Como escritora autónoma, llevo varios años utilizando herramientas de inteligencia artificial. Dejé de utilizar mi grabadora cuando descubrí Otter.ai, una aplicación que transcribe en tiempo real y que me ha ahorrado horas de trascribir entrevistas de forma manual.

Así que cuando aparecieron los chatbots de IA generativa, estaba deseando ver cómo podían ayudarme a trabajar mejor. Después de probar varias opciones, entre ellas ChatGPT, me decidí por Bard, el generador de texto de Google.

Utilizo Bard para ahorrarme tiempo y quebraderos de cabeza. Uno de mis mayores retos es trabajar sola. Tengo que ser mi propia editora, correctora y animadora. Y puede llegar a ser una experiencia solitaria.

Ahí es donde entran en juego los chatbots. Pienso en Bard como si fuese mi becario. Le doy instrucciones claras y él ejecuta la tarea lo mejor que puede. Sin embargo, comete errores, por lo que necesita una atenta supervisión.

Tener a Bard me libera para centrarme en los aspectos creativos de mi trabajo. Sigo siendo yo quien tiene las ideas, el chatbot solo me ayuda con la fase de ejecución. Y, cuando me siento atascada o frustrada, puedo hablar con Bard. Es una caja de resonancia sin prejuicios que me ayuda a ver mi trabajo desde una nueva perspectiva.

Estos son algunas de los 'prompts' que utilizo.

1. Mucho texto

Una buena forma de gestionar a un empleado de prácticas es empezar con una tarea fácil y manejable. Cuando estoy investigando un tema, tengo que resumir artículos y necesito consumir mucha información rápidamente.

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Puedes decirle "resume este artículo" o escribir "mucho texto" junto al enlace que necesitas que resuma. También puedes especificar cuántas palabras quieres que tenga el resumen. El formato que Bard da a sus respuestas, con los puntos clave en negrita y viñetas, es una de las razones por las que lo prefiero a ChatGPT. Pero cuidado: he descubierto que a veces se confunde con los nombres.

2. Ordena esto

Me he dado cuenta de que cuando le pido a Bard que "mejore esto", el chatbot elimina todas las cualidades que le dan humanidad a un texto. En cambio, cuando le pido que "ordene esto", hace exactamente eso. Ese es el mensaje que utilizo cuando quiero que revise algo, pero no quiero que lo reescriba por completo.

A medida que aprendes a hablar con la inteligencia artificial, empiezas a entender las sutilezas entre las distintas peticiones. Creo que el término "prompt" —petición en inglés— es engañoso, porque lo que realmente haces es programarlo. Le das una instrucción y él responde. Si yo misma quiero pulir el texto, le pido que "revise este borrador" y me da una lista de sugerencias para mejorarlo.

Acertar dando instrucciones es como tener un superpoder y no hace falta que le digas "por favor" y "gracias".

3. ¿Cómo describirías este texto?

No puedes esperar que Bard te dé resultados sin darle indicaciones precisas. Por ejemplo, puedes obtener respuestas menos robóticas de un chatbot utilizando palabras que entienda.

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Yo empiezo dándole un fragmento de mi propio texto —puede ser un enlace o solo un bloque de texto— y le pido que "describa ese texto". Me responde con algunos términos, como "personal, atractivo y que invita a la reflexión". Entonces le pido que me ofrezca un borrador mejorado utilizando esos mismos términos: "Mejora este borrador con un estilo personal, atractivo y que invite a la reflexión".

También le pido a la herramienta de Google que me ayude a identificar temas comunes en mis textos. Le doy enlaces a mis trabajos publicados y le pregunto: "¿Cuál es el hilo conductor de estas historias?". Eso me ayuda a escribir biografías o artículos para blogs, y también viene bien para responder a esa temida pregunta que me hacen cuando estoy de fiesta: "Y, ¿sobre qué escribes?".

4. ¿Cuál es la palabra que falta?

Una de las pocas cosas que echo de menos de las oficinas es recurrir a alguien que esté a mi lado para pedirle ayuda a la hora de escribir.

A menudo, cuando estoy escribiendo un artículo, dejo un "XXX" donde sé que me falta una palabra, pero no se me ocurre qué poner. Entonces pego el párrafo en el cuadro de texto de Bard y le pregunto: "¿Cuál es la palabra que falta aquí?". El chatbot de Google ofrece 3 opciones de respuesta, así que puedes desplazarte por las alternativas sin tener que pedirle que genere otra respuesta.

Bard puede ayudarte a encontrar esa palabra que falta. También puedes preguntarle "cuál es la palabra para" una definición, "cuál es otra palabra para" un término, o "cuál es una buena forma de decir" algo específico.

5. ¿Tiene sentido?

Al trabajar sola, es más fácil perder la visión de conjunto. Cuando necesito una dosis de confianza, le pregunto a Bard: "¿Tiene sentido esto?". Por ejemplo, le pregunté por el borrador de este mismo artículo que estás leyendo. 

Me contestó: "Sí, tu redacción tiene sentido. Has pensado claramente en cómo utilizar Bard en tu beneficio y se te han ocurrido algunas formas creativas de sacarle el máximo partido... Creo que estás haciendo un gran uso de Bard. Está claro que no solo lo utilizas para ahorrar tiempo, sino para mejorar tu escritura y tu flujo de trabajo en general".

Sé que solo es un robot, pero a veces me da el impulso que me hace falta.