Un investigador quiere desarrollar un sensor capaz de detectar la presencia de coronavirus en el aire para usarlo en zonas masificadas

Búsqueda de una vacuna contra el COVID-19
  • El profesor Jing Wang está desarrollando un sensor que alerta de la presencia de coronavirus en el aire y podría usarse en espacios donde se producen aglomeraciones.
  • El dispositivo se basa en pequeñas estructuras de oro que contienen moléculas sintéticas que coinciden con el material genético único del coronavirus.
  • Hasta que el dispositivo esté completamente disponible para su uso en hospitales, estaciones y colegios podría pasar por lo menos un año.
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Cintillo especial Coronavirus

Jing Wang ha invertido los últimos años en desarrollar un sensor que mide los gérmenes que hay en el aire. Cuando la pandemia del COVID-19 golpeó a la sociedad y cambió la vida de millones de personas en todo el mundo que han tenido que encerrarse en sus hogares para frenar su propagación, Wang pensó que podría modificar su invento para que detectase el nuevo coronavirus, según informa Bloomberg.

El objetivo era que dicho sensor se utilizase en áreas con aglomeraciones de gente como hospitales, estaciones de tren o centros educativos, según explico este profesor del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Ingeniería Ambiental en Zúrich. Aunque el dispositivo sigue en proceso de desarrollo, lo cierto es que es lo suficientemente sensible como para distinguir la diferencia entre el nuevo patógeno y el virus del SARS (muy similar en algunos aspectos al coronavirus) que se extendió por el mundo en 2003.

Mientras los investigadores no lleguen a la meta en la carrera por fabricar una vacuna, esta alarma detectora de COVID-19 podría ser útil. La Organización Mundial de la Salud ya advirtió que podrían pasar por lo menos 18 meses hasta que se encontrase la vacuna final para combatir el virus.

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"Para combatir el virus, o cualquier epidemia, es muy importante tener alertas tempranas", dijo Wang. "El sensor te da la oportunidad de actuar de inmediato".

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El dispositivo se basa en pequeñas estructuras de oro que contienen moléculas sintéticas que coinciden con el material genético único del coronavirus. Cuando el material en el aire de Sars-CoV-2 se adhiere a su fósforo sintético, el sensor verifica de qué se trata antes de enviar una señal de alerta.

Aunque estuviese listo antes que la vacuna, sigue sin llegar a tiempo

Utilizando fondos del instituto suizo, el equipo de Wang todavía está suministrando muestras manualmente al sensor, ingresando la señal en un ordenador para después analizarla. Antes de que pueda distribuirse para su utilización en entornos reales, se necesitan sistemas para extraer aire y concentrar partículas virales. La ayuda de empresas especializadas en tecnología y fabricación podría acelerar ese proceso, así como la recopilación y automatización de datos, dijo el profesor Wang.

Hasta que el dispositivo esté completamente disponible para su uso en hospitales, estaciones y colegios podría pasar por lo menos un año, pero sigue siendo menos tiempo que el año y medio que los investigadores estiman se tardará en encontrar la vacuna.

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Aunque el sensor no llegue a tiempo para frenar la propagación ahora mismo, sí podría ser importante que estuviese listo si el brote actual se repite en oleadas posteriores, dijo Wang.

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