Una mutación del coronavirus se ha apoderado del mundo, pero no hay suficientes pruebas para afirmar que es más contagiosa

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Un técnico escanea tubos de ensayo que contienen muestras vivas del coronavirus en el hospital Robert Ballanger cerca de París, Francia, el 30 de abril de 2020.
Un técnico escanea tubos de ensayo que contienen muestras vivas del coronavirus en el hospital Robert Ballanger cerca de París, Francia, el 30 de abril de 2020.
  • Los virus, incluyendo el nuevo coronavirus, acumulan errores genéticos, o mutaciones, con el tiempo. 
  • Una cepa del actual coronavirus mutada —no la original identificada en China— se ha convertido en dominante en todo el mundo.
  • Uno de los últimos estudios relacionados ha sugerido que esta es más contagiosa que la original basándose en la información obtenida de las células.
  • Pero otros científicos creen que aún no hay suficientes pruebas para saber si la cepa es realmente más contagiosa, por lo que no debería ser motivo de preocupación.
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Las últimas investigaciones sobre el nuevo coronavirus sugieren que una cepa mutada del SARS-CoV-2, que se ha convertido en dominante en todo el mundo, es más contagiosa que el virus original que se identificó en China.

Un estudio publicado la semana pasada en la revista Cell refleja que esta cepa mutada, conocida como G614, puede infectar células humanas en el laboratorio mejor que su predecesora.

La mutación que diferencia a la cepa se encuentra en la parte del genoma del virus que codifica la forma de su proteína espiga. Es decir, la que el coronavirus utiliza para adherirse a las células humanas, por lo que un cambio en ella podría facilitar que el virus infecte con mayor eficiencia al cuerpo humano.

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Pero, según Emma Hodcroft, una genetista del proyecto Nextstrain, no hay necesidad de entrar en pánico por el momento.

"Algunos titulares expresan esto como un hecho consumado. No lo es. Ahora mismo, la mayoría de los científicos no están tan preocupados por ello", aclara a Business Insider

Nextstrain rastrea las mutaciones del virus a lo largo del tiempo y ha estado trazando los cambios del coronavirus durante meses. Pero Hodcroft dice que su equipo aún no ha identificado una mutación que cambie de forma significativa el grado de letalidad o infección del virus.

Tales mutaciones, aunque posibles, ocurren a lo largo de décadas o siglos, añade.

Una variante dominante del virus

Los genetistas clasifican la versión original del coronavirus como el linaje D o D614. Las cepas con la mutación G614 se clasifican como el linaje G y no aparecieron hasta febrero, según un estudio preliminar publicado en mayo.

Desde entonces, el linaje G se ha hecho más común en Europa, Norteamérica y Australia, según el virólogo Trevor Bedford, que trabaja con Nextstrain. De hecho, parece que ha superado a sus homólogos del linaje D, que dominaban sobre todo en Asia.

Dicho estudio llegó a la conclusión de que el linaje G superaba al D y, por lo tanto, debía ser "una variante más contagiosa" del coronavirus. 

Un trabajador desinfecta la Piazza dei Miracoli cerca de la Torre de Pisa en Pisa, Italia, el 17 de marzo de 2020.
Un trabajador desinfecta la Piazza dei Miracoli cerca de la Torre de Pisa en Pisa, Italia, el 17 de marzo de 2020.

Pero Bedford y Hodcroft no ven que esa sea la única conclusión posible —el dominio de la cepa podría deberse sólo a las circunstancias—.

Los datos muestran que la mutación G614 surgió justo antes de que el coronavirus se extendiera a Europa. Así que el linaje G podría haber tenido simplemente "suerte", según Bedford, y terminó siendo la versión que se extendió a países de Europa y a Norteamérica.

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Además, muchos de estos países no impusieron bloqueos durante semanas tras aparecer sus primeros casos, lo que permitió que creciese significativamente la propagación de esta versión del virus.

De hecho, un estudio preliminar publicado en junio concluyó que ninguna mutación, incluyendo la G614, estaba "significativamente asociada con el aumento de la transmisión viral".

La G614 es más infecciosa en ciertos entornos de laboratorio

Para investigar más a fondo si el linaje G del coronavirus es más contagioso, los investigadores del nuevo estudio han medido la capacidad de la cepa mutada del coronavirus para adherirse a las células humanas en un laboratorio en relación con sus homólogos del linaje D —que, en un principio, era también lo que más peligroso lo hacía respecto al SARS de 2002—. 

Para ello, han imitado fragmentos del coronavirus con la mutación G614, los han insertado en otro tipo de virus llamado lentivirus y han medido en un plato de laboratorio la capacidad de esas partículas de virus sintéticas para penetrar en las células humanas.

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Pero, cabe destacar que estas células humanas también fueron alteradas genéticamente para incluir el tipo de receptor, ACE2, que es el que el coronavirus utiliza para adherirse una célula.

Y, hasta el momento, sus resultados mostraron que los virus que contenían la mutación G614 eran de 3 a 6 veces más infecciosos.

Una representación de partículas de coronavirus.
Una representación de partículas de coronavirus.

Además, los autores del estudio examinaron a 999 pacientes de coronavirus de Sheffield (Reino Unido) y concluyeron que las personas allí infectadas con el virus del linaje G albergaban una mayor cantidad del virus en sus tractos respiratorios. Es decir, a su vez, las personas con cargas virales más altas pueden liberar más virus, lo que sigue alimentando la teoría del incremento de contagio. 

No obstante, los científicos no hallaron que los pacientes infectados con el G614 tuvieran más probabilidades de requerir hospitalización que los pacientes infectados con el D614.

No todos los expertos están convencidos

Otras investigaciones preliminares también han sugerido que la mutación del linaje G aumenta la capacidad del virus para adherirse a las células. Pero Hodcroft se muestra algo más escéptico con esta conclusión, sobre todo porque los científicos aún no están seguros de si las observaciones a nivel celular son igual de válidas en personas reales.

"No sabemos cómo las cosas que vemos en un laboratorio escalan hasta el tamaño de un humano completo. La transmisibilidad en las células y en las personas son partidos completamente diferentes", explica.

Personas en áreas designadas para asegurar el distanciamiento social dentro de un ascensor en un centro comercial en Surabaya, Indonesia, el 19 de marzo de 2020.
Personas en áreas designadas para asegurar el distanciamiento social dentro de un ascensor en un centro comercial en Surabaya, Indonesia, el 19 de marzo de 2020.

Asimismo, otros como Nathan Grubaugh, un epidemiólogo que no ha participado en el nuevo estudio, detalla que, aunque la mutación G614 puede permitir al virus replicarse mejor en las células, "lo que no podemos decir es que es más contagioso o que provoca una enfermedad más grave".

"No sabemos si esto ha tenido algún impacto significativo en la pandemia de COVID-19", añade Grubaugh.

Rara vez se trata de un caso de mutación

Todos los virus mutan con el tiempo —a medida que se replican se introducen diminutos errores en sus códigos genéticos—. 

Por ello, el proyecto Nextstrain recoge muestras de coronavirus de todo el mundo y secuencias de su composición genética, lo que ayuda a los investigadores a rastrear sus mutaciones a lo largo del tiempo.

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Según Hodcroft, la mayoría de esas mutaciones son inocuas: "Cambios sin sentido en las instrucciones genéticas del virus".

Pero algunas —las que ayudan a un virus a saltar entre especies o a infectar a más huéspedes— pueden afectar a la gravedad de un brote. Y este es el tipo de mutación que los investigadores de Nextstrain están buscando.

Hodcroft cree que es muy difícil predecir qué pequeños cambios a nivel genético podrían escalar hasta tener consecuencias perjudiciales en una pandemia.

Los pasajeros llevan mascarillas protectoras cuando viajan en autobuses en Tirana, Albania, el 6 de julio de 2020.
Los pasajeros llevan mascarillas protectoras cuando viajan en autobuses en Tirana, Albania, el 6 de julio de 2020.

Pero la mayoría de las veces, aclara, una mutación aislada no es suficiente para que el virus cambie drásticamente.

"Cuando los virus se adaptan a un nuevo huésped, rara vez se trata de un caso de mutación aislada. Hay algunas cosas que el virus tiene que tener en algunos lugares que, juntas, le dan la capacidad de infectar a una nueva célula, por ejemplo", subraya.

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