Los que se dedican a estudiar el cáncer no se cansan de repetir que para reducir las probabilidades hay que comer bien. Ningún alimento ni dieta por muy sana que sea te librará de una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Pero tu alimentación puede incrementar o reducir los riesgos. 

En línea con esto 3 estudios liderados por investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) confirman el potencial preventivo de la dieta frente al cáncer de próstata, mama y colorrectal.

Los trabajos, publicados en las revistas científicas Maturitas, British Journal of Urology International y Nutrients, forman parte del Proyecto EPIC-España y están desarrollados por un equipo del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII, liderado por Adela Castello y Marina Pollán y por los investigadores Miguel Rodríguez Barranco y María José Sánchez, de la EASP y del CIBERESP.

Los investigadores se muestran cautelosos ante los hallazgos, "ya que tener una dieta altamente concordante con el patrón Occidental no es sinónimo de desarrollar cáncer, mientras que tener una gran adherencia a la dieta Mediterránea no garantiza una total prevención”, recuerda Rodríguez Barranco.

No obstante los resultados enfatizan la idea de que alejarse del patrón de dieta occidental en favor de una dieta mediterránea podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, mama y de colon, 3 de los tumores más diagnósticados en nuestro país.

Evita la dieta Occidental

El cáncer se encuentra entre las principales causas de muerte prematura en la Unión Europea. Cada año esta enfermedad se diagnostica a 2,6 millones de personas y acaba con la vida de otros 1,2 millones. Unas cifras que irán en aumento según proyecta la Organización Mundial de la Salud. Con más de 35 millones de nuevos casos para 2050, un incremento del 77% respecto a las estimaciones de 2022.

Parte de este incremento se debe al envejecimiento de la población pero también a la adopción de estilos de vida. El organismo cifra en más del 40% los casos de cáncer que podrían evitarse al reducir la exposición al tabaco, la obesidad, la inactividad física, el alcohol o la contaminación ambiental.  

La alimentación juega también un papel fundamental. El denominado Patrón Occidental representa un tipo de dieta en el que destacaría el consumo de gran cantidad de productos lácteos grasos, carne procesada, granos refinados, ultraprocesados y bebidas azucaradas. Lo que en los últimos años se ha relacionado con mayor riesgo de cáncer.

Frente a este el llamado Patrón Prudente es característico de personas que parecen estar preocupadas por su peso y presentan un elevado consumo de productos lácteos bajos en grasas, granos integrales, frutas, verduras y zumos. Finalmente, el Mediterráneo conlleva un elevado consumo de frutas y verduras con ingesta de legumbres, pescado, y aceite de oliva.

Las personas participantes en el estudio EPIC-España con una alta adherencia al patrón de dieta Occidental mostraron el doble de riesgo de desarrollar un cáncer de próstata agresivo, un 37% más de riesgo de padecer un cáncer de mama y un 53% más de riesgo de tener cáncer colorrectal. 

Por otro lado, una alta adherencia al patrón de dieta Prudente no se asoció con el riesgo de desarrollar ninguno de los tumores explorados. Finalmente, los participantes con adherencias elevadas al patrón Mediterráneo presentaron un 16% menos de riesgo de desarrollar un tumor maligno en el colon y recto que aquellos con adherencias bajas.