Los potenciales inversores tienen (y quieren) dinero para financiar proyectos fintech en España, que se mantiene como el tercer país de Europa y sexto del mundo en el ránking de fintechs activas. 

En el top 10 de los 20 países que representan el 50% del sector a nivel mundial, España cuenta con 977 tecnológicas financieras activas en el territorio, sólo por detrás de Alemania (978) y Reino Unido (2.439), según el informe FinTech Global Vision 2023 de Finnovating. 

"En 2022 se crearon también 70 nuevas fintechs en el país. Estos datos muestran la capacidad real para crear entidades financieras con base tecnológica, exclusivamente aquellas que tienen sede en el país de origen", destaca en el informe Rodrigo García de la Cruz, CEO de Finnovating y vicepresidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI).

Pero aún hace falta más. 

En el mismo informe España se queda fuera del índice de madurez, medido por el número de fintechs activas por cada millón de habitantes. Según Finnovating, hay 34 por cada millón en el territorio español, mientras que en países como Suecia, hay 35 en la misma proporción. 

"España, en comparación con otros países de la región, no tiene tanta madurez. Pero tenemos un tamaño de mercado que permite demostrar la capacidad de ingresos. Si pensamos, por ejemplo, en Suecia, que tiene 10 millones de habitantes y en España con 47, se ve de sobra que hay talento tecnológico suficiente", señala en una entrevista con este medio la directora de PayPal Iberia Beatriz Giménez.

El presidente de AEFI, Arturo G. MacDowell, cree que para que puedan emerger este tipo de proyectos hay que ir un poco más allá de las barreras al emprendimiento. Pero Giménez insiste en que estas trabas son aún "aversión al riesgo y desconocimiento".

"Si más gente conociera que este es un camino que puede seguir, seguramente apostarían más por él".

Sin embargo, desde la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB), que era el banco de referencia de las startups en Estados Unidos, se han planteado serias dudas sobre la inversión en emergentes de riesgo. El impacto fue mucho más medido en España, porque ni hay una banca especializada ni había exposición a SVB. Pero auguraba un futuro aún más negro para la financiación.

No habrá más problemas después de SVB porque "hay dinero"

Los expertos que analizaron la quiebra de SVB en directo advertían de una barrera al emprendimiento aún más alta de la que ya existía, porque las startups tendrían que trabajar más para "convencer a la banca de sus planes futuros". 

Ahora bien, este endurecimiento de los requisitos viene de mucho antes de SVB.

En junio de 2022, los propios inversores reconocían que los grandes fondos estaban siendo más estrictos con sus criterios, tanto en los mercados como con los datos de las startups. Entonces, se buscaba el crecimiento a cualquier precio, pero ahora se busca la eficiencia. Eso no quita que, si hay un buen proyecto en España, hay capacidad de sobra para financiarlo.

"No creo que haya más problemas [después de SVB] y no lo creo por una cuestión: dinero hay", coincide Eduardo Peralta, CEO de Finsei.

"Lo que falta es que esos proyectos que tienen unas grandes ambiciones y ganas de hacer cosas realmente relevantes, encuentren un modelo de negocio que sea rentable, que sea eficiente y que les permita crecer. Para las entidades que encuentran ese modelo, hay dinero de sobra", continúa. 

"Otra cosa es que ahora ya no se financian proyectos que no están probados. Es decir, aquí el inversor sigue teniendo dinero, pero necesita saber que el proyecto que tenemos realmente puede llegar a ser algo grande, algo por lo que el cliente final está dispuesto a pagar", añade Peralta.

La banca está empezando a valorar más la capacidad de las fintechs

Mientras se pone en duda que puedan ser (o no) rentables, las fintechs están empezando a acaparar más atención de la banca. Esto en España no sólo es relevante porque fomente la colaboración entre entidades financieras, sino porque facilita que la banca valore más vehículos de inversión para tecnológicas con este fin —y se despeje incluso el capital privado que tiene más dudas—.

"Lo veo como una gran oportunidad para que colaboremos y generemos servicios de valor para nuestro cliente. Al final, todo lo que sea enriquecer los servicios que podemos ofrecer con la apuesta de valor de cada una de las fintechs, lo que nos abre son infinidad de oportunidades precisamente para mejorar la atención que damos", defiende Javier Porras, director de IA en innovación en Unicaja Banco.

"Se tiene que dejar de ver como que hay una confrontación, porque es justo lo contrario. El escenario ideal —y no veo otro— es el de la colaboración y avanzar juntos para lograr la satisfacción del cliente".

Carlos Salinas, jefe de activos digitales y fintech de MoraBanc, coincide con Porras. El experto cree que el ecosistema fintech en España realmente tiene mucho potencial. 

"Están dando pasos para mejorar la colaboración entre el sector financiero tradicional y las fintechs. Y claramente creo que en la banca nos hemos dado cuenta del valor y las oportunidades que nos puede aportar tener niveles más altos de colaboración con las fintechs", reconoce Salinas.

MoraBanc está trabajando en nuevos vehículos con estas características, según adelantó a este medio durante la entrevista en Fintech Forward Summit. Y aunque el propio Salinas reconoce que es "regulatoriamente complicado", ve una ventaja donde todos detectan un problema.

"La financiación de startups en España es muy incipiente. Pero ir despacio tiene sus ventajas, porque puedes ir aprendiendo de los problemas que se encuentran otros", defiende.