21 trucos fabulosos para potenciar el sabor de los alimentos y conseguir platos para chuparse los dedos

Elsa Schiaparelli dijo que "una buena cocinera es como una hechicera que dispensa felicidad". José Andrés se define más "como cuentacuentos" que como chef y Marcel Boulestin decía que la cocina no es química, sino un arte que "requiere gusto e instinto más que medidas exactas". 

Cocinar es un acto de generosidad, diversión, creatividad y técnica con el que puedes preparar platos verdaderamente originales y exquisitos para tus seres queridos. Si quieres elevar al cuadrado las propiedades, toques y aromas de cada receta, no te pierdas los siguientes trucos para potenciar el sabor de los alimentos. 

¿Pueden congelarse las setas frescas en casa o es una pérdida de tiempo? 

Hay muchas vías para intensificar el sabor de los ingredientes, desde técnicas culinarias como el marinado y el adobo a las especias y condimentos o el uso de métodos de cocinado como la parrilla. 

No hay reglas exactas. Prueba, experimenta, aliña, macera, tuesta... y, cuando esté rico, repite. 

21 trucos para intensificar el sabor de tus platos

• La cocción a elevada temperatura es ideal para intensificar los sabores de la carne, el pescado y las aves. Dorando la carne poco tiempo y con mucho calor, conseguirás un delicioso punto a la brasa.
• Siempre sofritos. No hay nada que no arregle un buen sofrito, esencial en la dieta mediterránea. Los ingredientes imprescindibles son ajo, cebolla o puerro y tomates, aunque también tienen cabida el pimiento verde y rojo, el pimentón, el azafrán y otras verduras de temporada.
• Carameliza la cebolla. Para hacer la cebolla caramelizada perfecta, utiliza cebolla dulce blanca, aceite de oliva y una sartén antiadherente. Córtala en juliana, dados o rodajas finas, calienta el aceite a fuego medio y bájalo al mínimo al añadir la hortaliza. Cocínala al menos 40 minutos y añade azúcar para un resultado más dulce. 
• Tuesta las especias. Dorar las especias en la sartén consigue magnificar con creces el sabor de tus platos. Es recomendable hacerlo con semillas de cilantro y comino, canela, nuez moscada, clavo, anís estrellado, bolas de pimienta o fenogreco.
• Asa las verduras al horno o en una parrilla caliente si quieres que tengan un punto dulce y ahumado. Recuerda cortarlas del mismo grosor. 
• Apuesta por la ralladura de la cáscara de cítricos como la lima, el limón, la mandarina o la naranja. Es un truco muy utilizado por los cocineros más creativos como Gipsy Chef. Los ingredientes ácidos realzan el sabor. También puedes optar por el jugo.
• Gratina con queso. No hay plato que se resista al encanto de un buen gratinado, que puedes poner en práctica con arroces, pastas o lasaña y echando mano de tus quesos favoritos. Algunos de los más habituales son la mozzarella semicurada, el parmesano o el grana padano. 
• Macera, marina o adoba el día anterior (o al menos unas horas antes). Adobar las carnes, los pescados y las proteínas vegetales como el tofu es esencial para realzar su sabor. Aquí todo vale: desde ajo picado a aceite de oliva, vinagre balsámico, zumo cítrico, picante o especias como el orégano, el tomillo o el pimentón.
• Conserva dentro y fuera de la nevera lo que corresponda: Muchos alimentos, como los tomates, pierden sabor si los guardas en la nevera. Repasa qué alimentos están mejor en la nevera y cuáles están mejor en la despensa.
• Retira las partes que amargan, como los brotes verdes de los dientes de ajo o los tallos gruesos del perejil fresco. 
• Prepara tus propios encurtidos caseros. Los encurtidos aportan un punto crujiente, salado, ligeramente ácido y delicioso a ensaladas y muchos otros platos. Puedes hacerlos en casa con el vinagre como aliado y tus especias favoritas. Sirve para alcaparras, aceitunas, rabanitos e incluso huevo, pescados como el arenque o cítricos. 

• Busca ingredientes umami. En Japón se conoce como "el quinto sabor" y significa, literalmente, sabroso. Puedes encontrar umami en el alga kombu, la salsa de soja, los champiñones y las setas shiitake, el tomate, el parmesano, las sardinas, la cebolla o la ternera.
• Deja que la carne esté a temperatura ambiente antes de cocinarla para lograr una cocción más uniforme. Un truco para la proteína magra es espolvorear una pizca de azúcar, lo que hace que se dore más rápido. Precalienta las ollas y las sartenes antes de incorporar cualquier ingrediente.
• Utiliza caldo casero en lugar de agua. Los caldos de verduras, pollo o pescado le dan un toque de sabor a guisos, salsas y otros platos. Utilízalos en lugar del agua. 
• Juega con la grasa. El aceite de oliva virgen extra es el oro líquido de la dieta mediterránea, pero también puedes añadirle sabores como guindilla, ajo o romero, o probar con otros aceites como el de aguacate o coco, o cocinar de vez en cuando con mantequilla. 
• Todo al picante. Si eres un verdadero devoto del picante, prueba con todas las fuentes de esta preciada fuente de sabor, que además resulta muy saludable para tu organismo. Hay picantes nasales como el wasabi, el rábano picante y la mostaza fuerte; frescos como el jengibre; extremos como los ajíes o la cayena; y terrosos como los granos de pimienta.
• Prueba los ingredientes más potentes. El cilantro (odiado y amado a partes iguales), las semillas de granada, el wasabi, el alga nori, el chile chipotle, el chutney o la pasta miso son algunos ingredientes ideales para realzar el sabor de tus platos. 

También es importante saber cómo corregir el sabor de la comida: si algo está demasiado salado, emplea ácido o edulcorante como vinagre de vino, jugo de limón, azúcar, miel o agave. Si algo está demasiado dulce, arréglalo con cítricos o picante. Y si algo está demasiado ácido, apuesta por grasas o edulcorantes como mantequilla, nata, crema agria, queso, aceite de oliva o azúcar.