Kyle, un jefe intermedio de una empresa de contratación de personal, afirma que la combinación brutal de despidos, quejas por la vuelta a la oficina, la cantidad de trabajo y el agotamiento han hecho que este sea su año más duro al frente de un equipo. Y no es el único.

Según una encuesta reciente de Gallup, directivos, managers y jefes como Kyle están agotados y están buscando cambiar de empresa. El 55% de los directivos están buscando activamente nuevos puestos, en comparación con el 49% de los colaboradores individuales, o no directivos, lo que pone a algunos jefes en "modo supervivencia".

Business Insider ha verificado la identidad y la situación laboral de Kyle, cuyo anonimato se mantiene para evitar repercusiones laborales. Kyle explica que el sector de la contratación de personal empezó a sufrir despidos en los altos mandos el año pasado y que su empresa tomó medidas contundentes contra el trabajo a distancia. Su compañía también congeló la contratación y redujo su equipo.

"Hemos perdido a mucha más gente con responsabilidades, así que hemos tenido que confiar en el personal sin experiencia, además yo he tenido que pasar a un puesto de gerente", afirma Kyle. "Intento conciliar todo esto manteniendo el estilo de gestión centrado en los empleados y en retenerlos, lo que cada vez es más difícil".

El trabajador asegura que estas pérdidas —incluidas las ofertas para puestos nuevos que tuvo que revocar— fueron devastadoras para su flujo de trabajo, ya que tuvo que asumir el trabajo que habría asignado a otros, lo que significa que ha tenido mucho menos tiempo para entrenar y hacer crecer a su equipo. Lo llamó un "desagradable ciclo de desgaste".

"Es duro ver cómo un equipo que habías construido pierde gente que ha estado contigo desde hace 6 años", señala Kyle, "especialmente cuando has trabajado tan duro para mantenerlos en primera línea".

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Los jefes se enfrentan a altos niveles de agotamiento

En una encuesta anterior de Gallup, los resultados mostraron que entre las empresas que están haciendo recortes, los mandos intermedios corren el mayor riesgo de ser despedidos este año. Esto ha aumentado la presión sobre los jefes para que aumenten su productividad, al tiempo que afrontan los retos adicionales que se derivan ahora de la pandemia.

"Los directivos están haciendo grandes esfuerzos para liderar de forma diferente en entornos híbridos y también se encuentran en la posición emocionalmente gravosa y agotadora de estar atrapados entre los que mandan y los empleados en el tema de la vuelta a la oficina", explicó a Business Insider Heather Barrett, directora de Gallup y coautora del artículo. "A muchos directivos, se les pide que comuniquen y hagan cumplir requisitos que ellos personalmente pueden no preferir".

Los conflictos sobre el teletrabajo, unidos a las nuevas métricas con que el equipo debe cumplir, está desgastando a Kyle.

Todo esto se suma a una carga de trabajo cada vez mayor que tuvo que asumir después de que algunos empleados fijos fueran despedidos o renunciaran. Tiene que hacer llamadas entre reunión y reunión y dedicar una o 2 horas más cada día para hacer todo el trabajo.

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"Tengo 2 hijos pequeños en casa y veo cómo se evapora mi propio equilibrio entre vida laboral y personal", explica Kyle. "Y eso no tiene por qué ocurrir".

Alrededor de la mitad de los directivos afirmaron que sus equipos habían sufrido reestructuraciones este año, según Gallup, mientras que el 42% aseguró que habían tenido recortes presupuestarios, lo que les obligó a cambiar sus flujos de trabajo y estructuras de equipo.

Sin embargo, un aumento salarial que refleje las nuevas funciones puede no ser la solución. Según un informe del ADP Research Institute, incluso después de recibir un ascenso, los directivos siguen buscando nuevos empleos a un ritmo más elevado que los trabajadores rasos.

Parte de este agotamiento se debe a tener que crear políticas híbridas o de reincorporación a la oficina que se ajusten a los deseos de los trabajadores, explicó Barrett a Business Insider. Los directivos pueden arriesgarse a dañar la moral del equipo instituyendo una política de regreso a la oficina más estricta, aunque pueden tener dificultades para gestionar a empleados con preferencias drásticamente diferentes.

Contemplar la posibilidad de dejarlo

Kyle afirma que su estilo de gestión flexible en los últimos años ha dado sus frutos, ya que obtuvo altas tasas de retención y rentabilidad en su equipo. Incluso durante la Gran Renuncia, solo perdió a uno o 2 trabajadores de bajo rendimiento.

Sin embargo, ahora que la empresa ha endurecido las políticas, como la de regreso a la oficina, Kyle teme que se vayan más empleados. Es más, Kyle teme que su jefe le obligue a pasar 4 o 5 días a la semana en la oficina.

"No van a estar muy contentos", afirma Kyle refiriéndose a sus empleados. "Tener que caminar por esa línea sabiendo lo que sé, y también tratando de ser un manager transparente, es realmente difícil. No quiero perder a más gente en previsión por intentar salir adelante".

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En el fondo, Kyle asegura que sabe que puede seguir siendo un buen recurso para su equipo y seguir llevándolo al éxito, aunque ha considerado la posibilidad de renunciar para convertirse en un colaborador individual de alto nivel. A pesar de los esfuerzos de sus jefes por aligerar algo su carga de trabajo, no está seguro de cuánto tiempo más podrá seguir presionando.

"Si acabamos haciendo el esfuerzo de traer a todo el mundo 5 días a la semana, preveo enviar mi carta de dimisión", afirma Kyle.