El crecimiento de OpenAI este año ha sido imparable: mantenerlo será lo más difícil

Hasan Chowdhury
| Traducido por: 
Sam Altman, CEO de OpenAI.
Sam Altman, CEO de OpenAI.

Win McNamee y Didem Mente/Anadolu Agency vía Getty

  • El crecimiento de OpenAI este año ha sido imparable.
  • Su próxima aventura con ChatGPT está a punto de ser mucho más dura.
  • La amenaza de los rivales es cada vez mayor y la demanda de una IA más avanzada  podría poner en aprietos a los reguladores.
Análisis Faldón

El mes que viene se cumple un año del lanzamiento de ChatGPT. Se puede decir con seguridad que desde entonces ha supuesto una fuerza imparable de crecimiento para OpenAI.

El chatbot de inteligencia artificial ha tenido tanto éxito este año que Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, calcula que su empresa va camino de generar unos ingresos de unos 1.300 millones de dólares al año, según afirmó en una comunicación con el personal la semana pasada, de la que se hizo eco en primicia The Information.

Vale la pena subrayar hasta qué punto resulta asombroso: OpenAI era una empresa cuyos ingresos totales en 2022 ascendían a 28 millones de dólares. Un aumento de casi cincuenta veces en los ingresos es la esencia de los sueños de casi cualquier startup de Silicon Valley.

Dado que ChatGPT se ha presentado como una especie de superpotencia para cualquiera que la maneje, ya sea un programador novato que trata de escribir a toda velocidad líneas de JavaScript o un vendedor que está ideando una campaña creativa, no es de extrañar que OpenAI haya disfrutado del crecimiento que ha tenido.

Pero ahora viene la parte difícil.

A pesar de contar con un fuerte aliado dentro de una renaciente Microsoft, OpenAI se enfrenta a amenazas en varios frentes, que tendrá que tomarse en serio para mantener su vertiginoso ritmo de crecimiento.

El primer reto viene de fuera: OpenAI necesita mantener un "foso" que amenaza con reducirse.

El concepto de "foso" es muy popular entre las empresas tecnológicas que quieren mantener a raya a sus competidores. En la práctica, las empresas establecen grandes fosos desarrollando productos difíciles de replicar.

Aunque OpenAI se adelantó a la competencia con una aplicación tan atractiva para el consumidor como ChatGPT, sus rivales han estado muy ocupados invirtiendo recursos en sus propias versiones, que podrían reducir el foso de OpenAI.

Sam Altman.

Google representa una de las mayores amenazas para OpenAI. Se espera que Gemini, el esperado modelo de IA multimodal del gigante de las búsquedas, diseñado para competir con el modelo de base GPT-4 de ChatGPT, se lance este año.

Mientras tanto, la comunidad de código abierto se ha dedicado a desarrollar un modelo de IA alternativo. El objetivo es replicar el rendimiento de una herramienta comercial como ChatGPT con su propia versión de algo parecido a GPT-4, pero ofreciéndolo gratuitamente.

Si Gemini o un equivalente de código abierto de GPT-4 iguala o supera su rendimiento, OpenAI se enfrenta a la posibilidad de una ardua batalla para mantener su base de clientes que pagan por un servicio premium.

Todavía está por ver si nuevas funciones como la capacidad de ChatGPT de "ver, oír y hablar" son consideradas por los usuarios como un cambio de juego o como un mero truco.

El segundo reto para OpenAI, crucial, parece ser él mismo.

Como mi compañero Kai Xiang Teo ha publicado, OpenAI ha realizado un cambio discreto en la sección de "valores fundamentales" de su página de empleo, eliminando el término "reflexivo" y haciendo hincapié en su "enfoque AGI" y en la necesidad de ser "intensos y luchadores".

Aunque los cambios parecen ser menores en cuanto a la semántica —las startups son, después de todo, intensas y escurridizas— el cambio intencionado en el lenguaje es una señal preocupante sobre lo que OpenAI quiere priorizar.

Para los reguladores, bien podría ser una señal de que la ética del desarrollo de la IA ha descendido un peldaño o dos en la escala de prioridades. Esto es algo que no se verá con buenos ojos, dados los crecientes avisos de legisladores de todo el mundo este año para que se actúe con cautela ante el avance de la IA.

Es probable que esto llegue a un punto crítico el mes que viene, cuando los líderes mundiales se preparen para reunirse en Bletchley Park (Reino Unido) en la primera cumbre sobre seguridad de la IA. Poner la seguridad en un segundo plano podría resultar absurdo.

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