Haber pasado el COVID puede causar diabetes de tipo 2 hasta un año después de la infección

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Reuters

La pandemia aún no ha acabado e, incluso cuando llegue a finalizar, aún quedarán las consecuencias. En el marco sanitario, por ejemplo, ya se observan algunas secuelas del COVID, como el tinnitus, que afecta al oído.

Más aún, la variante ómicron suele provocar cansancio, fatiga, falta de aire o dolor muscular, síntomas que pueden prolongarse una vez pasada la enfermedad, algo que repercute inevitablemente sobre la calidad de vida.

En los más pequeños han llegado a aparecer nuevos síntomas, como el crup o la laringotraqueobronquitis, que afecta a las vías respiratorias superiores y se caracteriza por llegar acompañada de tos.

Sin embargo, un estudio masivo realizado a 200.000 personas y publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology ha concluido que el COVID-19 puede aumentar el riesgo de diabetes de una persona, incluso varios meses después de la infección.

"Cuando toda esta pandemia retroceda, nos quedaremos con el legado de esta pandemia, un legado de enfermedades crónicas", explica a Nature Ziyad Al-Aly, coautor del estudio. 

Según la investigación, las personas que habían tenido COVID-19 mostraban un 40% más de probabilidades de desarrollar diabetes hasta un año después. De cada 1.000 personas, más o menos 13 personas tuvieron un diagnóstico de diabetes, mayormente de tipo 2.

Esta se produce cuando el cuerpo se vuelve resistente o no produce insulina suficiente.

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Además, el riesgo de padecer diabetes se incrementaba según la gravedad de COVID. Es decir, aquellas personas que habían sido hospitalizadas o habían recibido cuidados intensivo mostraban el triple de probabilidad de tener diabetes.

También aumentaba al doble la probabilidad de padecer diabetes en aquellas personas con un índice de masa corporal alta, valores relacionados con la obesidad o algún factor de riesgo para el tipo 2.

Sin embargo, a pesar de que el estudio es masivo, la mayor parte de la muestra eran hombres blancos mayores, muchos de los cuales tenían presión arterial elevada y sobrepeso, con lo cual el riesgo es mucho menor en personas jóvenes y otros grupos étnicos.

Una cuestión que tranquiliza en cierta medida, ya que la pandemia sigue aumentando los casos de infecciones en todo el mundo y podría derivar en el incremento de otras enfermedades crónicas.

Aunque el estudio ha sido publicado en una prestigiosa revista, se han de hacer más investigaciones.

Por ejemplo, otro estudio de Cell Reports cuestionó la idea de que el SARS-COV-2 destruyera las células pancreáticas productoras de insulina.

Así, la discusión sigue abierta y se tendrán que aportar nuevos datos para valorar si realmente una de las secuelas del COVID es la diabetes.

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