El gran mito de la clase media: nadie sabe exactamente qué es, pero todos quieren su voto

Carteles electorales elecciones generales 2023

REUTERS/Jon Nazca/File Photo

  • Los candidatos al 23 de julio han centrado la batalla electoral en las clases medias; un concepto lo suficientemente amplio y ambiguo como para que la mayoría de ciudadanos se sientan identificados. Pero, ¿quién es clase media?
  • Antes, clase media era tener un Seat 600, una vivienda en propiedad y un piso en la playa. En 2023, clase media puede ser alguien que sale a cenar a un restaurante de moda pero se deja el 80% del sueldo en el alquiler.

Clase media. Hace meses que esas dos palabras resuenan en boca de políticos de todos los partidos, pero en la recta final de las elecciones generales se ha convertido en la arena sobre la que se libra la batalla electoral. 

Como un sérum facial, la clase media es una amalgama de la que todo el mundo habla, pese a que nadie sabe muy bien de qué está compuesta. En el caso de la clase media, el empleo de la palabra se dispara justo antes de elecciones.

"La clase media española está en riesgo", alertaba a principios de mes el candidato por el PP a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo en su programa electoral.

Al mismo tiempo, el presidente y candidato por el PSOE, Pedro Sánchez, aseguraba que el objetivo de las medidas planteadas en su programa era "ayudar a las clases medias y trabajadoras".

Los candidatos al 23 de julio han centrado la batalla electoral en las clases medias. No solo porque se trata de un concepto lo suficientemente amplio y ambiguo como para que buena parte de los ciudadanos puedan sentirse interpelados. En esta ocasión, la inflación ha jugado un papel determinante en la configuración del discurso político: la última crisis de precios ha sido una crisis de la clase media.

Ya lo dijo la candidata de Sumar y también vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz en octubre: "Esta crisis no va de personas vulnerables, va de rentas medias".

"Hay una dimensión de poder adquisitivo que antes dejábamos de lado pero ya no porque hay inflación. Históricamente hemos tenido una inflación baja y podíamos permitirnos el lujo de olvidarnos del poder adquisitivo. Ahora, la riqueza está también condicionada por eso", apunta Jorge Galindo, director de economía política y visualización de datos en EsadeEcPol.

Pero, ¿tiene sentido que partidos con ideologías económicas y sociales tan diferentes como PP, PSOE o Sumar centren el tiro en el mismo electorado? En términos políticos, desde luego que sí. 

Crisis de la inflación en los hogares

Aunque la renta es la variable económica que atraviesa y define lo que se considera como clase media, lo cierto es que "en economía intentamos evitar entrar demasiado en estos temas. El de clase media es un concepto político y más bien vago", matiza Jesús Ruiz-Huerta, director del Laboratorio de la Fundación Alternativas y presidente del comité de expertos para la reforma tributaria en 2022.

Los economistas lo rehúyen, pero los políticos se llenan la boca con esas dos palabras, básicamente porque es práctico y rentable en términos electorales. "Referirse a la clase media es muy útil en términos políticos; es la categoría más amplia y en la que más gente se ubica, y el objetivo de los partidos es maximizar su voto", observa Galindo.

Y tan amplia: definiciones aparte, si nos quedamos en los terrenos subjetivos de la percepción, resulta que el 48,8% de los ciudadanos españoles se considera clase media, según el avance del CIS de junio. 

Teniendo en cuenta que un 5,9% se metería en el cajón de la "clase alta", estamos hablando de que la mayoría del país (el 54,7%) cree que pertenece a la clase media o media alta. Algo difícil, en términos económicos. 

Por otro lado... si todo el mundo es clase media, ¿nadie es clase media?

 

Una renta anual de 15.300 euros...o de hasta 40.800 euros

La definición más científica de clase media viene de la mano de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y toma como base la renta mediana:

"Lo que se calcula es el ingreso mediano, valor que estaría alrededor de los 20.400 euros, de tal forma que la mitad de la población esté por debajo y la otra mitad por encima", explica Pedro Aznar, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade.

Tomando ese valor como referencia, todos aquellos cuya renta esté entre el 75% y el 200% de este valor (20.400 euros) serían clase media. Por encima estaría clase alta y por debajo clase baja.

Es decir, que en España sería clase media tanto un empleado que ingrese algo más de 1.000 euros al mes, poco más del salario mínimo, como otro que gane más de 3.000 euros. 

"La imagen que tenemos de la clase media no es acorde a la de una persona que cobra 20.000 euros al año", confirma Ramón Mateo, director de Análisis e Impacto Regulatorio de beBartlet. 

De acuerdo, la definición económica se queda corta. Pero entonces, ¿qué es clase media?

Del Seat 600 y el piso en la playa a cenar fuera y que el alquiler se coma el sueldo

Turistas en playa de Benidorm

REUTERS/Heino Kalis

España, 1980. Cada viernes, familias enteras aguardaban sentadas frente al televisor el momento álgido del 1, 2, 3... responda otra vez, el programa más seguido aquel entonces. La mayoría soñaba con llevarse el codiciado premio: un apartamento en Torrevieja.

No es para menos. El piso en la playa era uno de los ingredientes de lo que se entendía como clase media en aquella época. La combinación podía resumirse en: un Seat 600, una vivienda en propiedad y un piso en la playa.

Hoy, en cambio, no está tan claro cuáles son los ingredientes socioeconómicos que configuran a la clase media. Lo que sí está claro es que, en 2023, el coche y la primera y segunda vivienda ya no son cosas de clase media, sino más bien alta. "Eso hoy en día es impensable para la mayoría de la sociedad, incluso para lo que sería la clase media", confirma Mateo.

En el momento en el que no es accesible para la mayoría, la vivienda en propiedad ha dejado de ser definitoria. "El hecho mismo de tener propiedades se identifica con clase social más elevada", añade Mateo.

Hoy, la clase media se centraría en ingredientes como vivir en una zona céntrica, tener un trabajo estable en el sector servicios y poder permitirte ciertos caprichos. El problema es que, aunque socialmente pueda percibirse como clase media, no está nada claro que sea así.

"Aunque las condiciones materiales no sean elevadas, aunque no seas clase media, hay aspectos que se asocian, como el consumo de bienes y servicios. Por ejemplo, una persona a la que le guste salir a tomar el vermú o cenar en sitios de moda, pero luego el alquiler se come el 80% de su sueldo", añade Mateo.

¿Qué ha pasado entre una y otra época? En pocas palabras: crisis y pérdida de rentas.

Ilustracion malestar caos

España, el país donde más gente ha pasado a clase baja

"Hace unos años, la clase media estaba definida por una serie de parámetros económicos, sociales, culturales... Pero después de la crisis de 2008 todo cambia, y hoy en día está un poco desdibujada. Puedes ser clase media a nivel educativo o cultural, pero no económico", asegura Ana Salazar, directora de Idus3 y miembro del consejo directivo de Acop. 

"El elemento más importante es que la crisis del 2008 seguida de las dificultades económicas posteriores ha llevado a que España sea el país en el que más población ha pasado de clase media baja a clase baja", corrobora Aznar. 

Es decir, no solo hay concentración importante de clase media baja, sino que además los que están por debajo de la clase media son cada vez más. "De hecho, la distribución de renta en España es más similar a la observada en Estados Unidos, un país muy desigual, que la observada en Dinamarca o Francia", añade.

Huelga decir que una distribución más desigual, con más gente por debajo de la clase media y clase media sesgada hacia rentas medias-bajas implica mayor descontento social, lo que puede explicar quizás una mayor polarización política.

Ilustración economía

La clase media, una invención política

Llegados a este punto, ¿tiene sentido que los candidatos se llenen la boca con algo tan desdibujado como las clases medias? De nuevo: sí.

Por un lado, la ambigüedad inherente al concepto, de hecho "facilita la instrumentalización de los discursos políticos cuando hablan de mejorar la situación de las clases medias", explica Alejandro Santana, profesor colaborador en el Departamento de Sociedad, Política y Sostenibilidad de Esade.

Los políticos hablan a la clase media porque es una categoría social lo suficientemente amplia como para englobar a cualquiera. "A cualquier persona le cuesta reconocerse fuera de la clase media", señala Galindo.

Por otro lado, cualquiera puede identificarse con la clase media. "Aunque cada vez se ha ido estrechando más el concepto, la percepción y el sentimiento de pertenencia a esa posición social están interiorizados", comenta Salazar.

"Es normal que los partidos acudan buscando sus nichos. Como es un concepto indeterminado, la mayoría de la gente se considera dentro del mismo; cada individuo tiene una ideología y busca reconocerse en el partido", coincide Ruiz Huerta.

¿...y la clase trabajadora?

En cualquier caso, si parece que las medidas de los programas electorales van todas dirigidas a la clase media es, entre otras cosas, porque es que van dirigidas a la clase media.

"En España tenemos un sistema de bienestar sesgado a las clases medias", puntualiza Galindo: "Muchas deducciones fiscales benefician a ese segmento. Vivimos en un sistema que protege muy bien a las rentas medias y medio-altas, sobre todo jubiladas".

Jóvenes

Un sistema que sin embargo olvida a la clase trabajadora. "La mayoría de mecanismos sobreprotegen a las clases medias e infraprotegen a las trabajadoras", añade Galindo, y eso que se trata del segmento que más sufrió las consecuencias financieras, que más renta ha perdido desde entonces y que también sufrió el primer impacto de la crisis de precios.

"Quienes han sufrido los golpes, la mayor pérdida de renta y de oportunidades son las clases trabajadoras", apunta Galindo. Un impacto que, en la última crisis, se ha visto en parte mitigado gracias a medidas como el ingreso mínimo vital o los ERTE.

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