Las recetas de la OCDE para el futuro Gobierno en España

Urnas en elecciones españolas.

REUTERS/Albert Gea

  • El nuevo Gobierno tendrá que atajar el elevado paro estructural, la precariedad de los jóvenes, la baja productividad o asegurar la consolidación fiscal.
  • "Es importante seguir implementando una agenda de reformas fuerte para abordar las debilidades estructurales que tiene España", afirma Aida Caldera,  jefa de división en el departamento de Economía de la OCDE, en una entrevista con Business Insider España.

Queda menos de un mes para las elecciones generales del próximo 23 de julio, y los retos a los que se enfrenta el nuevo gobierno que salga elegido en las urnas no son pocos.

Consolidar la recuperación económica y evitar nuevos repuntes de la inflación o mantener la creación de empleo indefinido son solo algunos de los retos en el horizonte. Pero el nuevo ejecutivo también tendrá que cumplir lo pactado con Bruselas para recibir los fondos europeos, asegurándose de gastar bien el dinero de las inversiones, como sacando adelante importantes reformas.

"Es importante seguir implementando una agenda de reformas fuerte para abordar las debilidades estructurales que tiene España", afirma Aida Caldera, jefa de división en el departamento de Economía de la OCDE, en una entrevista con Business Insider España.

1. La gran anomalía española

Algunos ejemplos de las reformas emprendidas en los últimos 2 años son la reforma laboral y una parte de la del sistema de pensiones. En el primer caso, un año después de la aprobación de la reforma del mercado laboral, los datos revelan que España crea más empleo fijo que nunca, el paro está en mínimos no vistos desde 2008, y el mercado laboral está resistiendo incluso a la crisis de precios.

Sin embargo, matiza Caldera, "aunque la reforma del mercado laboral de 2021 ha permitido reducir la alta proporción de contratos temporales, el desempleo sigue siendo el más alto de la OCDE y la integración de los jóvenes en el mercado laboral sigue siendo un desafío".

 Mientras el paro en la eurozona alcanza mínimos históricos, en España es casi el doble y supera el 12%, muy lejos del mínimo del 8,2% alcanzado en 2007. 

Camarero empleado

2. Los jóvenes, los más golpeados

Aunque ahora mismo hay menos parados que nunca en España, los jóvenes continúan siendo el colectivo que más sufre la llamada gran anomalía española, compuesta por paro, temporalidad y precariedad. Ingredientes que, a su vez, conforman el segundo reto para el futuro gobierno, a ojos de Caldera:

"Las desigualdades de ingresos y la pobreza siguen siendo significativas y la pobreza, especialmente entre los jóvenes". España es el país de Europa con más paro juvenil: alrededor del 30% de los menores de 29 años no tiene trabajo y, entre los que lo encuentran, más del 60% lo hace con contrato temporal y más de un 80% cobra por debajo del salario mínimo

Mientras que la renta de los mayores de 65 no ha dejado de crecer en los últimos años, hasta superar los 17.000 euros anuales; la de los menores de 29 se hundió en la crisis de 2008-2012 y apenas se ha recuperado hasta los 12.353 euros anuales, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Jóvenes

3. Bajo potencial de crecimiento 

En tercer lugar, explica Caldera, está el potencial de crecimiento de España: "es bajo y se espera que se debilite con el rápido envejecimiento de la población, por lo que será importante mejorar la productividad, apoyando la innovación y mejorando los resultados educativos".

De hecho, aunque uno de los efectos de la reforma laboral debería ser la mejora de la productividad derivada del aumento de indefinidos, eso no está ocurriendo.

Aunque el número de empleados está en máximos históricos y supera los niveles prepandemia, la productividad por hora trabajada apenas se ha recuperado desde 2019. "Vemos una evolución distinta de empleo y horas, y el motivo principal que explica que las horas hayan disminuido menos es que hay menos ocupados efectivos", señala Marcel Jansen, investigador de Fedea.

Ejecutivo de vacaciones

4. Ajustes fiscales

Después de 3 años de expansión fiscal, toca hacer ajustes. Entre el desembolso multimillonario de gasto público para hacer frente a los estragos de la pandemia y el paquete de medidas para aliviar el impacto de la crisis de la inflación, el Ejecutivo ha gastado miles de millones de euros.

Ahora que la recuperación económica toma velocidad de crucero, con un PIB que crece por encima de la media de la zona euro y una inflación que empieza a dar tregua y se modera a niveles que no se veían desde hacía 2 años, es hora de ir regresando a la normalidad consolidando una senda de ajuste fiscal y retirando algunas de las ayudas desplegadas en los últimos meses.

Lo ha pedido la Comisión Europea, también los economistas de BBVA Research, y ahora también la OCDE: "acelerar el ritmo de la consolidación fiscal debería ser una prioridad, dadas las perspectivas demográficas y la elevada deuda pública", avisa Caldera, que apunta a la necesidad de cumplir los ambiciosos objetivos de España para luchar contra el cambio climático, lo que requerirá un fuerte compromiso de todos los agentes económicos y un régimen fiscal más respetuoso con el medio ambiente.

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