Google elimina un polémico sistema que avisaba a los empleados de que corrían el riesgo de ser calificados como trabajadores de bajo rendimiento

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Sundar Pichai, CEO de Google.
Sundar Pichai, CEO de Google.

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  • Google ha eliminado una controvertida herramienta, conocida como "revisiones de apoyo", que servía para para avisar a los trabajadores de que iban a ser etiquetados como empleados de bajo rendimiento. 
  • Esta decisión ha dividido las opiniones entre la plantilla.

Google ha puesto fin a un sistema que alertaba a los trabajadores cuando corrían el riesgo de ser etiquetados como empleados de bajo rendimiento.

Según ha declarado a Business Insider una persona que asistió a la reunión en la que se anunciaron estos cambios la semana pasada (y que ha pedido no ser identificada al estar hablando de temas delicados), Fiona Cicconi, directora de Personal de Google, informó a los trabajadores de que la compañía había puesto fin a las "revisiones de apoyo".

Las revisiones de apoyo —o SCI, como se denominaban internamente por sus siglas en inglés— se introdujeron como parte de un sistema de gestión del rendimiento, GRAD, que se puso en marcha a principios de 2022 y consistían en una clase de reuniones en las que los directivos se reunían con los empleados que corrían el riesgo de ser despedidos para ayudarles a mejorar. 

Como parte de ese sistema, se exigió a los jefes de equipo que ofreciesen revisiones de apoyo a los trabajadores que habían recibido calificaciones más bajas que antes, según detallaban una serie de documentos internos a los que en su día tuvo acceso Business Insider.

Con GRAD, hasta el 6% de los empleados pueden llegar a situarse en los tramos de rendimiento más bajos, "impacto insuficiente" e "impacto moderado", frente al 2% del sistema anterior. Si los trabajadores no mejoraban, los planes de mejora del rendimiento eran el "siguiente paso", según apuntó un directivo de Google, pero las revisiones de apoyo no siempre tenían ese resultado.

Sundar Pichai

Estos planes de mejora del rendimiento ofrecen a los empleados considerados de bajo rendimiento objetivos específicos que deben alcanzar. Si no lo consiguen, corren el riesgo de ser despedidos. Aunque no suponga el despido inmediato, la inclusión en un plan de mejora del rendimiento en las empresas tecnológicas suele considerarse el beso de la muerte para la carrera de un trabajador.

Muchos empleados habían expresado su disconformidad con las revisiones de apoyo en anteriores reuniones generales y algunos llegaron a confesar que pensaban que los directivos las utilizaban como una forma de alcanzar sus propios objetivos de gestión o como una herramienta de represalia.

Aun así, la decisión de haber puesto fin a este sistema también ha dividido las opiniones de la plantilla de Google. Un trabajador afirma que su eliminación y el estigma asociado a estas revisiones hace que los directivos tengan más responsabilidad a la hora de ayudar a los empleados a mejorar antes de que se les aplique un plan de rendimiento. 

Esto puede ser bueno o malo, dependiendo del directivo.

Otro trabajador ha señalado que la eliminación de las revisiones de apoyo significa que ahora los ejecutivos pueden poner a los empleados en un plan de mejora del rendimiento prácticamente sin avisarles. Antes del sistema GRAD y de los recortes de plantilla de este año, Google era conocida por ser una compañía que rara vez sometía a sus trabajadores a planes de mejora del rendimiento.

 

Un portavoz de Google ha declarado que las revisiones de apoyo se han eliminado en base al feedback de los empleados y que esto debería dar lugar a conversaciones más coherentes entre el personal y los directivos. Las revisiones trimestrales de los trabajadores también van a ser mejoradas para ayudar a los ejecutivos a proporcionar más información, ha añadido el portavoz.

"Como hemos venido haciendo a lo largo del último año, estamos mejorando nuestro sistema GRAD para facilitar que los Googlers y sus directivos mantengan conversaciones más regulares sobre el rendimiento", ha indicado el portavoz.

Este anuncio se hizo durante una de las reuniones "all-hands" de Google —conocida internamente como: "TGIF" (del inglés, gracias a Dios es viernes)— que se celebró el jueves de la semana pasada. En esa misma reunión, Google adelantó que también iba a reformular su sistema de encuestas internas, para pedirles a sus empleados que den su opinión de forma semanal.

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