La inteligencia artificial generativa no solo ha llegado al texto (de la mano de herramientas como ChatGPT, la archiconocida tecnología impulsada por Microsoft), sino que lleva desde el año pasado generando bastante revuelo en el campo de las imágenes. 

Estas herramientas comenzaron a inundar las redes sociales alrededor del verano de 2022, cuando propuestas como Craiyon, Dall-E —desarrollada por OpenAI, al igual que ChatGPT— o Stable Diffusion se volvieron virales ante las posibilidades que ofrecían a sus usuarios. Tal fue su repercusión que algunas obras de arte generadas por IA llegaron a ganar concursos de pintura. 

Sin embargo, estas tecnologías tuvieron que hacer frente a las críticas de algunas comunidades artísticas, que vetaron estas obras de sus páginas web en solidaridad con los artistas, y a las denuncias de los propios creadores, que en su momento señalaban a Business Insider que esto no era una democratización, sino "una banalización del arte".

Desde entonces, las herramientas de inteligencia artificial generativa han ido expandiéndose, a través de su llegada a otros medios como el audiovisual o el texto, y han seguido cosechando críticas (que han llegado incluso a materializarse en denuncias).

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Ahora ha sido Jos Avery, un fotógrafo profesional que cuenta con más de 26.000 seguidores en su cuenta de Instagram, el encargado de avivar el debate sobre la relación entre la IA generativa y la creación artística. 

"Mi cuenta ha aumentado en unos 12.000 seguidores desde octubre", indica Avery a Ars Technica. "Más de lo que esperaba, porque es donde publico retratos generados por inteligencia artificial y rematados por humanos". 

"Es probable que más del 95% de los seguidores no se den cuenta. Me gustaría confesarlo", apunta el fotógrafo. 

Según Ars Technica, Avery ha querido contactar con los medios de comunicación para realizar esta confesión porque cada vez se pone más nervioso a la hora de hacer una publicación. 

Este creador de contenido recalca que, aunque sus imágenes no son fotografías reales, siguen requiriendo una gran cantidad de arte y de retoques por su parte para dar esa sensación de fotorrealismo. Avery emplea Midjourney para generar las imágenes y luego utiliza Photoshop para retocar aquellas cuyo resultado le convencen. 

"Sinceramente, no sé qué hacer", reconocía el supuesto fotógrafo al ponerse en contacto con el medio de comunicación. "Mi objetivo original era engañar a la gente para enseñar esta IA y luego escribir un artículo sobre ella, pero ahora se ha convertido en una salida artística. Mi punto de vista ha cambiado".