Los 100 días que han cambiado Inditex: así ha dirigido Pablo Isla el gigante mundial de la moda durante la tormenta económica provocada por el coronavirus

Pablo Isla, en el New Economy Forum, en Pekín, en noviembre de 2019
Pablo Isla, en el New Economy Forum, en Pekín, en noviembre de 2019
  • El grupo fundado por Amancio Ortega y capitaneado por Pablo Isla cerró hace más de tres meses los primeros puntos de venta en el gigante asiático y extendió esta medida al resto de países por la crisis del coronavirus. 
  • Pese a verse obligado a tomar estas drásticas medidas, Inditex continúa siendo el grupo español de mayor capitalización bursátil del Ibex 35, próxima los 78.000 millones de euros, aunque en lo que va de año acumula una depreciación del 20%.
  • Este lunes se cumplen 100 días desde que Inditex cerró las puertas de sus tiendas en España.
  • El grupo fundado por Amancio Ortega y capitaneado por Pablo Isla cerró primero puntos de venta en el gigante asiático y extendió esta medida al resto de países por la crisis del coronavirus. 
  • Pese a verse obligado a tomar estas drásticas medidas, Inditex continúa siendo el grupo español de mayor capitalización bursátil del Ibex 35, próxima los 78.000 millones de euros, aunque en lo que va de año acumula una depreciación del 20%.
  • La reputación del grupo en la sociedad española se disparó tras rechazar aplicar un ajuste temporal de empleo (ERTE) sobre los 25.000 empleados, fabricar material sanitario o poner su red logística al servicio del Gobierno. 
  • Bajo las riendas del que este año revalidaba el título de mejor CEO del mundo para Forbes, Pablo Isla, la gestión de Inditex se apoyó en la contención de gastos, en una sólida posición de caja y en la apuesta por aprovechar la carrerilla que había cogido el online para pisar el acelerador. 
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Cintillo especial Coronavirus

Este lunes se cumplen 100 días desde que Inditex cerró las puertas de sus tiendas en España

Cuando a las persianas de sus establecimientos no les quedó más remedió que bajar durante el mes de febrero en China, ni Inditex ni ningún otro gigante de la moda se imaginaban que esa estampa se repetiría en sucesivos mercados por todo el planeta. El grupo fundado por Amancio Ortega y capitaneado por Pablo Isla cerró primero puntos de venta en el gigante asiático y extendió esta medida al resto de países por la crisis del coronavirus. 

Pese a estas drásticas medidas, Inditex continúa siendo el grupo español de mayor capitalización bursátil del Ibex 35, próxima a los 78.000 millones de euros. La cifra, no obstante, se aleja de los 100.000 millones que rebasó el pasado mes de febrero, repitiendo una hazaña anotada por primera vez a finales de diciembre, y supone una depreciación en su valor bursátil del 20% en lo que va de año.

Antes de que el estado de alarma paralizara la economía en España, Inditex ya había mandado a trabajar desde casa al grueso de su plantilla. Había restringido las visitas a la sede de Arteixo (A Coruña) y a las tiendas poco tiempo les quedaba operativas. El 14 de marzo, Inditex cerraba sus 1.600 tiendas en España hasta nuevo aviso. 

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Inditex tomó su propio camino. Una senda que impulsó la reputación del grupo en la sociedad española. La compañía de Amancio Ortega rechazó aplicar un ajuste temporal de empleo (ERTE) sobre los 25.000 empleados de sus puntos de venta en el mercado nacional, aunque la decisión ya no contemplaba de antemano al personal de su red logística, de sus fábricas ni de sus servicios centrales. El gigante gallego pagó las nóminas de su plantilla con recursos propios durante los meses de confinamiento. Una medida que no replicó en todos los mercados en los que opera.

Aun así, la decisión fue recibida con efusividad tanto por parte de la sociedad como de los mercados, en un momento crítico y marcado por la incertidumbre. El movimiento demostró fortaleza cuando sus competidores se acogían a los ERTE para sufragar el salario de los trabajadores de tienda e Inditex marcó un tanto en términos de reputación.

Contribuyó a ello que el grupo puso su capacidad logística al servicio de las autoridades y transportó material sanitario por 457 millones de euros desde Asia de forma gratuita. El objetivo: agilizar la compra y transporte de mascarillas y respiradores en los momentos más críticos de la lucha contra la pandemia. Las batas dispuestas para los sanitarios por parte del grupo gallego fueron recibidas entre devoción y alabanzas. Por no mencionar que la Fundación Amancio Ortega compró material sanitario por 63 millones de euros.

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Y bajo las riendas del que este año revalidaba el título de mejor CEO del mundo según Forbes, Pablo Isla,la gestión empresarial de Inditex se apoyó en la contención de gastos, en una sólida posición de caja y en su apuesta por aprovechar la carrerilla que había cogido el online. 

Las ventas por internet fueron especialmente importantes para el grupo gallego que, con el grueso de sus 7.412 tiendas en todo el mundo cerradas, vio en el comercio electrónico la oportunidad de estimular la demanda. Las ventas online se dispararon un 95% en el mes de abril, según informó Pablo Isla en la presentación de resultados del primer trimestre

Con el parón económico, Inditex puso sus tiendas físicas a disposición del online, a mediados de abril. Cerca de 1.000 trabajadores del grupo volvieron a los puntos de venta para recuperar el stock adormecido en las tiendas. El plan fue poner en operación, aproximadamente, 290 establecimientos, en los que recuperaron las prendas para venderlas por internet.

Inditex abrió sus puntos de venta a medida que se relajaron las medidas de confinamiento. Primero, lo hizo en otros mercados europeos, como Alemania y Holanda. Más tarde en España. Subió la persiana con controles de aforo, restricciones de acceso en función de la superficie del local y medidas de higiene para los empleados y clientes. Y, desde luego, con largas colas en las puertas de sus tiendas. Las devoluciones siguen, aún hoy, un procedimiento especial: las prendas permanecen 24 horas sin contacto, el tiempo que se estima que el virus puede sobrevivir.

La actividad y los resultados de los tres primeros meses del ejercicio fiscal del titán de la moda han estado marcados por el coronavirus. Entre febrero y abril, Inditex registró unas pérdidas de 409 millones de euros. Fueron los primeros números rojos desde que salió a bolsa en 2001. Las ventas cayeron un 44%, hasta situarse 3.303 millones de euros. Pero, al mismo tiempo que compartía con el mercado el impacto, presentaba el plan de choque. ¿La clave? Pisar el acelerador en el plan de cierre de tiendas, que el grupo puso en marcha en 2012, en favor del canal online. 

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El movimiento trata de disipar las dudas que pueda haber suscitado el desplome de las cifras del grupo con un movimiento ágil y rápido. Inditex digitaliza su operativa para alcanzar la tan codiciada, y a menudo profética, omnicanalidad, es decir, la fusión entre la tienda física y el canal online. El propósito es que las ventas por internet concentren el 25% de la facturación en 2022, mientras plantea cerrar entre 1.000 y 1.200 puntos de venta en el mismo periodo. 

En cualquier caso, el plan de choque de Inditex para mitigar el golpe del coronavirus ha pasado, irremediablemente, por la contención del gasto. Isla avanzó la renegociación de los alquileres de las tiendas con sus caseros pero el grupo ha ejecutado un estricto control en las compras en estos tres meses marcados por la pandemia. Canceló los pedidos que aún no estaban en marcha en marzo y retomó estas compras en mayo. Como resultado, los gastos operativos descendieron un 20% respecto al año anterior. 

También ha tirado de tesorería. Concretamente, Inditex utilizó un 28% de su músculo financiero durante estos tres meses y su caja se redujo de los 8.000 millones de euros con los que cerró en enero el ejercicio fiscal de 2019 a los 5.750 millones con los que finalizó el primer trimestre del año.

Además, las cuentas de Inditex reflejan una equiparación entre los costes y los gastos. Una señal de que el grupo ha tomado medidas sobre la base de una previsible bajada de ingresos. 

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Ahora, su diversificación geográfica y su fuerte apuesta por el online parecen el as en la manga de Inditex para dejar atrás la crisis del coronavirus. El presidente del grupo avanzó inversiones por  2.700 millones de euros en los próximos dos años para aumentar entre un 4% y un 6% las ventas por superficie comparable. 

Y es que la gran baza de Inditex seguirán siendo la tecnología. El grupo apuesta por una plataforma tecnológica integrada como motor de su crecimiento: “Escalable, ágil, flexible y que se desarrolla en una nube híbrida”. La han bautizado como Open Platform y es algo más que una declaración de intenciones. 

Es la plataforma tecnológica que sostendrá las operaciones digitales de la compañía y su integración terminará en 2022. El modelo de fash fashion, clave en el éxito de Inditex —que se apoya en la flexibilidad productiva de colecciones cápsula—, deja paso a una nueva era, donde la frontera entre la moda y la tecnología desaparece.

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