¿Cómo saber si estás vacunado de la viruela? Esta es la señal más evidente para confirmarlo

Las alarmas sanitarias se han disparado ante el aumento de casos de viruela del monoconfirmados en Europa, y más concretamente en España, mientras intentan frenar el repunte de esta enfermedad erradicada hace años.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades está pensando vacunar de nuevo a las personas después de que se dejase de inocular tiempo atrás. Aunque esto sería para las personas que no se han llegado a vacunar nunca de la viruela.

Es por eso que esta enfermedad infecciosa está afectando más gravemente a las personas menores de 50-40 años. Y es que los mayores de esta edad recibieron en su mayoría la dosis correspondiente cuando eran más pequeños. Prueba de ello es la marca que muchas personas poseen en la parte superior del brazo.

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¿Cuándo se dejó de vacunar contra la viruela?

Ahora que los casos se están multiplicando se ha podido comprobar que la viruela del mono afecta más gravemente a las personas jóvenes. ¿Y por qué ocurre esto? La razón se remonta a varias décadas atrás. La vacunación comenzó a ser obligatoria en España en 1921. A partir de entonces la gente comenzó a inocularse contra diferentes enfermedades, entre ellas, la viruela.

Sin embargo, en 1979, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la erradicación de la enfermedad gracias a estas vacunas que llevaban suministrándose desde hacía tanto tiempo. Un año después terminó suprimiéndose también la vacunación contra la viruela al no verse necesaria.

Es por eso que las personas nacidas después de 1970 están más expuestas a la enfermedad. Los jóvenes de hoy en día no están vacunados contra la viruela.

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¿Por qué esta vacuna deja una señal?

Seguro que has perdido la cuenta de la cantidad de vacunas que te han puesto a lo largo de la vida. Pero de esta es casi imposible que te olvides porque lo más probable es que tengas una marca en la parte superior del brazo.

Según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (DCD), esta vacuna no se suministraba mediante una agua hipodérmica, sino con una aguja bifurcada o de dos puntas. Una vez puesta la vacuna, tres o cuatro días después, era común experimentar un pequeño abultamiento en la zona afectada.

Pasada una semana, dicho bulto podía terminar convirtiéndose en una ampolla, que se secaba hasta formar costra. Cuando la costra se caía dejaba esa señal en el brazo que ahora tanta gente adulta tiene. Un signo más que evidente de que estás vacunado contra la viruela.