7 aberraciones que cometes con el wifi que arruinan tu conexión y ponen en peligro tus dispositivos

Nuestras sociedades de hoy en día se han vuelto cada vez más dependientes del acceso infinito a internet. Por eso, cuando el wifi falla, cunde el pánico. 

El 95,9% de los hogares españoles (casi 16 millones de viviendas) disponen de acceso a internet por banda ancha fija o móvil, según los últimos datos del INE. Hacer un proyecto de clase pasa imprescindiblemente por buscar información en internet, además, cada vez son más las personas que tienen una modalidad flexible de teletrabajo.

El uso del wifi es imprescindible para el desarrollo del día a día, por ello, cuando falla, aparece la tensión o la ansiedad. Y suele pasar justo en el momento más inoportuno.

Es posible que el distribuidor tenga problemas puntuales para mandar la señal y tengas que esperar a que restablezcan la conexión, pero la mayoría de las veces las interrupciones o la relentización tienen que ver con cómo se está usando los dispositivos o la zona en la que se haya colocado el router.

Para evitar que cunda el pánico, a continuación puedes repasar cuáles son las 5 aberraciones que se cometen con el wifi y que sabotean una buena conexión: 

1. Tener una contraseña demasiado sencilla. 

Las contraseñas wifi suelen ser por defecto una sucesión de números y letras que resulta imposible de memorizar. Perder el papel donde se tiene apuntada la contraseña suele ser habitual en el trajín de los días y en las idas y venidas de los invitados que preguntan por ella. 

Por ello, muchas personas optan por introducir una clave sencilla de la que puedan acordarse fácilmente, pero esto es uno de los principales errores que se cometen con el wifi. 

Tener una contraseña tan simple como "1,2,3,4,5,6" solo hará aumentar las probabilidades de que hackeen el WiFi, y que, por tanto, la conexión y velocidad se vean repercutidas.

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2. Cambiar el nombre de red a una fácil de rastrear. 

Al igual que la contraseña, el nombre de la red que viene predeterminada con el router suele ser complicada.

Puede ser una buena decisión cambiarlo, pero nunca por nombres comunes que puedan ser rastreados fácilmente y comprometer la seguridad de los dispositivos o se confundan con otras redes wifi como por ejemplo "wificasa111". 

3. Estar conectado a un canal saturado. 

Los canales por los que circula la información son limitados, por lo que puedes estar conectado al mismo que están utilizando el resto de vecinos, aunque la red wifi sea diferente para cada uno. 

Detectar qué canal es el que suele estar más vacío y cambiar el canal del router introduciendo la dirección IP en la barra de direcciones –que suele corresponder a 192.168.1.1– hará que la conexión sea más rápida. 

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4. Colocar el router en una mala ubicación. 

Por lo general, las personas prefieren que estos pequeños aparatos electrónicos con cables no estén a la vista o en medio de las estancias, pero la ubicación es fundamental para el buen funcionamiento del router.

El 70% de los usuarios no tenían cobertura wifi en toda la casa durante el confinamiento de la pandemia, según un estudio de Qualcomm en Estados Unidos. Esconder el router detrás de la televisión o en un armario para que no se vea disminuye la capacidad de la señal del dispositivo. 

Por lo general, lo ideal es que se sitúe en mitad de la casa y levantado del suelo, para que llegue a todas las estancias. 

Para mejorar la calidad del wifi y la conexión a internet es necesario estudiar bien la ubicación del router y evitar las interferencias. Materiales como la madera, el metal o el cristal pueden frenal la señal hasta un 40%. 

Una solución simple si se vive en una casa grande o es imposible mejorar la conexión son los repetidores wifi. Estos dispositivos constituyen una posible solución a tus problemas y son bastante económicos.  

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5. No actualizar el firmware del router.

Al igual que otros dispositivos, los routers no están exentos de actualizaciones y mejora de su funcionamiento interno. El firmware de los routers es, en pocas palabras, el programa que tienen todos los aparatos y que sirve para controlar el funcionamiento de los circuitos. 

Que el firmware del router esté actualizado es importante para optimizar la potencia de la conexión a internet. 

Algunos routers lo hacen de forma automática para que no se tenga que estar pendiente. Asegurarse de que el router tienen la última versión del firmware puede ayudar a mejorar la velocidad de la conexión. 

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6. Conectar todos los dispositivos inalámbricos al wifi.

La mayoría de los dispositivos electrónicos pueden conectarse a internet, incluidos los electrodomésticos como las lavadoras, las aspiradoras, el horno o la nevera. Esto provoca el aumento de la carga de aparatos para los routers y la red wifi del hogar. 

Aunque los avances de los routers domésticos han alcanzado gran capacidad, lo cierto es que no se pueden conectar todos los dispositivos al mismo tiempo si se quiere un internet fluido. 

En la actualidad, la media de aparatos electrónicos que podemos conectar a nuestro wifi son 3 o 4 por persona. El router tiene una capacidad máxima dependiendo del número de direcciones IP, por lo que va en función del tipo de router.  

7. Tener un equipamiento viejo con problemas para conectarse al wifi.

La tecnología avanza a pasos agigantados. Tener ordenadores antiguos o dispositivos desfasados no tiene solución para los problemas de conexión al wifi. 

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Puede pasar al contrario, que el router que se esté usando tenga ya varios años y, por lo tanto, no tengan la potencia o no pueda dar la cobertura wifi que los dispositivos de última generación requieren.