzar, al menos, el punto de equilibrio entre gastos e ingresos.

En 2021, con la máquina cada vez más engrasada, 4Geeks Academy España ingresa más de 600.000 euros, lo que triplica las cuentas del año anterior, y en 2022 la empresa cierra el año por encima del millón de euros de facturación y con un resultado neto de más de medio millón de euros positivos.

"Hemos llegado a un puerto excelente", resume el menor de los hermanos Gómez. "No fue nada fácil, porque al confinamiento sumamos el montar una empresa. Al principio, él seguía trabajando como desarrollador, y yo demandaba cosas de él sin respetar horarios ni nada".

La solución, explica Gómez, pasó por definir bien los roles de cada uno y respetar las decisiones del otro. También por ir aprendiendo poco a poco a separar lo profesional de lo personal.

"Es un hecho que con un hermano se discute más, pero en un negocio hay que entender que quien te habla no es tu hermano, sino un compañero de trabajo que quiere también lo mejor para la empresa. Esos vínculos hay que trabajarlos bien. Si se aprende a separar, la relación puede ser maravillosa, y te lo dice alguien que se ha peleado mucho con su hermano", explica Gómez.

Como muestra, un botón: el pasado mes de agosto, por primera vez en muchos años, los dos hermanos pudieron irse juntos de vacaciones. Por supuesto, aprovecharon para dar rienda suelta a su gran pasión por el buceo, pero lo hicieron con una sola norma: nada de hablar de 4Geeks. "¡Nos hemos vuelto muy profesionales!", comenta Gómez, casi tan sorprendido como satisfecho.

Marco Gómez (izq.), director de Asuntos académicos de 4Geeks Academy, y Víctor Gómez, CEO de la empresa.
Marco Gómez (izq.), director de Asuntos académicos de 4Geeks Academy, y Víctor Gómez, CEO de la empresa.

4Geeks

No son muy distintas las conclusiones a las que han llegado con los años los hermanos Alejandro y Pablo Sánchez Blanes, creadores de Freepik, un repositorio de imágenes que el fondo sueco EQT adquirió en 2020 por unos 300 millones de euros y para el que desde principios de este año busca comprador a cambio de 700 millones de euros, más del doble de lo que invirtió.

Y eso que, al comienzo, la relación entre los dos hermanos no fue muy allá: "Él me sacaba seis años, y yo básicamente era el hermano pequeño que le rompía todo", cuenta a Business Insider España Alejandro Blanes, que a diferencia de su hermano sigue en Freepik. En su caso, ejerce como jefe de Producto de la startup.

Curiosamente, la relación entre ambos mejoró cuando, siendo más mayores, empezaron a conocerse. A diferencia de otros muchos jóvenes emprendedores que sueñan con ser el nuevo Steve Jobs, en los comienzos de Freepik ninguno de ellos aspiraba a que aquel proyecto adquiriera la dimensión que terminó teniendo.

"Ninguno de los dos queríamos ser empresarios. Solo queríamos tener un pequeño proyecto que era casi como un hobby. No fue algo premeditado, no teníamos un business plan. Si mi hermano me hubiese dicho de buenas a primeras de montar una gran empresa, nos hubiésemos asustado los dos", relata el menor de los Blanes.

Pero el caprichoso mundo del emprendimiento tiene estas cosas: el éxito, eso que todos anhelan y casi nadie consigue, aparece de cuando en cuando donde no lo esperan. Tras arrancar en 2010, hacia los años 2013 y 2014 Freepik explotó en visitas y hacia 2015 lo hizo en facturación.

"Fue casi como una cosa de magia, porque por norma general con las empresas las relaciones se deterioran, pero la relación mía con mi hermano mejoró. Además, fue curioso porque, al ser el mayor, yo tenía mucha tendencia a escuchar lo que decía él, pero en Freepik yo empecé a llevar la parte de la estrategia, así que él tuvo que empezar a escucharme a mí", recuerda Alejandro Sánchez Blanes.

Los límites, un paso fundamental en la relación entre fundadores

Al igual que los Gómez, los Sánchez Blanes también tuvieron que poner límites entre la empresa y su vida familiar: "Nos pusimos como norma no hablar de la empresa, ni siquiera con la familia. Mis padres, de hecho, creo que nunca entendieron muy bien de qué iba todo aquello. Además, al estar los dos metidos, les daba miedo que nos fuese mal, algo que ahora sabemos que era muy probable".

Con todo, la valoración que hace Alejandro de la experiencia de triunfar en el mundo de las startups junto con su hermano es positiva. De hecho, hoy ambos comparten la estructura de un family office, un brazo inversor familiar con el que pretenden gestionar el patrimonio que les proporcionó el exit de Freepik.

Otro experto en el emprendimiento familiar es Felix Martín Aguilar, CEO de Aliqindoi, una plataforma de compraventa de móviles de segunda manos que ha puesto en marcha, entre otros, con su primo, David Lanzas Aguilar.

"Siempre he tenido a David en muy alta estima. Lo conozco desde hace más de 40 años, y estuve un tiempo siguiendo una empresa online con la que consiguió facturar tres millones de euros en apenas año y medio. Siempre tuve ganas de hacer algo con él. Su capacidad y sus ganas son alucinantes", resume a Business Insider España el CEO de la empresa.

Para Martín, dejarlo todo negro sobre blanco ha sido fundamental para el proyecto: "Desde el principio, sentamos unas reglas de cómo trabajar y cómo evitar llevar el trabajo al plano más personal. Eso ha sido muy importante. Vengo de la consultoría de estrategia y gestión, donde se utilizan mucho este tipo de contratos que establecen como trabajar".

El empresario habla desde la experiencia, pues hace años trabajó con su hermano Borja Martín Aguilar en ReWare, una empresa especializada en la fabricación de ordenadores y periféricos, entre otros artículos electrónicos. 

Con todo y con eso, a veces es inevitable que lo profesional se meta dentro de lo personal, y viceversa.

"Como somos unos frikazos, es fácil que acabemos hablando de emprendimiento en las cenas y las comidas familiares. Hace un mes, de hecho, aprovechamos una comida un sábado para reunirnos los socios de Aliqindoi. Se vinieron las mujeres y los niños y reservamos una hora y media para poder hablar", relata Martín.

Y ahonda: "Mucho del que emprende en familia no se da cuenta de las implicaciones que tiene. La diferencia está en ser conscientes de que todo se puede torcer y se pueden terminar superando ciertas barreras. El riesgo está ahí. Hay que reconocer que lo hay, no hacerlo es un poco kamikaze". 

Con todo, anima a quienes se lo estén pensando a probar: "No hay nada mejor que trabajar con alguien con quien tienes confianza absoluta. Pero ojo con las tensiones, que las puede haber”.

"Aunque me muriese mil veces, volvería a emprender con mi hermano"

Julen y Amaia Rodríguez, cofundadores de Gravity Wave.
Julen y Amaia Rodríguez, cofundadores de Gravity Wave.

Gravity Wave

Tal y como les ocurrió a los cofundadores de Freepik, Amaia Rodríguez, actual CEO de Gravity Wave, no conoció de verdad a su hermano Julen, CoCEO de la empresa, hasta que ambos fueron ya veinteañeros. "Yo era directora de marketing, y él hacía una carrera de emprendimiento. Me empezó a preguntar cosas", relata la mayor de los Rodríguez.

Tras una adolescencia en la que los estudios y los viajes de ambos los mantuvieron más o menos alejados, todo cambió cuando, recién llegada de Asia, Amaia Rodríguez empezó a interesarse por el mundo de los residuos de plástico que se arrojan al mar.

El repentino interés por la ecología de la hermana pilló a Julen conociendo a Lefteris Arapakis, un joven emprendedor griego que también lleva años combatiendo el plástico en los oceanos.

"Un día Julen me llamó y me dijo de montar algo juntos para limpiar el plástico del mar y convertirlo en productos. No lo pensé más de un minuto. Era el proyecto de mis sueños", recuerda Rodríguez. "Ayudó mucho que viniese de él. Si me lo hubiese planteado otra persona, no sé qué habría dicho". Julen Rodríguez tenía apenas 22 años y Amaia Rodríguez, 27.

Tras pasar distanciados toda una infancia, ambos se toparon pronto que formaban un buen tándem. "Julen es muy creativo y está siempre en sus nubes, él tiene las grandes ideas. Yo soy más práctica, soy la que las aterriza un poco. Además, a él se le dan muy bien las ventas y el marketing, y yo me ocupo más de las operaciones y el equipo".

Esto no ha mantenido a los Rodríguez ajenos a los riesgos que trae consigo emprender con alguien tan cercano como un hermano: "Entre él y yo hemos intentado siempre cuidar nuestra relación de hermanos. Procuramos tener espacio para hacer el tonto, pegarnos... Eso lo tenemos muy presente, aunque a veces se nos cruza lo personal con lo laboral", explica Rodríguez.

Su balance, por otro lado, es más que positivo.

"Yo no quiero condicionar a la gente, porque no todo el mundo tiene la suerte de tener una relación tan buena como la que tenemos nosotros. Pero yo, aunque me muriese mil veces, volvería a emprender con mi hermano. Es mi mejor amigo, me lo paso muy bien cuando nos flipamos y pensamos que vamos a salvar el planeta. Con él puedo ser todas mis versiones de mí misma sin sentirme juzgada".

También lo es para Sánchez Blanes, aunque con alguna reserva más.

"A quienes se planteen emprender en familia les diría que se pusieran en el peor de los casos: qué pasa si sale mal. Eso es lo más importante. Si no están seguros, que no lo hagan, porque un negocio es para un tiempo, pero la familia es para siempre", sentencia Alejandro Sánchez Blanes.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.