A estas alturas no es un secreto que el plátano es uno de los alimentos más completos para tu salud, y una fruta que puedes comer perfectamente a diario, salvo que tengas problemas renales. Si además te gusta practicar deporte con regularidad, los plátanos se convertirán en tus mejores amigos para recuperarte después del entrenamiento. 

El plátano es un excelente refrigerio. Sacia, es energético y enamora al paladar por su sabor dulce y su carnosa textura. Antes de correr a meterlo en tu mochila, has de saber que es un alimento rico en hidratos de carbono, manganeso, potasio y vitaminas C y B6. 

Un plátano fresco de tamaño medio contiene 105 calorías, 27 gramos de carbohidratos, 3 gramos de fibra, apenas 0,3 gramos de grasa, un gramo de proteína y aporta el 17% de la cantidad diaria de vitamina C, un 22% de la vitamina B6, un 12% del potasio, un 16% del manganeso y un 8% del magnesio. También es rico en inulina, un prebiótico clave para tu tránsito intestinal. 

¿Por qué el plátano es tan interesante después de hacer deporte? Porque sus azúcares naturales —sacarosa, fructosa y glucosa— ayudan a reponer las reservas de glucógeno en los músculos. Son una fuente de energía rápida y fácilmente digerible.

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Además, al tratarse de uno de los alimentos con mayor riqueza en potasio, los plátanos ayudan a reponer los niveles de electrolitos, fundamentales para mantener el equilibrio de líquidos, la salud del sistema nervioso y la regulación de las contracciones musculares. También reducen el riesgo de sufrir calambres en los músculos, sobre todo después de entrenamientos de alta intensidad.

La presencia de potasio hace que la Fundación Española del Corazón (FEC) lo recomiende para el buen funcionamiento del órgano cardiaco y la contracción de las células del miocardio.

Pero eso no es todo: el plátano también ayuda a segregar más hormonas de la felicidad como la serotonina y la dopamina, es rico en antioxidantes como la vitamina C —que ayudan a prevenir el estrés oxidativo responsable del envejecimiento— y mejora el sistema inmune.

Por último, su alto contenido en agua contribuye a rehidratarte tras la pérdida de salud ocasionada por el ejercicio.

Otros alimentos recomendados para comer después de entrenar son los alimentos proteicos como los huevos, el tofu, el salmón o el pollo; los carbohidratos como el arroz o la pasta y especias antioxidantes como el jengibre.