Para algunos costarricenses, tener un propósito vital y cultivar una actitud positiva son una parte indispensable de la existencia, y según los investigadores, en este aspecto podría estar uno de los secretos para vivir una vida más larga y plena.

Los investigadores que estudian la ciencia de la longevidad han acuñado el término "plan de vida", informa la BBC, y creen que es una de las razones por las que los residentes de Nicoya, una península de 310 kilómetros a lo largo de la costa occidental de Costa Rica, seguramente nos sobrevivan a todos.

Dentro de esta comunidad rural y costera, la edad promedio es de 85 años, pero muchos residentes viven hasta los 100 años. De hecho, los residentes aquí tienen tres veces y media más probabilidades de vivir más de 100 años que el promedio mundial, según la BBC.

Como resultado, Nicoya es una de las cinco afortunadas regiones del mundo categorizadas como zonas azules por el investigador Dan Buettner, puntos geográficos donde los habitantes viven vidas más largas y saludables. Sobre ellas ha escrito un libro y lanzado recientemente una serie documental de Netflix.

¿Qué es lo que hace que Nicoya sea tan especial? Estás a punto de averiguarlo.

La esperanza de vida en Nicoya es una de las más altas del mundo

A pesar de ser una de las zonas con menores ingresos de Costa Rica, la esperanza de vida promedio de un residente de Nicoya es de 85 años, frente a poco más de 77 años para el conjunto del país. En Estados Unidos, la esperanza de vida es de 76,1 años.

Algunos de los hábitos que pueden contribuir a la larga vida de las personas en Nicoya incluyen comer principalmente alimentos integrales, frescos y no procesados, priorizar el descanso y las amistades e incorporar movimiento regular en sus días, todas características comunes al resto de zonas azules: Loma Linda en California; Cerdeña en Italia; Okinawa en Japón; e Icaria en Grecia.

Los nicoyanos comen alimentos integrales yproductos frescos que ellos mismos cosechan

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Al igual que los residentes de otras zonas azules, las personas que viven en Nicoya consumen una dieta rica en alimentos integrales, que incluyen calabaza, maíz y plátanos, y muchos frijoles, desvela U.S. News. También comen relativamente poca cantidad de carne.

Muchos hombres nicoyanos se despiertan, montan a caballo por las montañas y toman un abundante desayuno de gallo pinto (arroz y frijoles), tortillas de maíz caseras y café, según Forbes.

Según Forbes, gran parte de los productos que comen los nicoyanos los cultivan y cosechan ellos mismos.

Su agua es rica en calcio

Una característica única de Nicoya es su agua naturalmente rica en calcio.

Sólo beber o cocinar con cinco litros de agua en Nicoya al día es suficiente para alcanzar la ingesta diaria recomendada de calcio de un gramo, recoge ABC News.

El sitio web Blue Zones sugiere que los niveles más altos de calcio en esta población costarricense podrían explicar las tasas más bajas de enfermedades cardíacas, huesos más fuertes y menos fracturas de cadera entre los nicoyanos.

Las personas se mantienen físicamente activas durante todo el día

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Las personas en las Zonas Azules generalmente no hacen ejercicio, sino que más bien se les "empuja" a moverse, señala Buettner en su nuevo libro, Las Zonas Azules: Secretos para vivir más tiempo.

En lugar de ir al gimnasio, Buettner destaca que es más probable que las personas caminen, trabajen en el jardín o hagan cosas con las manos a diario.

Dicho de otro modo, para los habitantes de Nicoya, la actividad física está entretejida en su vida diaria.

Tomemos como ejemplo a Juan Carrillo, de 86 años, quien le dijo a Buettner en la serie documental de Netflix que todavía realiza actividades como cortar troncos para hacer leña. El trabajo es intenso, lo hace sudar, y forma parte de su rutina diaria.

Los residentes de Nicoya también son conocidos por realizar largas caminatas, una actividad que Buettner dice que todos podríamos hacer para prolongar nuestra longevidad.

La gente prioriza el descanso al trabajo

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"En Nicoya, al igual que en todas las demás zonas azules, la gente nunca trabajaría un par de horas cuando podrían estar disfrutando de su familia, tomando una siesta o interactuando con sus amigos", explica Buettner en su docuserie de Netflix. "Reducen el ritmo para dedicar tiempo a las cosas que realmente les importan".

Priorizar el descanso y las relaciones sobre el trabajo podría ayudar a reducir el estrés crónico, que puede provocar inflamación y picos de glucosa y, en última instancia, aumenta el riesgo de enfermedades como enfermedades cardíacas, diabetes y presión arterial alta.

"Ahora, con mi vejez, creo que hay que descansar", destaca Carrillo en la docuserie de Netflix. Pero también sabe divertirse. Después de trabajar, Carrillo sale "a darse un capricho". Algunas de sus actividades favoritas incluyen ir al bar a tomar una cerveza fría con amigos y bailar en la pista.