Federico Fellini dijo que "la vida es una combinación de magia y pasta", y George Bernard Shaw recordó que "no hay amor más sincero que el amor a la cocina". Para autóctonos, flâneurs y turistas, una manera increíble de disfrutar del universo gastronómico de cada lugar es a través de la comida callejera, que tiene un gran arraigo en Asia, así como en países como Marruecos, México o Grecia.

La web gastronómica TasteAtlas, un inmenso atlas interactivo en el que puedes consultar ingredientes locales, los platos más icónicos de cada país —desde las sopas a los quesos, pescados o incluso bocadillos— los restaurantes en los que degustarlos, tiene un apartado dedicado al street food.

Se trata de comida que se cocina en la propia calle y que está concebida para saborear mientras caminas o plácidamente al aire libre. Puedes navegar por el mapa y ampliar en cada continente o país para descubrir todas las sabrosas sorpresas que te aguardan en las aceras de cada nación.

Asia tiene un espectacular abanico de platos de street food, llenos de picante, sabores umami, aderezos y salsas. El pad thai tailandés, el okonomiyaki japonés —una especie de híbrido nipón entre la pizza y la tortilla—, el chili de cangrejo en Singapur, los jugosos yakitori, el chana masala indio o el pho o sopa de fídeos vietnamita son solo algunos ejemplos de entre decenas de platos.

Pero en cada lugar del globo encontrarás comida callejera sorprendente: una buena cheeseburger en Pasadena, unos tacos, burritos, nachos o tamales en México, el emblemático fish and chips británico, los apetitosos crêpes franceses, el suculento gyros griego, el helado turco o el satay indonesio son iconos de sus respectivas gastronomías.

Hay muchos más placeres culinarios esperándote en este mapa: el falafel israelí, el shawarma turco, los cannoli silicianos, los mitilei (rollos de carne de cordero, cerdo y tenera condimentados con anís, pimienta negra y ajo) rumanos, los gofres belgas ideales para golosos, las crujientes samosas de Arabia Saudí o los pierogi, las empanadillas polacas.

En España —donde la comida callejera no tiene excesivo arraigo—, el mapa destaca la empanada gallega, los churros madrileños, las rabas cántabras o los espetos andaluces, habitualmente sardinas ensartadas en palos y asadas con leña, muchas veces en chiringuitos de playa.