Cuando uno va a la piscina suele encontrarse un cartel que indica la obligación de ducharse antes de meterse en el agua. ¿Qué pasa cuando uno sale? ¿Es necesario ducharse también después de nadar? La respuesta a esto último es que sí.

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIM) ha recomendado ducharse después de los baños, tanto en piscinas como en playas, para evitar contraer las enfermedades propias del verano, según ha recogido un portal web.

El motivo por el que la gente debe ducharse antes de bañarse no es solo por higiene (aunque también influye). Se trata de una medida para mantener la salubridad correcta del agua. Y es que la mayoría de las piscinas se mantienen utilizando diversos tipos de desinfectantes, como el cloro, para eliminar las bacterias.

Las cantidades que se utilizan en ello son inofensivas para la gente, aunque no por ello deben ignorarse los riesgos, pero darse un baño con posibles elementos externos adheridos anteriormente puede ser dañino. Algunas mezclas químicas pueden derivar en problemas para los bañistas, como irritación en los ojos o alteraciones respiratorias.

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Ahora bien, pasando a la importancia que tiene el ducharse después de salir de la piscina, la respuesta es bien sencilla. Cuando uno se baña, entra en contacto con esos productos desinfectantes, por lo que la ducha es esencial para retirar el cloro del cuerpo.

El cloro seca la piel cuando lleva mucho tiempo en contacto con esta. Lo mismo sucede con el cabello, que se vuelve áspero y sin brillo. Aunque basta con aclararse para eliminar el cloro, lo mejor es utilizar algún gel hidratante, o champú en el caso del pelo, para no sufrir las consecuencias.

En las playas, aunque no están presentes estos elementos químicos, también se recomienda enjuagarse cuerpo y cabello después. En este caso es más un acto de buena higiene. Mucha gente se ducha después de bañarse en la playa para eliminar restos de arena o sal.