Shein abre se abre al resto del mundo: pondrá su señalada cadena de suministro a disposición de marcas y diseñadores

La empresa china de moda rápida Shein se lanza a por una estrategia inédita: el gigante de la moda ultrarrápida pondrá su infraestructura y su tecnología de la cadena de suministro a disposición de otras marcas, según publica el Wall Street Journal.

De acuerdo a una carta que el presidente de la compañía, Donald Tang, ha remitido a sus inversores, el grupo parece estar dispuesto a lanzar su exitoso —y señalado— modelo de negocio al resto de marcas y diseñadores internacionales. 

La medida representa un giro inédito en su estrategia empresarial y llega, además, cuando Shein necesita dar pasos firmes en Estados Unidos, su mayor mercado, y donde, a pesar de notables escollos, sigue enfocado en su salida a bolsa.

Quién es quién en el universo textil: Shein, el desconocido gigante chino que ha atrapado a la generación Z y ahora debe redefinir la fórmula que le ha llevado al éxito

 ¿Qué se sabe de la cadena de suministro de Shein?

En la carta, Tang tilda la iniciativa como la "cadena de suministro como servicio". Este movimiento, insiste, permitirá a las marcas y diseñadores externos aprovechar la "sofisticada" infraestructura y tecnología de su modo de producción.

Shein detalla que ha dominado "el arte de minimizar el desperdicio de inventario y los costes de almacenamiento", lo que le permite ofrecer precios ultrabajos a los consumidores. A pesar de la misiva, sobre su cadena de suministro solo se tienen pequeñas certezas.

El modelo de negocio de Shein pasa por no disponer de ningún punto físico pero estar presente en hasta 150 países. Un hito que ha alcanzado en menos de una década y con una plantilla total de 10.000 personas —por poner en contexto, Inditex tiene al mismo número trabajando sólo en la logística y la distribución—. 

Shein presenta cada mes una media de más de 15.000 productos —500 al día— con unos precios que oscilan desde el euro hasta los casi 100 euros para su gama más premium, Moft, según su web.

Esto es posible gracias a un proceso productivo en el que nada se deja al azar. Su corazón operativo —diseño y centro de distribución— se ubica en Guangzhou, una importante ciudad portuaria al noroeste de Hong Kong. La ubicación no es baladí: es el meollo del clúster textil más relevante del mundo. 

En lo que se refiere a su cadena de distribución, la empresa solo entra a detallar que utiliza un software propio para realizar un seguimiento de las ventas, comunicarse con sus fábricas en tiempo real y realizar pedidos en lotes pequeños.

A pesar de las sombras, los intentos de Shein por ser otro tipo de empresa se engloban en evoluSHEIN, un gran paraguas en el que cabe todo, desde una plataforma de segunda mano, 2.800 auditorías a fabricantes hasta llegar a una promesa: ser líderes mundiales en el rescate de los residuos textiles de la industria. 

Unos valores que chocan con varios hallazgos. El último lo destapó Greenpeace: un análisis de prendas reveló que el 15% de ellas contenían sustancias químicas peligrosas que superaban los límites reglamentarios de la Unión Europea. 

No es menor tampoco su cruenta guerra comercial con Temu; las jornadas de trabajo que se elevan a las 75 horas semanales o la presión europea que tiene como objetivo aniquilar el modelo que practica. 

Sin rastro oficial de sus números

Todo lo anterior convive, sin embargo, con un desconocimiento oficial sobre sus cifras económicas.

Sin datos ni números que lo confirmen, el grupo señala en la carta que ha logrado ingresos y ganancias anuales récord en 2023. "Este notable logro es un testimonio de la resiliencia de Shein y su compromiso inquebrantable para revolucionar la fabricación y distribución de la moda".

La única certeza que hay sobre los números de Shein la aportaba hace unos meses uno de sus principales socios, Jamie Salter, consejero delegado de Authentic Brands Group (ABG), con quien ha forjado una alianza comercial. 

De acuerdo al directivo, el gigante chino de la moda rápida habría generado unas ventas anuales "mucho mayores" de 30.000 millones de dólares (casi 27.400 millones de euros).

Las expectativas de crecimiento son notorias. El pasado año y de acuerdo al Financial Times, Shein habría presentado ante diversos inversores un plan de crecimiento de cara a 2025 que pasa por lograr unas ventas cercanas a los 60.000 millones de dólares y un beneficio de 7.500 millones de dólares. Cifras que dejarían atrás incluso de Inditex, que hace unos días compartió sus resultados históricos del último ejercicio fiscal, con un beneficio de 5.381 millones de euros y casi 36.000 millones de euros en ventas.