China lidera la carrera de los coches eléctricos, pero puede que se esté quedando sin batería

Nathan Rennolds
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Mini VE de Wuling Hongguang expuestos en el Salón Internacional del Automóvil de Shanghái.
Mini VE de Wuling Hongguang expuestos en el Salón Internacional del Automóvil de Shanghái.

VCG/VCG via Getty Images

  • China, con la ayuda de subvenciones públicas, ha liderado la producción y venta de vehículos eléctricos en todo el mundo. 
  • Las empresas chinas se han centrado en reducir el coste de las baterías de los coches eléctricos por encima de su rendimiento. La ralentización de la economía amenaza con frenar las ventas de vehículos eléctricos en China, que podría tener que hacer frente a las medidas de la UE.

Hasta ahora ha habido un claro ganador en la carrera mundial de los coches eléctricos: China. 

Según el Foro Económico Mundial, la segunda mayor economía del mundo representó alrededor del 64 % del volumen total de producción en 2022, gracias a las subvenciones públicas y las exenciones fiscales. 

China es también uno de los mayores productores de baterías de litio, hierro y fosfato (LFP), con las que funcionan muchos vehículos eléctricos. CATL es el mayor fabricante de baterías de China, y le ayudó a obtener el primer puesto asegurándose de que sus baterías LFP fueran lo más baratas posible.

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Este enfoque contrasta con el de los fabricantes de coches y baterías de Estados Unidos y Europa, que "dan prioridad a la química de las baterías vinculada al rendimiento, no a la asequibilidad", declaró Bill Russo, antiguo jefe de Chrysler en China, a The Financial Times.

"Lo que hemos descubierto en China es que la electrificación, y la democratización del coche eléctrico, da prioridad a la asequibilidad para el consumidor. Al hacerlo más barato, China gana", afirma.

Fundada en 2011, CATL ha superado a competidores de Corea del Sur, Estados Unidos y Europa para situarse en primera posición, y sus baterías se encuentran ahora en uno de cada tres vehículos eléctricos del mundo.

Incluso Ford anunció planes para utilizar la tecnología CATL en una nueva planta de baterías de 3.500 millones de dólares en Michigan.

Elegir a los ganadores

Sin embargo, Ariel Cohen, investigador del Centro Eurasia del Consejo Atlántico y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, afirmó que la medida ha suscitado muchas reacciones en contra.

Afirmó que, aunque comprendía "el imperativo de seguridad nacional" de Estados Unidos, le resultaba "muy incómodo que el gobierno tuviera favoritos y eligiera ganadores".

A algunos congresistas les preocupa que la planta pueda hacer que Ford dependa de los conocimientos chinos y que las subvenciones fiscales estadounidenses vayan a parar a China. 

El mes pasado, Ford detuvo la construcción de la planta en medio de la huelga del sindicato United Auto Workers, aunque el presidente del sindicato, Shawn Fain, declaró que esa decisión era una "vergonzosa amenaza apenas velada de Ford de recortar puestos de trabajo", informó Reuters.  

Jim Farley, CEO de Ford, anunciando su planta de baterías de coches eléctricos en Michigan en febrero.
Jim Farley, CEO de Ford, anunciando su planta de baterías de coches eléctricos en Michigan en febrero.

Bill Pugliano/Getty Images

La preocupación por el uso de tecnología china en las baterías refleja la inquietud mundial por el dominio chino del mercado de baterías para coches eléctricos, y los gobiernos están empezando a bloquear las inversiones chinas en minas y fábricas.

En febrero, el Gobierno australiano impidió al fondo chino Yuxiao Fund aumentar su participación en la minera Northern Minerals, productora de tierras no comunes, por motivos de interés nacional, informó Reuters

Australia es el mayor productor mundial de litio, un material clave para las baterías de los vehículos eléctricos, y un importante productor de otros materiales de tierras raras. Jim Chalmers, ministro de Hacienda australiano, declaró entonces que Australia sería más selectiva a la hora de decidir quién podía invertir en su sector minero.

Cohen afirmó que India también había tomado medidas para desafiar la influencia de China y que esperaba que el país "fuera mucho más proactivo para defender su propia industria y a otros actores frente a la competencia china".

En julio, las autoridades rechazaron los planes del fabricante chino de automóviles BYD de construir una fábrica de 1.000 millones de dólares en India.

Un coche BYD expuesto en el Salón Internacional del Automóvil de Nanjing (China) este mes.
Un coche BYD expuesto en el Salón Internacional del Automóvil de Nanjing (China) este mes.

CFOTO/Future Publishing/Getty Images

La "clara ventaja" de China en este campo también refleja su control sobre muchas de las cadenas de suministro necesarias para fabricar baterías, según declaró a Business Insider Ilaria Mazzocco, investigadora del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington DC.

En un informe de julio, Morgan Stanley afirmaba que "hasta el 90% de la cadena de suministro de baterías para coches eléctricos depende de China, y las dos mayores empresas chinas de baterías controlan más de la mitad del mercado mundial".

El banco de inversión añadió que China dominaba "la mano de obra y la infraestructura de fabricación, así como la extracción de materiales críticos necesarios para fabricar vehículos eléctricos".

"Nos dirigimos hacia un mundo en el que los gobiernos están cada vez más preocupados por la globalización-integración de las cadenas de suministro", declaró Mazzocco, quien añadió que esto "no era un problema para el gobierno chino" cuando estaba estableciendo sus cadenas de suministro.

Optimista

El dominio de China en la cadena de suministro le permite fabricar baterías más baratas que sus rivales: menos de 60 millones de dólares por gigavatio hora de baterías producido, según los analistas de Bernstein citados por el FT, frente a los 88 millones de los fabricantes surcoreanos, mientras que la japonesa Panasonic gasta 103 millones.

Los competidores de coches eléctricos también buscan nuevas tecnologías para hacer frente a China, sobre todo a la luz de la ralentización de las ventas de vehículos eléctricos en septiembre, que provocó una caída de los precios de materiales clave utilizados en las baterías, como el litio, el níquel y el cobalto.

La atonía de la economía china amenaza con seguir frenando el gasto de los consumidores en coches nuevos. Por su parte, Cohen se mostró especialmente "optimista" respecto a la innovación estadounidense.

"La Administración Biden está invirtiendo decenas de miles de millones de dólares en este problema. Esto no significa necesariamente que las personas que toman estas decisiones sean brillantes, pero al menos el dinero está ahí", afirmó.

Distorsión del mercado

Europa se ha esforzado por decidir cómo hacer frente a los vehículos eléctricos chinos importados, pero Cohen asegura que ahora "se está moviendo lentamente en la dirección" de Estados Unidos.

El mes pasado, la Unión Europea anunció una investigación. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, declaró que "los mercados mundiales están inundados de coches eléctricos chinos más baratos", vendidos a precios artificialmente bajos gracias a "enormes subvenciones estatales. Esto está distorsionando nuestro mercado".

También ha habido protestas en Hungría, donde CATL y Mercedes-Benz proyectan una planta de baterías de 7.900 millones de dólares que produciría energía suficiente para un millón de coches, por el impacto medioambiental de la planta, según informó Bloomberg. El país ya alberga varias plantas de automóviles y fábricas de baterías, ya que su gobierno pretende convertir a Hungría en un gran productor de vehículos eléctricos.  

 

Cohen también cree que las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo año podrían afectar a la postura de Europa. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría acelerar cualquier acción de la UE contra China, ya que EEUU probablemente ejercería "más presión sobre Europa".

China puede liderar el mundo en la carrera de los coches eléctricos... pero esos días podrían estar contados.

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