Conducir en invierno exige extremar algunas precauciones. Las temperaturas demasiado bajas son un problema a la hora de utilizar el coche, sobre todo si se forma hielo en el parabrisas o la carretera está cubierta de nieve.

Otro inconveniente habitual es el de pasar frío en el vehículo. Ya sabes que está prohibido usar abrigos y cualquier prenda que dificulte tus movimientos como conductor; la multa en este caso es de 200 euros.

La única alternativa posible es utilizar la calefacción del coche. Pero esto también trae algunas consecuencias negativas, como el gasto en combustible.

Tanto el aire acondicionado en verano como la calefacción en invierno suponen cierto gasto de carburante si haces las cosas mal. Esto se puede solucionar haciendo un uso eficiente del sistema.

A continuación, se muestran 5 trucos para usar de forma óptima la calefacción del coche y gastar menos combustible, tal y como ha recopilado Autobild.

El sol es tu mejor aliado

Aparcar el coche en una zona de sol te ayudará a usar menos la calefacción. Es decir, debes hacer justo lo contrario que en verano, cuando lo recomendable es estacionar a la sombra.

De este modo, el vehículo estará algo más caliente cuando vayas a utilizarlo, algo que te ayudará a encender la calefacción más tarde o a hacerlo con menos potencia, sobre todo si el trayecto es corto.

Aprovecha el flujo aerodinámico

Apagar la recirculación del aire es una gran idea para ahorrar gasolina. Así el flujo del aire del exterior llega al radiador con más fuerza, por lo que el aire caliente entra antes al vehículo.

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Debes prestar atención a las rejillas exteriores del coche y quitar la hojarasca que se haya acumulado. Esto es bastante común en otoño y puede hacer que funcione peor el truco.

No pongas la calefacción al máximo: usa la temperatura óptima

Un error habitual es el de poner la calefacción al máximo, creyendo que así el frío se quitará antes y que podrás apagarla pronto.

Esto en realidad va a hacer que el gasto sea mayor, ya que se trata de un uso poco eficiente. Lo mejor es mantener una temperatura más baja aunque apagues la calefacción más tarde. Este truco es clave, ya que obligar al coche a ejercer un esfuerzo mayor te perjudicará mucho.

Para no pasar frío pon la calefacción a 22 o 23 grados. Más temperatura no es eficiente y puede adormilarte.

Hay que esperar a que el motor se caliente

Otra equivocación que muchos cometen es la de encender la calefacción justo al arrancar el coche.

Lo verdaderamente óptimo es que esperes a que el motor se haya calentado, para que así el sistema empiece a trabajar cuando el coche haya alcanzado una buena temperatura.

De este modo evitarás que durante los primeros minutos salga aire frío, algo habitual y que resulta muy molesto.

Dirige la salida del aire hacia los pies

El aire caliente asciende. Por lo tanto, lo más eficiente es que dirijas el flujo hacia los pies para que vaya subiendo y caliente todo el habitáculo lo antes posible.

Si diriges la salida del aire hacia arriba o a los lados, el calor sólo se va a sentir en esas zonas. Además, así la temperatura será cálida tanto en los pies como en la cabeza, sin dejar partes de tu cuerpo más frías.