En un mundo de IA infinita, el nuevo artículo de lujo serán los humanos

Alistair Barr
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Fotografía de un amasijo de gente.

Marco Di Lauro/Getty

  • Las fábricas modernas, las cadenas de suministro y Amazon han convertido las "cosas" en una mercancía. 
  • Esa misma dinámica inevitable de oferta y demanda está a punto de inundar de nuevo el mundo con la inteligencia artificial generativa. El resultado final va a ser un nuevo artículo de lujo y de edición limitada: los seres humanos.
Análisis Faldón

"Las experiencias en vivo son el nuevo artículo de lujo", aseguró Kevin Hartz, cofundador la startup de venta de entradas Eventbrite, en el año 2013, cuando su compañía consiguió una nueva e imponente ronda de financiación.

En ese momento, las fábricas modernas, las cadenas de suministro y Amazon habían reducido las "cosas" a una mercancía. Ahora se puede comprar por Internet una abrumadora variedad de zapatillas, raquetas o pantalones de chándal. Esta abundancia ha eliminado gran parte de la satisfacción de comprar cosas físicas. Por eso las experiencias, que por definición son finitas, se han vuelto más valiosas.

Solo hay unas pocas oportunidades de ver a Taylor Swift en directo, frente a la disponibilidad para comprar más de 20.000 tipos de zapatillas en Amazon. Así que el precio de las entradas del Eras Tour se dispara, mientras las zapatillas se vuelven cada vez más baratas.

La misma dinámica inevitable de oferta y demanda está a punto de volver a inundar el mundo con los grandes modelos lingüísticos —LLM, por sus siglas en inglés— y la inteligencia artificial generativa.

El resultado final va a dar lugar a un nuevo artículo de lujo y de edición limitada: las personas.

Contenido ilimitado frente a los "recursos finitos"

Los modelos de IA ya pueden generar automáticamente texto, código fuente, diagnósticos médicos, imágenes, voces, música, vídeo y mucho más. Las barreras con respecto al uso de esta tecnología se están derribando rápidamente. Cualquiera puede poner en marcha ChatGPT, GPT-4, DALL·E y otras tantas herramientas para producir una cantidad casi ilimitada de contenido.

Esto debería ser una bendición para la sociedad. Muchas tareas van a poder realizarse de forma mucho más eficiente, lo que va a hacer que los productos y servicios sean más asequibles y accesibles, como explicaba recientemente el inversor de riesgo Marc Andreessen.

Robot japonés Kansei

Sin embargo, se espera que esto genere una reacción: en un mundo de abundancia generada por las máquinas, los servicios y experiencias centrados en el ser humano van a ser cada vez más escasos, valiosos y, por lo tanto, deseables.

"La información del mundo se está convirtiendo en unos y ceros, y todo esto se está convirtiendo en mercancía", declara Hartz, el cofundador de Eventbrite, a Business Insider. "Lo que no se puede mercantilizar son los recursos finitos, como los bienes inmuebles, los viajes, ver la puesta de sol en el Mediterráneo o hacer surf en Fiyi. Estos son los bienes de lujo de la élite del poder".

Cocineros, profesores y asesores de seguridad

Cuanto más automatice la inteligencia artificial los restaurantes, más querrá la gente disponer de chefs privados como John Barone, que cocina cinco días a la semana en casa de una pareja adinerada de Silicon Valley.

A medida que los robots profesores de IA proliferen en la educación, los más ricos pagarán por un acceso exclusivo a los mejores tutores humanos para sus hijos.

Cuantos más asesores de seguridad manejen el dinero de las personas, más fuerte será la necesidad de los millonarios de contratar a expertos humanos para gestionar sus family offices.

Una nueva avalancha de correos electrónicos automatizados

El marketing por correo electrónico es un ejemplo sencillo que ya preocupa a algunos expertos tecnológicos.

Las herramientas de inteligencia artificial generativa están agilizando y facilitando la redacción de textos de marketing. El resultado final será una avalancha de nuevos correos electrónicos que abrumará a los destinatarios y hará que sea aún menos probable que abran esos mensajes.

"Y entonces nuestras propias máquinas leerán esos correos electrónicos de ventas automatizados", bromea Hartz.

Así que, o bien dicho correo electrónico no llegará a los seres humanos que está tratando de atraer, u otro bot de IA lo abrirá y nunca estará seguro de quién leyó el mensaje. Un correo escrito a mano por una persona real será, en términos relativos, algo raro y bonito (que cuente con errores tipográficos).

Profesores de inteligencia artificial frente a menores ratios de alumnos

Los modelos de IA están empezando a revolucionar la educación, aseguraba hace unos meses Sal Khan, fundador de Khan Academy. Su organización ha estado trabajando con modelos de OpenAI para formar a los estudiantes de formas novedosas y avanzadas, además de ayudar a los profesores a diseñar sus planes de estudios.

La regla de oro a lo largo de la historia siempre ha sido disponer de un tutor personal, y los modelos de inteligencia artificial pueden ayudar a personalizar la experiencia educativa para llevar algo de ese enfoque personalizado a más estudiantes, afirmaba Khan durante un podcast de No Priors que se publicó a principios de año.

"No tenemos recursos para darle un profesor a todo el mundo", indicaba durante el podcast. "Un tutor de IA generativa que apoye a los estudiantes. Eso va a ser la corriente principal en 3 o 5 años", añadía.

Escuelas caras y un carpintero personal

Y, sin embargo, las mejores escuelas privadas de Silicon Valley (Estados Unidos), donde muchos ejecutivos tecnológicos envían a sus hijos, se centran en el acceso a profesores humanos en grupos reducidos. 

Por ejemplo, Castillja —en Palo Alto— destaca por un ratio de 7 alumnos por profesor. Nueva, una escuela de Silicon Valley para niños superdotados, promete una proporción similar. La Menlo School de Menlo Park dice tener una proporción alumno-profesor de 10 a 1 en la escuela superior.

Daron Acemoglu.

La matrícula de estos colegios cuesta entre 58.000 y 60.000 dólares al año (unos 55.000 y 57.000 euros respectivamente), y por ahora no se percibe un descenso de la demanda entre la élite tecnológica. Los millonarios siguen compitiendo por matricular a sus hijos en estos entornos de aprendizaje personalizados y centrados en el ser humano.

Una historia recurrente y absurda de Silicon Valley ilustra este argumento. Se sabe que hay un multimillonario en esta región estadounidense que, los fines de semana, contrata a un carpintero personal para que fabrique a mano juguetes de madera para que sus hijos jueguen con ellos.

¿Quién gestiona el dinero?

¿Qué ocurre cuando se trata de gestionar las fortunas amasadas por empresarios tecnológicos de éxito? Los más ricos confían en asesores financieros de talento contratados directamente para supervisar sus fondos en family offices.

Bill Gates tiene su propia firma de inversión privada, Cascade, dirigida por el gestor financiero Michael Larson desde 1994. La family office de Elon Musk, Excession, ha estado dirigida durante años por un exbanquero de Morgan Stanley, Jared Birchall.

La aplicación de la inteligencia artificial al comercio ha sido compleja hasta ahora. Los modelos de IA se entrenan con grandes masas de datos del pasado. Cuando surgen nuevas situaciones, les cuesta adaptarse con la suficiente rapidez.

Incluso las firmas de fondos de cobertura cuantitativos, que utilizan el aprendizaje automático y otras técnicas automatizadas, dependen de las decisiones tomadas por seres humanos. Two Sigma, una famosa empresa cuantitativa, está estudiando por primera vez nuevas formas de añadir operadores que confían en su juicio humano para ganar dinero, según publicó recientemente Bloomberg.

"El principal problema de utilizar elementos como el aprendizaje por refuerzo en el trading es que se trata de un entorno no estacionario", señaló el investigador en inteligencia artificial Noam Brown en el podcast No Priors en abril. Brown ha trabajado en estrategias de negociación algorítmica en el pasado y fue investigador en Meta, la matriz de Facebook, antes de unirse recientemente a OpenAI.

"Puedes tener todos estos datos históricos, pero no es un sistema estacionario", argumentó el empleado de la desarrolladora de ChatGPT, refiriéndose a cómo los mercados responden rápidamente a los acontecimientos mundiales y a otros desarrollos.

Parte del problema está relacionado con lo que Brown denomina "eficiencia de la muestra". Los humanos son buenos aprendiendo rápidamente a partir de una pequeña cantidad de datos, mientras que los modelos de IA necesitan enormes montañas de información para ser entrenados.

"Los humanos son muy buenos adaptándose a situaciones nuevas", agregó. "Y en los mercados financieros te encuentras con estas situaciones novedosas con bastante frecuencia".

Los bots en redes sociales contra las artes marciales

La inteligencia artificial también está haciendo que las redes sociales estén cada vez más dirigidas por máquinas. Pronto, los creadores de contenido humanos competirán por la atención que reciben los contenidos generados por modelos de IA.

El mes pasado, Mark Zuckerberg, CEO de Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp), presentó más de 25 nuevos bots de inteligencia artificial con diferentes personalidades que utilizan imágenes de famosos. En el futuro, los usuarios podrán interactuar con estos bots en las plataformas de Meta.

Zuckerberg describía hace poco esta nueva situación de oferta y demanda, y explicaba que los creadores de contenido humanos no pueden seguir el ritmo de la demanda de sus seguidores.

"Hay gente ahí fuera que se beneficiaría de poder hablar con una versión tuya hecha por IA", apuntaba Zuckerberg. "Tanto otros creadores de contenido como tú os beneficiaríais de poder mantener a vuestra comunidad comprometida".

Con ese objetivo, la matriz de Facebook va a desarrollar una versión de inteligencia artificial de algunos famosos que puedan publicar constantemente. De nuevo, esto parece que va a ser infinito, por lo que la interacción con la persona real será más rara y valiosa.

Mientras tanto, cuando el CEO de Meta quiere relajarse fuera del trabajo, dedica parte de ese tiempo a un pasatiempo muy humano: revolcarse por el suelo con otras personas en competiciones de artes marciales.

Modelos médicos y médicos humanos

Los modelos de IA, como el Med-PaLM 2 de Google DeepMind (la división de inteligencia artificial del gigante de las búsquedas online), se están volviendo increíblemente buenos a la hora de resolver consultas médicas, analizar radiografías y otros datos de salud. En cambio, cuando los padres ricos tengan a sus hijos enfermos, van a seguir acudiendo a los mejores profesionales médicos.

Andrea Barrett, asistente médico y consultora de Nuance.

Esto se puede ver en la adopción por parte de Silicon Valley de servicios de conserjería médica que proporcionan acceso especial a médicos y otros especialistas de la salud humana.

La compañía One Medical triunfó en el mercado estadounidense ofreciendo un mejor acceso a médicos humanos y Amazon acabó comprándola por casi 4.000 millones. "Nos inspira su enfoque tecnológico centrado en el ser humano", dijo un ejecutivo de Amazon cuando se anunció el acuerdo.

Utilidad, valor y señalización

Hartz, inversor de capital riesgo que ahora preside el consejo de Eventbrite, afirma que los líderes tecnológicos de éxito van a seguir apostando fuerte por las experiencias humanas, pero matiza que esto depende de la actividad y de las motivaciones que hay detrás de sus acciones.

Este experto lo divide en "utilidad, valor y señalización".

Muchas situaciones estándar y comunes pueden ser gestionadas por bots de software o incluso máquinas físicas. Las tareas repetitivas en el trabajo y algunas funciones educativas son ejemplos de estas soluciones de tipo utilitario.

En otras situaciones, los usuarios obtendrán más valor si las máquinas se encargan del trabajo, para que los humanos puedan centrarse en tareas más valiosas. Si eres un ingeniero de aprendizaje automático bien pagado, será mejor que un robot te limpie la casa para que puedas centrarte en tu trabajo, sugiere.

Y van a seguir existiendo muchas situaciones en las que las personas querrán disfrutar de su éxito y señalar los frutos de sus logros. Y estas actividades se centrarán cada vez más en los recursos y experiencias humanos finitos, expresa Hartz.

"No puedes ponerte unos auriculares y fingir que estás en Fiyi", ejemplifica.

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