Investigadores españoles demuestran los efectos positivos de la melatonina para prevenir la obesidad

Científicos del Departamento de Farmacología de la UGR, del Instituto de Neurociencias Federico Olóriz de la Universidad de Granada, del Instituto Biosanitario de Granada junto a la Universidad de Qatar han confirmado lo que llevan más de una década estudiando: el rol de la melatonina para combatir la obesidad.

Los resultados han sido publicados por las revistas científicas Antioxidants y Biomedicine & Pharmacotherapy.

Los investigadores ya demostraron previamente el uso de esta hormona vinculada al sueño en el control del peso. En 2018 un estudio junto a un equipo el Hospital Universitario La Paz (Madrid) y la Universidad de Texas (EEUU) señaló el mecanismo molecular específico que se desencadena con su administración crónica.

Encontraron que la melatonina combate la obesidad en 2  niveles. En primer lugar, aumenta la cantidad de tejido adiposo pardo (BAT), una “grasa buena” que utiliza energía en lugar de almacenarla. A su vez, esto disminuye la cantidad de grasa visceral blanca en la región abdominal, vinculada a problemas de salud. También se descubrió que la hormona tiene un impacto positivo en la termogénesis, el proceso que utiliza el cuerpo para quemar calorías y producir calor. Los efectos se observaron en ratas, y fueron independientes de otros factores como la dieta y la actividad física.

Los estudios actuales confirman estos hallazgos y arrojan más luz sobre el papel metabólico que desempeña la melatonina.

La obesidad abdominal se redujo un 3%

Los experimentos actuales, realizados en ratas obesas y diabéticas adultas de ambos sexos, han descubierto que la administración de un fármaco de melatonina (10 mg/kg peso corporal/día y durante 3 meses) previene la obesidad en mayor medida que un tratamiento y reduce la obesidad visceral alrededor de un 3%. 

También mejora el desequilibrio de fisión/fusión mitocondrial en el músculo. —La fisión alude al proceso por el cual las mitocondrias se dividen dos orgánulos mitocondriales separados. El proceso opuesto, el de fusión mitocondrial, conlleva que 2 mitocondrias separadas pueden fusionarse para formar una de mayor tamaño—. Cuando estos procesos no están en equilibrio en la célula esto puede dar lugar a enfermedades. En el caso de la obesidad, parece darse una disminución de la función mitocondrial en el tejido adiposo, lo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

Los investigadores también descubrieton que el tratamiento con melatonin restaura la autofagia en ratas obesas. Este proceso regenerativo permite que cuerpo sustituya las células dañadas por una nuevas. Se ha vinculado con la longevidad, activación del metabolismo e incluso el retraso de ciertas afecciones degenerativas.

"Nuestro principal reto es la aplicación de la melatonina y de otras estrategias, como el ayuno intermitente, en el campo de la medicina, especialmente para abordar la posibilidad desde una perspectiva de tratamiento de las mencionadas patologías (la diabesidad y sus complicaciones) que implican un aumento del estrés oxidativo-mitocondrial, del daño mitocondrial y de la metainflamación asociada (inflamación de bajo grado de origen metabólico)", señala en nota de prensa el catedrático de la UGR Ahmad Agil, autor principal de ambas investigaciones.

Agil recomienda elegir las actividades apropiadas en función del reloj biológico interno día y noche de cada persona, lo que favorece una correcta producción de melatonina. 

“Durante el día, es bueno exponerse a la luz natural, realizar actividad física adecuada, elegir dietas hipocalóricas cargadas de alimentos no procesados y sustituir estos aditivos por especies y hierbas termogénicas, evitar comer entre horas, no llevar ropa aislante y tener la calefacción con una temperatura llevadera y fresca, en torno a 17 ºC, además de ducharse con agua fresca”. 

Durante la noche, el experto aconseja dormir a oscuras, evitar el uso de dispositivos de luz azul una o 2 horas antes de dormir y ayunar, lo que incrementa los niveles endógenos de melatonina.