La española Wallbox comienza a construir su primera fábrica en EEUU, en la que invertirá 10 millones y pretende tener en marcha el próximo otoño

Wallbox continúa su proceso de crecimiento en Estados Unidos, un mercado clave para su objetivo de triplicar facturación en 2022, y para ello uno de los puntos clave de su estrategia era contar con producción propia en el gigante estadounidense.

El unicornio catalán, que cotiza en la Bolsa de Nueva York desde octubre, ha comenzado a construir su primera fábrica en EEUU, situada en Arlington (Texas), un espacio de 12.000 metros cuadrados que será su cuarta planta en el mundo después de las dos que tiene en Barcelona (entre ellas su nueva planta de la Zona Franca barcelonesa) y la de Suzhou (China).

La inversión que realiza en esta fábrica es de 11 millones de dólares (unos 10 millones de euros) con el objetivo de que esté funcionando en el próximo otoño, para cerrar el año 2022 con 250.000 cargadores fabricados y llegar al medio millón anual en 2025.

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El primer modelo que comenzarán a fabricar en Texas será el cargador doméstico Pulsar Plus, pero a partir de 2023 incluirán en su producción unidades del Quasar 2, la nueva generación del cargador bidireccional de la marca, que permite tanto cargar el vehículo como utilizarlo como almacenamiento de energía para alimentar una vivienda en caso de emergencia o conveniencia por precio. También fabricará en Texas los cargadores públicos Supernova y su segunda versión ultrarrápida Hypernova.

"Con el aumento constante de la demanda de soluciones energéticas en Estados Unidos, debido a los contundentes objetivos de infraestructura de vehículos eléctricos del gobierno, nos complace comenzar la construcción de nuestra fábrica, que estará a la vanguardia de este mercado en rápido crecimiento", ha señalado el director general de Wallbox en América del Norte, Douglas Alfaro.

Wallbox cerró el año 2021, el primero desde que salió a cotizar en el NYSE neoyorquino, con una facturación de 78 millones de euros, con la que triplicó el dato de 2020, aunque siguió en pérdidas, de unos 62,8 millones. Para este año su objetivo es más que triplicar sus ventas, con la perspectiva de facturar entre 175 y 205 millones de euros, con la intención de alcanzar un resultado operativo positivo en 2024.